Ecuador, Colombia y Honduras serán premiados en la COP23
Pilar Gaibor
31 de octubre de 2017
Iniciativas de Ecuador, Colombia y Honduras figuran entre los 19 proyectos de acción climática que serán premiados en la cumbre del clima (COP23) en Bonn, del 6 al 17 noviembre de 2017.
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El premio que concede Naciones Unidas ”Impulso para el Cambio”, para paliar el cambio climático, supone una importante contribución de los gobiernos nacionales, casi dos años después de que el Acuerdo de París fuera adoptado universalmente.
Los proyectos ganadores, denominados "Actividades faro", demuestran la cantidad de acciones que se están desarrollando en todo el mundo para afrontar el cambio climático.
Ecuador será distinguido con el Premio a las Soluciones Climáticas "Impulso para el Cambio", que se entrega por sexto año, y consiste en una iniciativa de agricultura sostenible con inclusión y participación de las mujeres en Quito.
Esta iniciativa, permite a las mujeres aprender a producir alimentos de manera sostenible a través de medidas agrícolas que aumentan la seguridad alimentaria y reducen las emisiones de carbono y la huella ecológica de la ciudad.
El proyecto ecuatoriano ha sido distinguido en el apartado "Impulso para el liderazgo de las mujeres" junto con proyectos de Italia, Belice y Sudán.
La segunda iniciativa latinoamericana premiada es un proyecto colombo-hondureño dirigido a pequeños agricultores que usa tecnologías de la información y comunicación (TIC) para dar un enfoque innovador a la agricultura "climáticamente inteligente".
Esta herramienta TIC de fácil manejo, recopila y analiza datos meteorológicos con el fin de informar con antelación a los agricultores sobre cómo pueden ajustar sus prácticas agrícolas para garantizar un máximo rendimiento del cultivo y, en consecuencia, de seguridad alimentaria.
Cada una de las 19 actividades ganadoras serán presentadas en la COP23 y, se enmarcan en cinco áreas de acción de Impulso para el Cambio: Impulso para el Liderazgo de las Mujeres, Financiación para Inversiones Respetuosas con el Clima, Soluciones con Tecnologías de la Información y de la Comunicación, Salud Planetaria y Neutralidad Climática.
También han sido premiados otros proyectos de varios países del mundo.
Pilar Gaibor (jov)
Cuando el suelo fértil desaparece
La demanda de alimentos, el cultivo de pienso para animales y de biomasa es cada vez mayor. Pero la erosión y el monocultivo hacen que se pierdan por año cerca de 24.000 millones de toneladas de suelos fértiles.
Imagen: eoVision/GeoEye, 2011, distributed by e-GEOS
Organismos necesarios
En un puñado de tierra viven más organismos que seres humanos en todo el planeta. Son los encargados de que la capa de humus almacene nutrientes y agua. Después de los mares, los suelos son los mayores depósitos de carbono de la Tierra. Almacenan más carbono que todos los bosques juntos.
Imagen: picture-alliance/dpa
Asfalto que mata
En todo el mundo, las ciudades ganan cada vez más terreno y los suelos cultivables quedan cubiertos por cemento y asfalto. Debajo de esa capa de material los microorganismos no pueden sobrevivir y el agua de lluvia sigue su camino por la superficie en lugar de ser absorbida por el suelo.
Imagen: imago/Jochen Tack
Tierra desprotegida
Los suelos son sensibles a los cambios y necesitan protección, como nuestra piel, ante el sol, los vientos y el frío. Grandes superficies de terreno pueden secarse y, al arar, la fina capa de la tierra se remueve y es transportada por el viento.
Imagen: WWF/E. Parker
Desertificación
Los suelos se desgastan debido a la deforestación, al uso excesivo del abono y la ganadería masiva, de modo tal que las tierras pobres en agua se convierten en desiertos. Además, factores climáticos como las sequías aceleran una reacción en cadena iniciada por la mano del hombre.
Imagen: picture-alliance/dpa
Arrastrados por el agua
Cuando las lluvias extremas caen sobre cemento o asfalto o cuando se producen deshielos, el agua va a parar a lechos de ríos que no tienen lugar suficiente para aumentar su cauce. Así es como se producen inundaciones que arrasan los suelos fértiles.
Imagen: picture-alliance/dpa
Extenuados
Los monocultivos en grandes superficies de terreno hacen necesario el uso de una mayor cantidad de abonos y pesticidas para que la cosecha rinda. La cantidad y la aplicación de abonos han aumentado en un 40 por ciento en todo el mundo y siguen aumentando. Además, la utilización de pesticidas pone en peligro no solo los suelos, sino también la salud del ser humano.
Imagen: Yasuyoshi Chiba/AFP/Getty Images
Salinizados
En las grandes represas se evapora una gran cantidad de agua y, debido al cambio climático, en algunas regiones del mundo llueve muy poco, con lo cual los suelos no reciben suficiente agua. Las sales disueltas en el agua permanecen así sobre la superficie, inutilizando los suelos cultivables. También el hecho de que el agua de mar penetre en los suelos es un gran problema en las zonas costeras.
Imagen: picture-alliance/dpa
Contaminados
Ya sea por pérdidas de sustancias tóxicas de la industria o de armas de guerra, así como por el uso continuado de abonos, cuando los suelos se contaminan es muy caro y complicado reparar los daños causados. Según datos oficiales, en China casi un quinto de las superficies de cultivo están contaminadas.
Imagen: Reuters
Extracción y pérdida de suelos
Los suelos se excavan para obtener materias primas. También en Alemania se sacrifican superficies de cultivo para la industria del carbón. De ese modo se pierden tierras para otros fines, como, por ejemplo, para formar biotopos para la conservación de especies animales y vegetales, o para la agricultura, además de tierras para construcción.
Imagen: pommes.fritz123/flickr cc-by-sa 2.0
Nueva vida
Hasta que la tierra llega a formar una capa de diez centímetros de espesor de suelo fértil en la que puedan crecer plantas y se pueda almacenar agua y nutrientes pasan unos 2.000 años. Para proteger los suelos cultivables, las Naciones Unidas declararon el año 2015 como el "Año Internacional del Suelo".