DW: Sra. Ebadi, existen opiniones divergentes acerca de la repercusión que tendrá el acuerdo sobre el programa nuclear iraní en la situación de los derechos humanos en ese país. Algunos esperan un efecto positivo y una apertura de la sociedad. Otros prevén que la situación empeorará. ¿Cuál es su apreciación?

Shirin Ebadi: Yo creo que la situación mejorará en materia de derechos humanos. La condición para que ello ocurra es, sin embargo, que lleguen más informaciones al respecto a la opinión pública y que los defensores de los derechos humanos, en Irán y fuera del país, se vuelvan más activos. Gracias al levantamiento de las sanciones, mejorará la situación económica de la población. De ese modo, la gente tendrá más tiempo de ocuparse de temas como los derechos humanos y los presos políticos.

¿Qué papel pueden desempeñar los países y los medios de comunicación occidentales?

Cuando los gobiernos occidentales negocian con Irán sobre relaciones económicas, pueden abordar también la problemática de los derechos humanos. Cada país defiende sus propios intereses. Pero los gobiernos quieren tener de su parte al electorado y ganar su aprobación.

Si nosotros, los defensores de los derechos humanos, influimos más en la opinión pública de los países occidentales y logramos que se interesen más por lo que ocurre en Irán, eso también puede influir en la postura de los gobiernos e inducirlos a tomar en serio tales temas.

¿No cree que debido al acuerdo logrado en torno al programa atómico, Occidente descuide el tema de los derechos humanos en Irán?

No. Soy de la opinión de que ese acuerdo aumenta la sensibilidad de Occidente con respecto a la situación de los derechos humanos en Irán y allana el camino para sostener conversaciones al respecto. Eso requiere más esclarecimiento y un mayor flujo de información. Esa es la tarea de los defensores de los derechos humanos que actúan dentro y fuera de Irán.

Desde el “Movimiento Verde”, sus líderes, Hosein Musavi y Mehdi Karrubi, se encuentran bajo arresto domiciliario. El presidente iraní, Hasán Rohaní, había prometido en su campaña electoral mejorar la situación de los derechos humanos en el país. Podría dejar en libertad a los dirigentes del movimiento democrático ¿no?

Eso espero. Tras el acuerdo, las calles se repletaron de gente que celebraba. Ahora es tiempo de un “acuerdo sobre materias de derechos humanos”. Ahora que se ha superado la pugna por el programa atómico, Occidente debería pensar más en la gente de Irán.