El mandatario ecuatoriano dio declaraciones sobre la economía y aseguró una clara victoria de Lenin Moreno, sin preocuparle un posible recuento. Simpatizantes de Lasso y Moreno marcharon en Quito.
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El presidente de Ecuador, Rafael Correa, aseguró este sábado que la economía del país está "en franco crecimiento" y resaltó que ha superado la recesión sin afectar a los sectores más vulnerables. El mandatario también mostró una postura favorable a un posible recuento de votos de las elecciones de segunda vuelta de hace una semana, en la que el oficialista Lenín Moreno resultó ganador con datos preliminares, que la oposición no ha reconocido.
En torno a la economía del país, el mandatario recordó que entre las dificultades está la bajada del precio del petróleo a nivel internacional y el terremoto de magnitud 7,8 que en abril pasado dejó más de 670 muertos y millonarias pérdidas en sectores de las provincias más afectadas: Manabí y Esmeraldas.
El país "ha superado la recesión, sin paquetazos, sin masacrar a los más pobres como se hacía antes y hoy tenemos una economía en franco crecimiento", subrayó el gobernante. Asimismo, comentó que la economía creció en 1,5 por ciento en el último trimestre de 2016 con respecto a igual lapso de 2015.
En cuanto a las elecciones, Correa se mostró confiado, exaltando que "los hemos derrotado en las urnas y no quieren admitir su derrota porque se creen dueños del país, del mundo y de sus alrededores, ni siquiera saben ser buenos perdedores, la democracia para ellos es válida, hasta perder. Auditen lo que les dé la gana, pero aprendan a perder en democracia", dijo el mandatario.
Elogió que con los resultados electorales en Ecuador "se quebró el ciclo (conservador) en América Latina, por eso están desesperados, torturan las cifras, se proclaman ganadores en base a sus encuestas". "Había un avance claro de la derecha en la región y hoy está retrocediendo", añadió.
Por su parte, el pleno del Consejo Nacional Electoral de Ecuador (CNE) continuó con la audiencia pública de escrutinio, fase previa a la proclamación de los resultados, en la cual los concursantes pueden hacer objeciones, impugnaciones y apelaciones.
Una de ellas será la del movimiento Creando Oportunidades (CREO), organización política que apoyó al conservador Guillermo Lasso, que pedirá el recuento completo de más de cuatro mil actas electorales, aunque algunos de sus dirigentes plantean escrutar nuevamente la totalidad de los sufragios.
Simpatizantes de Lasso y Moreno marchan en Quito
Cientos de simpatizantes se manifestaron este sábado en la capital en apoyo a la petición de un nuevo recuento "voto a voto" de los resultados. Dos marchas que salieron del norte y del centro sur de la capital confluyeron en la céntrica plaza de Santo Domingo. En el recorrido los participantes gritaron "fraude", "fuera Correa, fuera", y también corearon "el pueblo unido, jamás será vencido" en repetidas ocasiones.
Banderas de Ecuador, del movimiento Creando Oportunidades (CREO, centroderecha) con el que se presentó Lasso a la segunda vuelta de las presidenciales, y camisetas de la selección de fútbol se mezclaron con el sonido de vuvuzelas y la iluminación de bengalas que lucharon con la lluvia.
A unas pocas calles, en la plaza de la Independencia, simpatizantes del movimiento oficialista Alianza País (AP, izquierda) también se congregaron para mostrar su apoyo tanto a Correa como a su sucesor, Lenín Moreno.
Las dos concentraciones estuvieron separadas por un fuerte cordón policial ubicado en los accesos a la conocida también como plaza Grande, donde se encuentra el palacio presidencial de Carondelet.
Desde la noche electoral del 2 de abril se han sucedido las protestas ante las dependencias del Consejo Nacional Electoral en Quito y otras ciudades ecuatorianas para denunciar el supuesto fraude y exigir un nuevo recuento, acusaciones rechazadas por el organismo electoral.
Con el escrutinio al 99,97 por ciento los datos que publicó el Consejo Nacional Electoral (CNE) en su web otorgan a Moreno el 51,14 por ciento de los votos y a Lasso el 48,86 por ciento.
JCG (EFE, dpa)
Ecuador, cinco meses después del terremoto
Un desastre como el de Ecuador puede representar una oportunidad de hacer las cosas mejor, opinan especialistas. ¿Cómo enfrentan esto las autoridades, los pobladores de las zonas afectadas, la asistencia internacional?
Imagen: DW/M. Banchon
La vida sigue en los albergues
La noche del 16 de abril un terremoto de 7,8 de magnitud en la escala de Richter sacudió Ecuador y devastó las provincias de Esmeraldas y Manabí. Cinco meses después, sobre todo en zonas rurales y apartadas, la población sigue viviendo en los albergues provisionales provistos por el gobierno y organizaciones internacionales de asistencia.
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Ecuador se reconstruye
Cuando ocurrió el terremoto del 16 de abril, las Normas Ecuatorianas de Construcción justo habían acabado de elaborarse. En un país con alto riesgo sísmico, cambiar el tipo de construcción es imperativo. Aquí una casa modelo, hecha con la caña guadúa, propia de la región. Aunque el plan de reconstrucción aún no está listo, se dice que en dos años podrían estar acabadas las 7000 viviendas perdidas.
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Inseguro
Las guías del nuevo código de construcción, elaboradas junto con el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo y el programa de Preparación para Desastres de ECHO, se entregaron rápidamente. Si bien no es algo tan visible como la entregad de frazadas o agua, requiere un intenso trabajo a nivel local y nacional y programas de formación de personal.
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Nuevas formas de construir
“El nuevo marco normativo sirve de aquí en adelante. Es importante no sólo que exista sino que se aplique y que se explique en las universidades para que los profesionales salgan con una conciencia diferente. El cumplimiento de esas normas puede que sí encarezca la construcción, pero salva vidas”, explica a DW Óscar Robles, de la organización Catholic Relief Services (CRS).
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¿Quién compra?
En las zonas más afectadas de Manabí y Esmeraldas el comercio, la agricultura , la pesca y el turismo eran las actividades económicas más importantes. Sin la infraestructura hotelera y los restaurantes, los productores no pueden colocar sus productos. Aquí Pedernales, el centro comercial de la región, cuyas microempresas vuelven tímidamente.
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Velar por derechos
Otra de las tareas de las organizaciones de la sociedad civil es verlar por los derechos de los más vulnerables. El problema de los embarazos adolescentes, los feminicidios y el acoso sexual, que ya tenía niveles preocupantes en Esmeraldas antes del desastre, se ha disparado con la precariedad.
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Ayuda humanitaria internacional
Desde un día después del terremoto, la oficina de Ayuda Humanitaria y Protección Civil (ECHO) ha estado presente en el país. Proveer de agua limpia, alimentos, albergues, medicinas y asistencia psicosocial a los damnficados ha sido el objetivo en los primeros meses después del desastre que dejó sin techo a 7000 familias. Aquí se ve una instalación sanitaria para los pescadores de La Chorrera.
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Trabajar en la precariedad
Aunque la situación de la mayoría de los habitantes se ha estabilizado, en albergues o en campamentos, la actividad económica está aún lejos de volver a la normalidad , sobre todo en las zonas más apartadas. La microempresa más que nunca antes es el motor de estas regiones afectadas. Comedores, tiendas, servicios de Internet funcionan en las construcciones provisorias.
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Miedo
"Perdimos nuestra casita que estaba recién hecha. Lloramos mucho, pero no es un dolor como perder un familiar. Mi marido es pescador, trabaja en la noche. Yo me voy a dormir donde la vecina, porque me da miedo dormir solita", cuenta una pobladora de La Chorrera.
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Nuevas normas, ¿nueva infraestructura?
Las poblaciones dedicadas a la pequeña pesca se han visto especialmente afectadas. Por un lado, la destrucción de la vivienda. Por otro, las nuevas normas prevén un nuevo emplazamiento de sus pobladores. Si están más alejados de la playa, a donde solían llegar los compradores directamente, ¿dónde obtendrán la infraestructura de refrigeración para conservar el producto?
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¿Cuándo se acaba la emergencia?
La expectativa es que en dos o tres años la fase de reconstrucción haya acabado. Ejemplos de países como Chile o Perú hablan de que el problema de la vivienda es el que más lento va. En muchos casos, el albergue transicional, diez años después, se ha convertido en permanente, explica especialistas en emergencias.
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Aún quedan escombros
"Las familias están seguras, los niños vuelven a las escuelas. La Policía especializada asegura la zona, el Ministerio de Inclusión Económica y Social tiene estructuras que funcionan bastante bien. Pero no es la normalidad. La familia quiere su casita. Va a llevar tiempo. El terremoto de Haití fue hace 6 años y todavía hay miles de personas viviendo en carpas", explica Óscar Robles, de CRS.