El Festival de Cine de Dresde celebra su XVII edición, mostrando una vez más lo más granado y controvertido de la producción contemporánea del cortometraje mundial, un género prácticamente olvidado por la televisión y por la programación en los cines comerciales.

Desde sus inicios en 1989, el festival es una plataforma con creciente importancia entre los festivales alemanes y europeos. Este año se ha convertido en el mejor dotado de Europa con premios de 7.500 euros a los mejores cortos. El programa abarca el género del cortometraje en todas sus facetas, desde películas de animación y cortometrajes, hasta documentales y películas experimentales. A éste genero están dedicadas las secciones de competencia nacional e internacional, en donde se entregarán premios equivalentes a más de 50.000 euros a las distintas categorías.

Cortos españoles

A partir de hoy y a lo largo de seis días, un total de 250 cintas se exhibirán en la ciudad a orillas del Elba. Este año fueron seleccionados 64 cortometrajes provenientes de 25 países para competir en la sección de competencia internacional, donde año con año sigue habiendo una constante presencia hispano-parlante. La edición XVII presenta cinco cortometrajes españoles y dos mexicanos. Entre las cintas españolas que compiten por los jinetes de oro y de plata, máximos galardones del Festival, se encuentran Retrato de D, de María Lorenzo, Anual, de Koldo Almandoz, Cuadrilátero, de Jose Carlos Ruiz, Minotauromaquia – Pablo en el laberinto, de Juan Pablo Etcheverry, y El salto de Beamon, de Ane Muñoz.

México, único país latinoamericano

Durante la inauguración fue mostrado entre otros el cortometraje ‘Superhéroe’, del cineasta mexicano Roberto Candiani. Una cinta de 15 minutos que narra una semana en la vida de un policía y un bombero que cambian papeles por un día. “Es un reconocimiento a la labor de estos servidores públicos”, dijo a DW-WORLD, Roberto Candiani. “En todo el mundo el bombero es muy bien visto, sin embargo en México los policías no tienen buena reputación. Mi intención era hacer un tributo a quienes trabajan bien en esta labor, que por el simple hecho de hacer su trabajo les podemos llamar ‘superhéroes’.

El joven cineasta señaló que su objetivo ha sido mostrar otra cara de México que no sea la de la violencia, las drogas y la corrupción. "Es también un mensaje para la niñez", dice.

Llama la atención que México sea el único país de América Latina. El director del festival, Rubin Mallik, explicó a DW-WORLD, porqué: “Existe una intensa cooperación con el Instituto Mexicano de Cinematografía, IMCINE, y con el Centro de Capacitación Cinematográfica, CCC, y es lo que ha permitido una presencia permanente de México durante varios años”, dice. Mallik señala que la falta de una infraestructura para la promoción activa de la producción cinematográfica ha impedido que participen cintas de otros países latinoamericanos.

“La temática del cine mexicano es muy variada y ha tenido una gran aceptación entre el público europeo, dice Mallik, particularmente los temas políticos que muestran la realidad social de un país que comparte una extensa frontera con Estados Unidos, con el resultante conflicto migratorio que enfrenta a ambos”.

Un homenaje a la animación

Los premios del festival, los “Jinetes de Oro”, serán entregados en una ceremonia de gala el sábado, Como parte del programa oficial, se llevará a cabo una conferencia internacional que abordará los aspectos históricos y contemporáneos de la animación en el cine que estará acompañada por una exposición y por un programa especial de proyecciones de cortos animados. Esta mirada retrospectiva tiene lugar con motivo del 50 aniversario de la fundación de los estudios DEFA, que desde 1992 fueron transformados en estudios especializados en la animación. Al concluir el festival se seleccionará una serie de cortos que serán mostrados en los cines comerciales alemanes.