Eco de la Montaña en la Berlinale
8 de febrero de 2015 El documental de 92 minutos de duración “Ecos de la montaña” retrata las costumbres y tradiciones del pueblo wixárica o huichol, cuyos territorios tradicionales se extienden por los estados mexicanos de Nayarit, Jalisco, y sus lugares sagrados de peregrinación llegan hasta Zacatecas y Durango. La cámara hace un recorrido de 620 kilómetros acompañando al artista Santos de la Torre por la desértica “ruta del peyote”. También documenta el proceso creativo del artista, que es autor de un mural de dos por tres metros y más de un millón de chaquiras multicolores –diminutas cuentas de vidrio–, que se encuentra en la estación de metro parisina Palais Royal, afuera del Museo del Louvre, en París.
“Eco de la Montaña”, con el que Nicolás Echevarría vuelve a Berlín después del estreno de su película “Cabeza de Vaca” en 1992, abrió la sección NATIVe, de la Berlinale, dedicada al cine indígena, que esta edición tiene como foco a Latinoamérica, con 18 propuestas que conforman una retrospectiva del cine indígena, desde México hasta Tierra de Fuego.
Nicolás Echevarría (Tepic, México, 1947), músico, arquitecto y pintor, llegó a Berlín para presentar el documental, acompañado de su protagonista, Santos de la Torre. En conversación con DW, Echevarría reconoció que es un honor que su película abra la sección NATIVe de la Berlinale, con una propuesta que da voz a los huicholes. Una etnia que ha preservado sus costumbres y tradiciones durante siglos y a la vez ha logrado poner un pie en la modernidad.
DW: Se ve en su documental a Santos de la Torre, un personaje universal, preocupado por su pueblo y su familia, y de una profunda religiosidad, ¿Por qué lo eligió como protagonista?
Nicolás Echevarría: La motivación de la película fue precisamente que una obra de él fue un regalo del presidente Ernesto Zedillo del pueblo de México al de Francia, el que fue instalado en la estación Palais Royal en el Museo del Louvre, que hasta la fecha sigue ahí. A cambio, el gobierno francés regaló a México la estación de metro que está en Bellas Artes. El que Santos no fuera invitado a la ceremonia y que la persona que le encargó el cuadro no se lo pagara fue la motivación de la realización del documental. Yo le di un giro, me interesó hacer un retrato de un gran artista que tiene muchas cosas que decir y que plasmó en este mural que hizo para la película la cosmogonía y el mundo espiritual de los wixárica, de los huicholes.
Paralelamente, en aquella época se produjeron violaciones contra indígenas en Chiapas, que hasta la fecha siguen sin aclararse.
Todo el mundo sabe que en 1997, cuando se donó el mural de Santos a la estación de metro de París, fue la época de la terrible masacre de Acteal, en Chiapas. Yo creo que los indígenas en México han tenido una historia con un drama terrible. Se ha documentado algo en el cine. Mi punto de vista ha sido la parte espiritual, más que la parte política.
¿Cuáles son las amenazas para un pueblo como el huichol?
La amenaza de extinción es un peligro latente. Pero creo que en la medida en que los indígenas tengan un pie en su tradición y otro pie en la modernidad, tienen menos posibilidades de debilitarse y más de sobrevivir a toda esta presión que viene de afuera.
Usted acompañó a la comunidad huichol durante su recorrido por la “ruta del peyote”. ¿Seguirá intacta esa ruta?
La peregrinación del peyote es una ruta que abarca no solamente el territorio huichol de Nayarit y Jalisco, sino que se extiende más allá del territorio huichol. El desierto de San Luis Potosí, que es el lugar sagrado de Wirikuta, es muy importante y está amenazado por grupos canadienses que desde hace tiempo quieren establecer unas minas a cielo abierto. Sería un crimen medioambiental que las minas se establezcan en ese lugar porque es un territorio ecológico muy importante. Wirikuta y el desierto de San Luis Potosí albergan una de las reservas de cactáceas más importantes de México y del mundo.
¿Cómo podría preservarse esa tradición?
Los huicholes han tenido que hacer desviaciones para llegar a este lugar. Yo creo que deberíamos de conservar esa ruta como patrimonio de la humanidad. Es de las tradiciones más antiguas de México. Ya que muchos jóvenes van al desierto a comer peyote (yo fui uno de ellos y sigo muy agradecido por haber pertenecido a esta cultura), pienso que sería muy bueno establecer esta ruta como la ruta de Compostela en España, que sea una caminata larga en la que los jóvenes caminen con sus mochilas, que mediten, que piensen en ellos mismos. Tal como lo hacen los huicholes.
Santos de la Torre
DW: ¿Cómo se sintió de estar ante la cámara todo el tiempo durante la filmación?
Santos de la Torre: Muy avergonzado. Pero poco a poco me fui acostumbrando, ahora igual, todavía no sé cómo contestar, a lo mejor me voy a acostumbrar.
¿Que significa el peyote para usted?
Comer peyote abre el camino, a lo mejor abre buen camino o mal camino, hay que pedirle que le dé un buen camino para llegar.
¿Cómo se siente de estar aquí en Berlín?
Yo me siento muy sorprendido, muy contento, a lo mejor me va a dar catarro por andar tan contento.
Nicolás Echeverría acusó a su protagonista: “No quiso traer zapatos, anda caminando con huaraches (sandalias) sobre la nieve. Por más que le insistí que tenía que ponerse unos zapatos, no quiso. Con trabajo aceptó una chamarra que le regalé, pero ahí venía sin nada. Anda con huaraches como si anduviera caminando en su tierra”.