Se dirigían a la máxima instancia judicial del país, donde trabajaban, cuando fueron asaltadas por un grupo de hombres armados. Su conductor resultó también herido. Los talibanes niegan haber sido los autores del ataque.
Publicidad
Dos juezas del Tribunal Supremo fueron asesinadas este domingo (17.01.2021) por hombres armados cuando se dirigían a su trabajo en el centro de Kabul, la capital de Afganistán que sufre una ola de asesinatos, anunció la policía. "Esta mañana hombres armados atacaron el vehículo de las funcionarias del Tribunal Supremo", confirmó Ahmad Fahim Qaweem, portavoz de esta corte de justicia, precisando que las dos mujeres iban a su lugar de trabajo cuando fueron asesinadas.
"Desgraciadamente, hemos perdido a dos juezas en el ataque de hoy. Su conductor está herido", dijo Qaweem. La policía de Kabul confirmó el ataque en el centro de la ciudad, así como la oficinal del fiscal general: "Eran juezas que trabajaban en el Tribunal Supremo", dijo su portavoz Jamshid Rasuli. Según Qaween, hay más de 200 juezas que trabajan en la máxima instancia judicial afgana.
Nadie ha reivindicado todavía el ataque y el portavoz talibán Zabihullah Mujahid rechazó toda responsabilidad del grupo insurgente.
En los últimos meses, el país está siendo sacudido por una nueva ola de violencia, en particular en Kabul, donde una serie de ataques contra personalidades de perfil alto ha sembrado el terror y el caos en la insegura ciudad. Un informe de la misión de asistencia de las Naciones Unidas UNAMA detalla que solo en 2019 fueron asesinados 13 jueces y 19 fiscales en el país. Este último ataque se produce dos días después de que el Pentágono estadounidense anunciara que reducirá el número de tropas en Afganistán a 2.500, el número más bajo en cerca de dos décadas de guerra.
lgc (afp/dpa/ap)
La interminable lucha por el poder en Afganistán
A 17 años de la invasión estadounidense, Afganistán sigue sumido en la violencia desatada por los talibanes. Una serie de mortales atentados en el último año sugiere que los radicales son más fuertes que antes.
Imagen: picture alliance/Photoshot
Una seguridad frágil
Los reiterados ataques que han tenido lugar en 2018 y 2019 han causado la muerte y dejado con heridas a cientos de inocentes, y muestran cuán frágil es la situación del país y el débil poder del gobierno. Los incidentes han provocado desesperación en los ciudadanos, cansados de la guerra, y han puesto en evidencia las limitaciones del Estado para garantizar la estabilidad.
Imagen: Reuters/M. Ismail
Una larga serie de ataques
Los episodios de violencia han puesto nuevameente a Afganistán en el centro de la mirada internacional. Tanto los talibanes como el Estado Islámico se han atribuido distintos ataques, mientras crece la presión para que el gobierno afgano mejore la seguridad y recupere los territorios que están bajo el dominio de distintos grupos insurgentes, incluidos los ya citados talibanes y Estado Islámico.
Imagen: picture-alliance/AP Photo/M. Hossaini
Ofensiva de primavera
En 2018, los talibanes anunciaron el comienzo de su ofensiva anual de primavera, desestimando una oferta de paz realizada por el presidente Ashraf Ghani. Los milicianos, que luchan para reinstaurar su visión radical de la ley islámica, aseguraron que su campaña fue en respuesta a la estrategia adoptada por EE.UU. en 2017, más agresiva con el fin de forzar a los insurgentes a sentarse a negociar.
Imagen: Reuters
La política para Afganistán de Trump
El presidente de EE.UU., Donald Trump, presentó una nueva estrategia para Afganistán en 2017, prometiendo desplegar más tropas para entrenar a las fuerzas afganas. También aseguró que su país seguiría apoyando a los afganos en su guerra contra los talibanes y que, para ello, la presencia estadounidense se extendería todo lo que fuera necesario. En 2019, sin embargo, cambió de parecer.
Imagen: Getty Images/AFP/B. Smialowski
Proceso de paz
Pese a que el presidente Ghani realizó una oferta en febrero de 2018 para que hubiera conversaciones de paz "sin condiciones previas", los talibanes no mostraron interés alguno hasta 2019, desestimando las propuestas como parte de una "conspiración". En 2019 aceptaron negociar, pero directamente con Estados Unidos, pasando por encima de Kabul.
Imagen: Getty Images/AFP/N. Shirzad
Apoyo paquistaní
Pakistán ha sido presionado por Kabul y Washington para que deje de ofrecer refugio a los militantes acusados de realizar ataques en Afganistán, un cargo que Islamabad niega, insistiendo en que su influencia sobre los insurgentes es sobreestimada. Kabul e Islamabad intercambian acusaciones de proteger a milicianos del otro país. El lenguaje áspero ha caracterizado la relación entre ambos vecinos.
Imagen: DW/H. Hamraz
El papel de los señores de la guerra
Además de los talibanes, los señores de la guerra afganos ejercen una enorme influencia en el país. El año pasado, el líder de Hizb-i-Islami, Gulbuddin Hekmatyar, volvió a Kabul -tras un exilio de 20 años- para jugar un rol activo en la política. En septiembre de 2016, el gobierno firmó un acuerdo con él con la esperanza de que otros señores de la guerra y grupos radicales siguieran el ejemplo.
Imagen: Reuters/O.Sobhani
Un gobierno ineficiente
En medio de una interminable batalla por el poder, los niveles de respaldo al presidente Ghani no hacen más que bajar. La corrupción desenfrenada y el largo tira y afloja dentro del gobierno de unidad nacional respaldado por Estados Unidos han tenido un impacto negativo en los esfuerzos gubernamentales para acabar con el terrorismo.