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Ecuador, enredado en el caso Assange

José Ospina-Valencia
13 de mayo de 2019

El Gobierno de Ecuador, según reporte no confirmado del El País, entregaría este 20 de mayo a EE.UU. las pertenencias de Assange, abandonadas tras terminar su asilo el 11 de abril. ¿Viola Ecuador su propia Constitución?

Lenin Moreno, presidente de Ecuador
Lenin Moreno, presidente de EcuadorImagen: Getty Images/AFP/R. Buendia

Según el periódico español El País, las pertenencias de Assange, acumuladas durante más de seis años de obligada estadía, serían entregadas a las autoridades de Estados Unidos. "Las cosas de Assange solo le pertenecen a Assange, y a nadie más”, dice a DW el jurista ecuatoriano Mario Melo, director del Centro de Derechos Humanos de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador, con sede en Quito.

Entre las pertenencias de Assange se incluirían celulares, archivos, computadoras, memorias y CDs que, como se cree, contendrían información sensible. Así que "entregarlas a otra autoridad no solo riñe con las leyes del Ecuador sino con la ética”, asegura el profesor Melo desde Quito, y agrega que "el Estado ecuatoriano no puede entregar, sin autorización, a un tercer Estado, elementos que le pertenecen a una persona que se encontraba bajo su protección”.

Una acción que el Ministerio de Relaciones Exteriores y Movilidad Humana del Ecuador aún no confirma, tampoco a pedido de DW. Por ello, el profesor Melo confía en que eso no suceda, ya que una acción así, "deslegitimaría la política de Derechos Humanos del Gobierno de Ecuador de los últimos meses”. La "aspiración como ecuatoriano” del abogado Mario Melo, magíster en Ciencias Internacionales de la Universidad Central del Ecuador, es que el Gobierno de Quito "no concrete ese anuncio y respete la condición de refugiado que tuvo Julian Assange, así como sus bienes y la información que puedan contener”.

¿Vale todo por acercarse a Trump?

El anunciado "registro” de la habitación de Assange se debe, presuntamente, a una "petición de ayuda judicial” del Departamento de Justicia de EE.UU. a Ecuador. "Retirarle el asilo a Assange, quitarle la nacionalidad ecuatoriana y cooperar con la Justicia de Estados Unidos se enmarcan dentro de la nueva política de acercamiento del Ecuador a EE.UU.”, dice por su parte a DW Ximena Zapata, doctoranda en el GIGA, el Instituto Alemán de Estudios Latinoamericanos, con sede en Hamburgo. Recuerda que el presidente de su país, Lenin Moreno, ya había dicho que Assange se había convertido, junto con la crisis de Venezuela, en "piedras en el zapato” para las relaciones de Ecuador con Washington.

La analista internacional ecuatoriana considera que "el acercamiento entre Quito y Washington le allana el camino a una posible extradición de Julian Assange a Estados Unidos”. Assange había pedido asilo en junio del 2012, cuando era requerido por la justicia de Suecia por acusaciones de violación que entonces fueron archivadas.

El australiano, de 47 años, siempre dijo temer que la extradición a Suecia fuera solo un modo de acabar entregándolo a Estados Unidos, donde temía ser condenado a la pena de muerte por la publicación en el 2010 de cientos de miles de documentos secretos de las Fuerzas Armadas y la diplomacia

El pasado 11 de abril, el presidente de Ecuador, Lenín Moreno, le retiró el asilo diplomático y la nacionalidad ecuatoriana, permitiendo a las autoridades británicas que entraran en la Embajada a detenerlo. Este 13 de mayo, la justicia sueca anunció la reapertura del caso de 2010 por presunta violación contra el fundador de Wikileaks, con la esperanza de que comparezca en un tribunal antes de la prescripción de los hechos en 2020, si no es extraditado a Estados Unidos.

Crímenes de guerra y la guerra por taparlos

La justicia estadounidense quiere juzgarlo por "piratería informática", un cargo por el que podría ser condenado a unos cinco años de cárcel. Además se le acusa de haber ayudado a la exanalista de inteligencia Chelsea Manning a compartir información sobre violaciones de los Derechos Humanos por parte de militares estadounidenses durante la Guerra de Irak, entre 2009 y 2010. Manning, a pesar de la nueva amenaza de prisión, se niega a declarar en este caso.

Entre tanto, el caso Assange lleva unos diez años ocupando a las cortes en diferentes países. Y aún no se sabe ni cuál será ni cómo terminará el próximo capítulo de esta saga. En Ecuador ya se están investigando probables "irregularidades”, tanto en el proceso de entrega de la ciudadanía a Assange, como en el de su retiro. Para el profesor Mario Melo, el caso Assange va más allá del enfrentamiento entre (el expresidente) Correa y Moreno, por lo que "no debería ser abordado como una política de Gobierno sino de Estado”. Concluye que "la Constitución del Ecuador pone por sobre cualquier otro interés del Estado la defensa y protección de los Derechos Humanos”.

(er)

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