Dos policías estadounidenses se encuentran gravemente heridos tras recibir varios disparos durante una manifestación en la ciudad de Ferguson, en el estado de Missouri. Según informó en rueda de prensa el jefe de policía del distrito de St. Louis, el coronel Jon Belmar, los agentes sufrieron heridas graves en el hombro y en la cara pero sus vidas no corren peligro. Los policías fueron trasladados al hospital Barnes-Jewish de la ciudad de San Luis con "heridas graves", explicó a los medios Jon Belmar.

Los hechos ocurrieron en la madrugada del miércoles (11.03.2015) al jueves, cuando cerca de 150 personas se concentraron frente a la comisaría de policía de Ferguson para celebrar la dimisión del polémico jefe de policía, Thomas Jackson. Con el fin de evitar altercados, la policía antidisturbios había cercado previamente el edificio. Según un fotógrafo de la agencia Reuters, decenas de manifestantes huyeron del lugar tras escuchar los disparos al tiempo que gritaban “balearon a un policía”.

Por el momento, no se ha identificado a ningún sospechoso ni ha trascendido más información sobre el desarrollo del tiroteo. "He dicho muchas veces que no podemos mantener esta tensión sin problemas. Este es un ambiente muy peligroso para nuestros agentes", dijo Belmar.

Dimisión del jefe de policía

Los altercados se produjeron horas después de que el controvertido jefe de policía de la ciudad, Thomas Jackson, anunciara su renuncia al cargo a raíz de las presiones ejercidas por el Departamento de Justicia, mediante la publicación de un informe en el que se acusaba a la policía de Ferguson de aplicar prácticas discriminatorias hacia la población afroamericana. El informe en cuestión ponía en duda el trabajo de las autoridades y la Justicia de Ferguson y en concreto la labor del juez municipal Ronald J. Brockmeyer, al que acusaba de crear tasas judiciales "abusivas y potencialmente ilegales".

La suya es la tercera en una cadena de dimisiones de alto nivel esta semana en Ferguson, tras las del administrador de la ciudad, John Shaw, y la del juez municipal, Ronald J. Brockmeyer.

El jefe Jackson fue duramente criticado y culpado de la muerte del joven afroamericano Michael Brown a manos de la policía el pasado verano. Pese a que iba desarmado, un agente acabó con su vida, lo que desató masivas protestas.

El activista Deray McKesson dijo en Twitter que estaba en la escena, y agregó que los disparos no parecieron venir del grupo de manifestantes. “El atacante no estaba con los manifestantes. Estaba en lo alto de una colina. Podemos vivir en un mundo sin armas“, dijo McKesson.

JC(dpa, Reuters, EFE)