Detienen a dos sospechosos del asesinato de Marielle Franco
12 de marzo de 2019
Según los fiscales brasileños, el crimen de la consejala y activista negra Marielle Franco fue meticulosamente planificado durante tres meses por dos policías.
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Dos policías fueron detenidos este martes (12.03.2019) en Rio de Janeiro como presuntos implicados en el asesinato hace casi un año de la concejal negra Marielle Franco y su chófer Anderson Gomes, un caso que conmocionó Brasil, según fuentes de la División de Homicidios del Ministerio Público de Rio citadas por el portal G1.
Se trata del sargento de la Policía Militar (PM) Roni Lessa, de 48 años, acusado de ser el autor de los disparos, y de Elcio Vieira de Queiroz, de 46, que según los informes fue expulsado de la PM, sospechoso de ser el conductor del vehículo desde el cual Franco y Anderson fueron acribillados a balazos el 14 de marzo de 2018 en pleno centro de Rio.
Según los fiscales del Grupo de Acción Especial de Combate al Crimen Organizado, el crimen fue meticulosamente planificado durante tres meses.
Franco, nacida y criada en el complejo de favelas de la Maré, luchaba por los derechos de los negros, las mujeres y la comunidad LGTB y denunciaba los abusos policiales contra las comunidades pobres. Era concejal del Patido Socialismo y Libertad (PSOL, izquierda).
La violencia se acentuó en Rio desde el fin de los Juegos Olímpicos de 2016, con guerras entre bandas de narcotraficantes o de las bandas contra milicias parapoliciales o las fuerzas de seguridad.
CT (AFP, O Globo)
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Okupas en Río: así reclaman sus derechos los pobres
Río de Janeiro enfrenta una grave crisis habitacional. Los pobres son excluidos de la ciudad e incluso quedan fuera de las favelas más céntricas. ¿Alguien hace algo por ayudarlos?
Imagen: DW/S. Derks
Ocupar y jugar
Isabelle juega en un antiguo almacén en la famosa Rua da Lapa, en el centro de Río de Janeiro. Sus abuelos ocuparon la construcción hace más de treinta años. Con el tiempo construyeron muros, habitaciones y un bar, instalándose definitivamente en el lugar.
Imagen: DW/S. Derks
Decadencia colonial
En su mayoría, las viejas casas de estilo colonial que se erigieron en el siglo XIX fueron abandonadas. Muchas de ellas, cuando sus dueños portugueses murieron y no dejaron descendencia. Cada vez más pobres se van a vivir a ellas, mientras que los ricos de Río de Janeiro prefieren los nuevos edificios de apartamentos.
Imagen: DW/S. Derks
Hay que usar cada espacio
Muy a menudo las casas son subdivididas en pequeños compartimentos para acomodar en ellos a la mayor cantidad de personas posible. Este edificio destartalado cerca de la estación de metro Gloria es el hogar de unas 30 personas, que viven en 18 habitaciones que comparten una sola cocina.
Imagen: DW/S. Derks
Buscando un lugar tranquilo
Como consecuencia del aumento de los precios y la prolongada crisis económica que afecta a Brasil, en los últimos años la cantidad de personas sin hogar se ha triplicado en Río de Janeiro. En las noches, buscan un lugar tranquilo donde poder dormir, como vemos acá en Rua da Lapa.
Imagen: DW/S. Derks
Okupas organizados
A veces el acto de tomar u "okupar" un edificio se realiza de forma preparada y organizada, bajo el mando de instituciones sociales como Mariana Crioula, en la zona del puerto. Por más de siete años han estado presionando al gobierno para que construya departamentos para los menos favorecidos.
Imagen: DW/S. Derks
Esperando aprobación
Los 70 miembros de esta iniciativa pagan una contribución y esperan, algún día, obtener una casa propia. Cada dos semanas llevan a cabo reuniones. Sus propuestas, incluidos los esquemas realizados por arquitectos, han sido ya aprobadas por las autoridades, pero el paso final de liberar los fondos para que comience la construcción se está demorando.
Imagen: DW/S. Derks
Partir de cero
Quilombo da Gamboa es otro proyecto social que intenta el mismo proceso. Sin embargo, vivir aquí es estresante. "Hace unas pocas semanas hubo un incendio que destruyó parte del lugar. Vinieron los bomberos e intentaron sacarnos de acá a la fuerza. Como okupa, puedes perder tu casa en cosa de minutos", dijo Roberto a DW.
Imagen: DW/S. Derks
Peligro a la vuelta de la esquina
Roberto enumera los peligros de "okupar" un lugar. "Durante una ocupación anterior, la gente me convirtió en líder de facto. Pero la cohesión social se derrumbó cuando llegaron los traficantes de drogas y se hicieron cargo de todo", cuenta. Tras ser atacado con un arma, Roberto tuvo que escapar y empezar todo de nuevo con el Proyecto Quilombo da Gamboa.
Imagen: DW/S. Derks
Mala reputación
En Brasil, muchos proyectos sociales tienen mala reputación y son vistos por parte de la ciudadanía como organizaciones criminales, por estar relacionadas con gente pobre, ocupantes ilegales de casas, pandillas violentas y narcotraficantes.
Imagen: DW/S. Derks
Siempre atentos
Todos quienes se involucran con estas iniciativas concuerdan en que la vía al éxito está cimentada sobre la base de una estructura fuerte y efectiva. Una de las reglas es monitorear las 24 horas del día quién entra y sale de las casas. Creozlita Silva aparece acá en su turno de puerta en Manuel Congo, donde se construyeron apartamentos después de que los "okupas" tomaran el terreno.