“El aporte que realizan las mujeres desde los hogares ha quedado históricamente invisibilizado”, afirman economistas. “Si no es tomado en cuenta, se seguirán profundizando las desigualdades”, advierten.
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Las mujeres tienen más dificultad para acceder a los puestos mejor remunerados, ocupan menos puestos públicos y, en ocasiones, no tienen acceso a la educación por el hecho de ser tales.
Estos son solo algunos de los ejemplos de la denominada "brecha de género”, es decir, de las disparidades existentes entre hombres y mujeres en relación a derechos, recursos y oportunidades en diferentes campos.
¿Por qué esto es así? ¿Cuál es la magnitud del fenómeno? ¿Cuáles son sus causas? ¿Podría evitarse? Pues bien, estas son las cuestiones que busca poner de manifiesto la economía feminista.
"La economía feminista incluye la dimensión del género en el análisis de las desigualdades y pobrezas”, explica la economista colombiana Ita María en diálogo con DW.
Y remarca: "La economía 'tradicional' ha estado circunscrita a una visión androcéntrica que deja afuera el análisis de género, pero no por eso es neutral: está pensada por y para hombres”, aclara.
"La economía feminista busca ampliar el objeto de estudio de la economía, ya no solo a lo que sucede en el intercambio mercantil y en el ámbito productivo, sino también a la esfera reproductiva, que tiene lugar, principalmente, en los hogares, pero que es necesaria para todo el funcionamiento económico y social”, indica, por su parte, la economista argentina Candelaria Botto, coordinadora general de la Asociación civil Economía Feminita, centrada en la temática.
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Trabajo no remunerado: ¿trabajo invisible?
"Este aporte que realizan mayoritariamente las mujeres desde los hogares: hacer las compras, limpiar, cocinar, criar a niños y niñas, cuidar personas mayores, enfermas o con discapacidad, ha quedado históricamente invisibilizado”, refiere la especialista.
Sus consecuencias, en tanto, también suelen ser ignoradas por los análisis tradicionales: "Estas horas de trabajo implican para estas mujeres menos horas para destinar a un trabajo pago, para formarse o incluso para disfrutar del tiempo libre”, correlaciona Botto.
En el mismo sentido, Ita María, apunta: "Nuestras madres tuvieron que cuidar de nosotras porque era el rol impuesto. Eso hizo que tuvieran menos tiempo libre para estudiar, trabajar y lograr independencia financiera. Esto, a su vez, incide en el gasto, en su patrimonio, en su ahorro y en todas las variables de análisis económico”, puntualiza.
Todo lo cual tiene amplias implicancias: "Si esto no es tomado en cuenta, a la hora de plantear las políticas económicas de los países, se seguirán profundizando esas desigualdades, en lugar de cerrar las brechas”, advierte.
Asimismo: "Si lo que se busca es erradicar o disminuir la pobreza, es necesario ver que la pobreza, actualmente, 'tiene rostro de mujer', [N.d.l.R.: Por las razones expuestas, las mujeres tienen más probabilidad de caer en la pobreza], y que si no tengo en cuenta su doble o triple jornada laboral, y las causas de la menor tasa de actividad femenina, no voy a poder generar políticas públicas eficientes, porque voy a estar diseñando políticas para un sujeto que no existe”, explicita Botto desde Buenos Aires.
Así las cosas, el fenómeno descripto no ha hecho más que acentuarse durante la pandemia: "El aumento del trabajo doméstico en los hogares por el acompañamiento escolar que implica la virtualidad, sumado al incremento de los quehaceres domésticos por pasar más tiempo adentro, se corresponde con una menor tasa de actividad de las mujeres en el mercado de trabajo, lo que repercute directamente en sus ingresos, y en la consiguiente expansión de las brechas de género”, describe Botto.
La economía feminista remonta sus orígenes a los años 70 en el continente, con renovado impulso a partir de la década del 90. Sin embargo, sus modos de análisis suponen una perspectiva distinta que aún batalla para ser conocida y, ciertamente, también aceptada.
"Nuestra asociación nació como un blog para discutir con nuestros colegas economistas que decían que la brecha salarial existía porque "las mujeres eran malas negociando sus salarios” o "eligen quedarse en sus casas”, cuenta la coordinadora de Economía Feminita.
"Esto fue en 2015, y hemos avanzado mucho culturalmente”, aclara, "pero los indicadores siguen siendo preocupantes”, asegura. "Por lo que es cada vez más necesario y urgente seguir incorporando la perspectiva de género en las políticas públicas”, afirma.
Una realidad que, con matices, se repite a lo largo y ancho del continente: "Todo lo que lleve la palabra feminista essatanizado por muchos, por temor a tener que ceder privilegios. Y sí hay que cederlos. Por ejemplo, los hombres tienen que hacerse cargo también de las labores del hogar y los trabajos de cuidado se deben redistribuir”, enfatiza María, autora del libro"Que el privilegio no te nuble la empatía" .
"Pero esto, en aras a una sociedad más equitativa y justa para todos y todas”, aclara e invita a la vez.
Feministas históricas: la lucha por los derechos de la mujer
Los derechos de la mujer, su sexualidad, la comprensión de su papel en la sociedad. Por todo ello luchan las feministas desde hace muchos siglos, desde Olympe de Gouges o Simone de Beauvoir hasta Alice Schwarzer.
Imagen: picture-alliance/ZB/T. Schulze
Alice Schwarzer (*1942)
Es una de las más conocidas luchadoras por los derechos de la mujer en Alemania. Desde 1977 edita la revista feminista EMMA. Antes había publicado "La pequeña diferencia y sus grandes consecuencias", libro en el que habló en favor de la libre sexualidad sin relaciones de poder. La obra se convirtió en un bestseller mundial. Schwarzer tuvo muchas antecesoras.
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Olympe de Gouges (1748 - 1793)
Participante en la Revolución Francesa, fue una de las precursoras de la lucha por la igualdad. Olympe de Gouges escribió en 1791 la "Declaración de los derechos de la mujer y la ciudadana", en respuesta a la "Declaración de los derechos humanos y civiles", de 1789, que no contempló a las mujeres. La feminista escribió: "La mujer nació libre y es igual al hombre en todos sus derechos."
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Sojourner Truth (1797 - 1883)
Fue la primera activista afroamericana que vinculó los derechos de la mujer con la lucha contra la esclavitud. La estadounidense se pronunció abiertamente por la abolición de la esclavitud y la introducción del voto femenino. Con su discurso en una convención sobre los derechos de la mujer, en 1851 en Ohio, Truth escribió historia.
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Louise Otto-Peters (1819 - 1895)
Es considerada la fundadora del feminismo en Alemania. En 1843, Otto-Peters se hizo famosa por el siguiente pronunciamiento: "La participación de la mujer en asuntos del Estado no es un derecho, sino una obligación." En 1865 colaboró en la fundación de la Asociación General Femenina de Alemania, la primera de su tipo en la sociedad alemana.
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Hedwig Dohm (1831 - 1919)
En 1874 escribió "La emancipación científica de las mujeres". Con sus demandas de acceso irrestricto a las universidades y al voto, Hedwig Dohm fue una de las precursoras más radicales del feminismo en Alemania. Con su frase "los derechos humanos no tienen género" exigió la igualdad fundamental.
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Emily Davison (1872 - 1913)
La británica Emily Davison fue detenida en ocho ocasiones. En su calidad de activista, defendió los derechos de la mujer incluso a través de violentas protestas. Davison murió en 1903 como mártir: buscando atención para su movimiento, fue arrollada durante una carrera de caballos en 1913.
Una piedra fundamental de la literatura feminista es su libro "El otro sexo". Sobre todo, se volvió célebre su frase: "Una no nace como mujer. Se hace." Así, Simone de Beauvoir fue la primera en enarbolar la tesis de que la feminidad no es determinada por la biología, sino que es una cuestión social. Sin duda, se adelantó a su tiempo.
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Betty Friedan (1921 - 2006)
Betty Friedan criticó en su obra "La mística femenina" la reduccion de la mujer a su rol de madre y ama de casa. Con la publicación en 1963 de dicho libro, se convirtió en una de las activistas más importantes por los derechos de la mujer en Estados Unidos. En 1966 fundó con otras mujeres la "National Organization for Women" y luchó toda su vida por la igualdad entre hombres y mujeres.
Imagen: picture alliance/dpa/AP Photo
Judith Butler (*1956)
La deconstrucción del género determinado por la biología es el tema central de la obra "Gender trouble". Su tesis: no solo el género social, sino también el biológico, son construidos por la sociedad. La identidad sexual es una escenificación, dice la filósofa estadounidense, pionera de la teoría feminista desde los años noventa.
Imagen: European Graduate School
Mozn Hassan (*1979)
Desde 2007, la egipcia Mozn Hassan lucha por los derechos de la mujer junto con su organización "Nazra para estudios femeninos". La ONG jugó un papel fundamental para que fueran investigados los abusos sexuales contra mujeres ocurridos durante la llamada "Primavera árabe". En 2016, la activista fue distinguida con el premio Right Livelihood Award, una especie de Nobel alternativo.
Imagen: Right Livelihood Award/M. Mohie
Laurie Penny (*1986)
Se le considera una de las feministas más importantes de nuestro tiempo. La británica critica en sus obras "Meat market" y "Unspeakable things" el control sobre el cuerpo femenino, las expectativas del amor romántico y la represión sexual de la mujer. Penny trabaja como periodista para medios como The Guardian.
Imagen: picture-alliance/Photoshot
Margarete Stokowski (*1986)
Se le conoce como "la Laurie Penny alemana". Su obra "Unternum frei" trata acerca de los mecanismos de represión sexual, los roles sociales y la cuestión de cómo la libertad cotidiana se transforma en libertad absoluta. Es columnista del semanario Der Spiegel.