"Si queremos detener el calentamiento global, los países industrializados deberán reducir hasta el año 2050 en un 80% las emisiones de los gases que provocan el efecto invernadero", afirmó el presidente de la Oficina Federal del Medio Ambiente (Umweltbundesamt), Andreas Troge. Dicho en otros términos, para evitar una catástrofe, será necesario hacer esfuerzos de gran magnitud. Y éstos se traducen en costos millonarios. En lo que a la República Federal de Alemania se refiere, Troge estima que se requerirán inversiones cercanas a los 4.000 millones de euros anuales, principalmente en materia de energías renovables y aislamiento.

El costo de cruzarse de brazos

Parece mucho dinero, pero la cifra resulta insignificante si se la compara con las pérdidas que reportaría el quedarse de brazos cruzados ante el fenómeno. Eso también es cuantificable en dinero. "Si no hiciéramos nada en términos globales en contra del cambio climático, sobre Alemania recaerían costos de por lo menos 100.000 millones de euros anuales, a partir del año 2050", afirmó el experto al periódico Bild Am Sonntag.

Los diversos fenómenos ligados al cambio climático reportarán pérdidas millonarias, sobre todo por la pérdida de cosechas. A eso habría que sumar el tratamiento de diversas enfermedades que se presentarían por estas latitudes, aparte de los destrozos que provocarán los fenómenos meteorológicos cada vez más extremos que pronostican los expertos y otros problemas relacionados con el calentamiento global.

Oportunidades de mercado

Pero toda medalla tiene dos caras. En este caso, la positiva es que el desafío ecológico plantea también grandes oportunidades para la industria alemana. De hecho, en el mercado mundial hay cada vez mayor demanda de alta tecnología que cumpla con los necesarios criterios de eficiencia y bajo impacto ambiental. Troge subrayó las favorables expectativas, haciendo notar que hace cinco años nadie habría contado con que hoy en día el área de las energías renovables genere empleo para 200 mil personas en el país.

Esta perspectiva se ve corroborada por un estudio, aún no publicado, de la consultora Roland Berger. De acuerdo con Torsten Henzelstadt, socio de esta empresa que elabora un "Mapa Ecológico de Alemania" por encargo del Ministerio del Medio Ambiente, ya en la actualidad el sector relacionado con las tecnologías ambientales es un motor del mercado laboral. A su juicio, "el sector ecológico se está desarrollando" al punto de que se convertirá en un área clave de la economía alemana. Henzelstadt se muestra convencido y vaticina: "en el año 2020, el ramo ecológico alimentará a más personas que el de la construcción de máquinas o la industria automotriz".