El 13 de febrero de 1945, 245 bombarderos Lancaster pusieron rumbo de Inglaterra a Dresde. A las 21:39 sonaron las sirenas en la ciudad. A esa hora comenzó el horror.

Alrededor de 3.000 bombas con explosivos pesados y 400.000 bombas incendiarias llovieron del cielo y destruyeron la ciudad. Para el trascurso de la guerra, este hecho careció de relevancia.

En 23 minutos, la ciudad se convirtió en un alfombra de cenizas. El centro de Dresde ardió por completo. Otra oleada de ataques aéreos británicos y, al día siguiente, más de 300 bombas estadounidenses, destruyeron 15 kilómetros cuadrados de la ciudad. Aproximadamente 25.000 personas fallecieron.

Los bombardeos también dañaron mucho la catedral de la Santísima Trinidad. El techo y las bóvedas del interior se derrumbaron. Es el mayor edificio religioso de Sajonia. Fue construida casi simultáneamente con la famosa iglesia luterana de Nuestra Señora, a unos 300 metros de distancia. Las "Trümmerfrauen" o mujeres de los escombros fueron las encargadas de "limpiar" la mayoría de las ciudades.

También la iglesia de Nuestra Señora sufrió daños severos por los bombardeos. Hasta 1993, sus ruinas fueron un monumento contra la destrucción. Luego, la iglesia construida entre 1726 y 1743, fue reconstruida. Un herrero británico, cuyo padre fue piloto durante los bombardeos que causaron la destrucción de Dresde, construyó la cruz de la cúspide, fiel a la original.

La Frauenkirche fue reconstruida gracias a donaciones de todo el mundo entre 1994 y 2005. Los costes sumaron poco menos de 180 millones de euros. Dos tercios fueron donados. El barrio barroco alrededor de esta iglesia de 91 metros de altura se ha convertido en el nuevo centro turístico de la capital sajona. Dresde vuelve a tener su edificio emblemático.

Hoy en día, la metrópoli sajona es considerada una de las ciudades más hermosas de Alemania. La ciudad tiene una gran cantidad de atracciones que ofrecer y la visitan muchos turistas. Cerca de 550.000 personas viven en la capital sajona.

Con servicios religiosos y campanadas se recuerda cada año a los muertos de 1945. Los neonazis, en cambio, aprovechan la fecha para hacer propaganda y hablan de un "Holocausto de bombas", ocultando así la culpabilidad de Alemania en dicha guerra:

Durante años, los neonazis solían marchar por las calles con antorchas y banderas de la Alemania nazi en el aniversario del bombardeo de Dresde. Entonces había con regularidad disturbios entre los extremistas de derecha y los manifestantes en su contra. Sin embargo, desde 2010, una cadena humana pacífica marca la tónica de la conmemoración.