Edificios climatizados con energía del subsuelo
8 de febrero de 2013Las entrañas de la Tierra albergan una inmensa cantidad de energía. En la corteza terrestre, la temperatura asciende cada 100 metros en un promedio de tres grados, lo que abre un amplio panorama de posibilidades de uso que en Alemania, en camino hacia un cambio en su matriz energética, se vuelven cada vez más importantes. Pero no solo en Alemania, como lo demuestra el renombrado Escenario a Futuro del Centro Aéreo Espacial Alemán (DLR), confeccionado por encargo de Greenpeace, que estima que el potencial tecnológico de la geotermia supera con creces la cantidad de energía consumida actualmente en el mundo.
Aire frío y caliente para edificios
El calor y el frío de la Tierra se pueden utilizar sin demasiado esfuerzo. Ya a pocos metros debajo de la superficie de nuestro planeta reina una temperatura casi constante que corresponde aproximadamente a la temperatura anual promedio de la superficie, lo que en Alemania equivale a un valor de seis a diez grados centígrados. Eso es algo que facilita la producción de calor en invierno y de frío en verano, ya que el aire acondicionado es transportado a los edificios a través de cañerías que se colocan en el subsuelo.
Este concepto, junto con otros, es utilizado hace años en los modernos edificios de oficinas de algunas ciudades como Friburgo, en Alemania, donde la calefacción del edificio del Instituto Fraunhofer de Sistemas de Energía Solar (ISE) surge de caños subterráneos que se encuentran a seis metros de profundidad.
Energía de las profundidades para generar electricidad y calefacción
La geotermia posee dos variantes: el uso del calor de la superficie de la Tierra y el del calor de las profundidades. En Alemania se utiliza la geotermia de profundidad, por debajo de 400 metros. Con temperaturas de más de 100 grados es posible calentar el ambiente de edificios en forma directa, y también generar electricidad.
Sin embargo, el tipo de generadores que se usan para ello también precisa electricidad para funcionar. Combinadas con una calefacción de suelo radiante eficiente, esas bombas generadoras llegan a producir de tres hasta cuatro kilovatios/hora de calefacción por cada kilovatio/hora de electricidad.
Calefacción con energía desde la superficie
Al contrario de la geotermia de profundidad, la geotermia de superficie no es suficiente, por lo general, para el abastecimiento directo de calor para los edificios. Por eso, se añade al procedimiento un generador de calefacción. En Alemania, cerca de 200.000 edificios se calefaccionan con el calor de la superficie terrestre, y cada año se suman 20.000 más.
Las bombas generadoras de calor funcionan con un principio similar al de un refrigerador, cuyo espacio interior se enfría, mientras su parte posterior se calienta. Del mismo modo se le extrae, a través de cañerías de agua, una parte del calor del suelo, es decir, se lo enfría, al mismo tiempo que se calienta –al igual que en la parte posterior de un refrigerador- el agua para la calefacción del ambiente.
Calefacción de edificios con agua de desecho
El calor también puede ser extraído de las aguas de la canalización, relativamente calientes. “Ese tipo de recurso energético es rentable para edificios, sobre todo teniendo en cuenta el aumento en los costos de electricidad”, explica Olaf Westerhoff, experto en recursos renovables de la Compañía Abastecedora de Energía de Constanza, en entrevista con DW.
La abastecedora de Constanza construyó un intercambiador térmico de 90 metros de largo en un canal de aguas de desecho, con el que logró generar calefacción para tres edificios de departamentos. La empresa planea extraer de ese modo unas 900.000 kilovatios/hora de calefacción por año de aguas residuales, lo que equivale a en términos energéticos a aproximadamente 90.000 litros de gasóleo para calefacción.
Según Westerhoff, el uso de aguas residuales es muy conveniente en las grandes ciudades en las cercanías de zonas industriales. En Berlín, Múnich, París, Dijon y Copenhague ya se produce calefacción en centrales subterráneas de ese tipo, y se planifican más centrales para otras ciudades europeas.
Autor: Bernward Janzing/ Cristina Papaleo
Editora: Emilia Rojas-Sasse