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Duelo a la alemana

8 de julio de 2002

Por primera vez en Alemania, los candidatos a la jefatura de gobierno se medirán en dos debates televisados. Y, para abrir el apetito, el diario sensacionalista Bild ofreció un duelo entre ambos, en versión impresa.

Schroeder y Stoiber debaten con los jefes de redacción del diario Bild.Imagen: AP

Alemania no es Estados Unidos. Pero también aquí los medios de comunicación están desempeñando un papel cada vez más importante en la campaña electoral. Y aunque el sistema parlamentario no contemple una elección directa del jefe de gobierno, la impresión que causan los contrincantes no deja de ser significativa para el electorado.

En asuntos de imagen, el actual canciller, el socialdemócrata Gerhard Schröder, tiene algunos puntos a su favor: seguridad, habilidad para replicar y, no en último término, la apariencia de un "hombre de mundo", que ha triunfado pese a su origen humilde. El retador, el social-cristiano Edmund Stoiber, actual primer ministro de Baviera, lucha en cambio por superar una rigidez un tanto provinciana y ciertas vacilaciones retóricas, e intenta subrayar su seriedad y capacidad administrativa.

Ni concesiones ni revelaciones

Todo esto, ciertamente, guarda poca relación con los contenidos políticos de sus respectivas propuestas. Pero, tratándose de una campaña electoral, también cuenta la forma de defenderlas. En el "duelo" que libraron Schröder y Stoiber en las páginas del diario Bild, no hubo concesiones.

Naturalmente, la mayor parte del debate giró en torno a la economía y al desempleo. El dirigente conservador bávaro no cesó de reprochar al canciller el no haber cumplido su meta de reducir el número de desocupados a menos de 3,5 millones. Schröder, en cambio, se aferró de las promesas electorales de su oponente, preguntando provocativamente cómo espera financiarlas y tildándolas de poco serias.

Grandes revelaciones no hubo, sin embargo, en la discusión. Sólo argumentos para cimentar posturas ya conocidas. Y un punto de coincidencia. Ni el canciller, ni el aspirante a la jefatura del gobierno federal, se muestran proclives a sellar una alianza entre los dos partidos mayoritarios de Alemania: la Socialdemocracia y la Unión Cristianodemócrata-Cristianosocial.

La hora de la TV

Es evidente que un debate impreso no transmite una idea cabal de cómo sorteó cada uno los obstáculos puestos por el rival. No se escuchan las inflexiones de voz, no se perciben las vacilaciones, ni se ven las expresiones de los rostros. Sólo la pantalla puede transportar todo aquello. Por esa razón despiertan bastante interés los debates que se transmitirán a fines de agosto y comienzos de septiembre por televisión. Tanto, que el líder del Partido Liberal-Demócrata, Guido Westerwelle, reclama públicamente su derecho a participar, como tercer candidato a la Cancillería federal.

Por lo visto, alguna influencia podría tener, después de todo, la contienda televisada... aunque los analistas alemanes insistan en que en este país lo que cuentan son los contenidos y las listas de los partidos, en lugar de la imagen individual; y aunque más de uno se espante con la sola idea de que pueda imponerse también aquí la modalidad estadounidense de hacer campaña electoral.