Eduardo Lora: "Duque ya no tiene ningún juego político"
6 de mayo de 2021
¿Cuán poco social era la propuesta de reforma tributaria que fue la chispa que hizo estallar las calles de Colombia? DW entrevistó a Eduardo Lora, investigador de la Universidad de Harvard y ex economista jefe del BID.
Eduardo Lora: Hay consenso entre los economistas en que es urgente porque el déficit fiscal es muy grande, el Gobierno ya está enfrentando problemas de financiamiento y, como el nivel de deuda tendería a aumentar muy rápidamente si no se hace algo, es muy factible que Colombia pierda el grado de inversión.
Sí, totalmente, lo que no estuvo fue ambientada ni social ni políticamente. Yo creo que era una reforma bastante bien estudiada y bastante progresiva en sus efectos. Es cierto que iba a recaudar más, pero había previsto unos mecanismos de transferencias a los pobres e incluso a parte de las clases medias. La reforma iba a lograr que el 50 ó 60 por ciento de la población terminara con más ingresos que sin la reforma. Además, la parte más pesada de la propuesta en términos de impuestos adicionales recaía sobre todo sobre la clase alta. Eso no lo explicó de ninguna manera clara ni convincente el Gobierno de Duque, que no hizo una labor de negociación y de convencimiento con los políticos, y estos encontraron rápidamente la manera de criticar el proyecto. Criticar una reforma tributaria es una cosa muy sencilla, basta con decir a qué grupos afecta o comentar que el IVA se a va a subir a tal o cual producto. El error estuvo en la estrategia de comunicación y de venta política.
Dice usted que esa reforma está conectada con la realidad social del país, pero las calles han estallado…
Sí, pero las calles no leyeron las 140 páginas de la propuesta de reforma. La gente sabe que existe la propuesta y los políticos escogieron algunas cosas para criticarla, como que iba a subir el IVA de los servicios funerarios o que iba a tener que pagar impuestos gente que recibe pensión. A cualquier reforma se le pueden encontrar detalles explosivos y la gente considera que es una afrenta contra sus derechos.
¿Es posible abordar en Colombia una reforma tributaria sin abordar al mismo tiempo otras reformas?
Esta reforma tenía un conjunto de propuestas de ampliar, extender en el tiempo las transferencias de apoyo a los pobres, y medidas previstas para la generación de empleo, así como para la corrección del gasto público y la reorganización de la administración pública. Era una reforma ambiciosa. Carrasquilla entendió que una reforma tributaria no podía ir sola sino acompañada de otras que la hicieran atractiva, pero eso no se lo contó a la gente. Pero un paquete completo de la reforma tendría que haber incluído una propuesta laboral más ambiciosa y una reforma pensional, porque las pensiones son parte del problema fiscal que tiene Colombia y de la tremenda inequidad económica del país.
El Comité Nacional de Paro ha presentado una serie de exigencias a Duque para poner freno a las protestas y propone para financiarlas el uso de reservas internacionales, renegociar la deuda externa, eliminar exenciones tributarias a grandes capitales y grandes empresas.
Las empresas en Colombia pagan tasas de impuestos bastante altas. Lo que sí tiene sentido es quitar exenciones, tratamientos preferenciales de determinados grupos de empresas. Eso era parte de lo que tenía la reforma, y creo que en eso está todo el mundo de acuerdo. Mucha gente dice que hay que echar atrás las exenciones y prebendas creadas con la reforma de 2018-2019. En eso creo que tienen toda la razón.
¿Qué aspectos debe abordar Restrepo, el nuevo ministro de Hacienda de Duque, a la hora de elaborar una nueva propuesta de reforma tributaria?
El proyecto de Duque ya no tiene viabilidad política y va a tener que hacer una propuesta minimalista para tratar de salvar la estabilidad fiscal. Van a hacer cosas que no afecten directamente el bolsillo de la gente, como impuestos a las empresas e impuestos a los dividendos. Y quizá busquen ventas de activos públicos. Por supuesto, contendrán el gasto público. Ya se habló de algo que fue un error estratégico impresionante, que era la tramitación de compra de unos aviones de guerra que costaban una suma escandalosa. Pero no van a hacer nada por el lado de los impuestos directos a las personas y del IVA, que son dos potenciales grandes fuentes de ingresos.
A 12 meses de las elecciones, seguramente poco más pueda hacer Duque…
Sí. Como dijo ayer el Financial Times, Duque ya es un lame duck, ya no tiene ningún juego político.(ers)
Bogotá en medio de la pandemia
Colombia está atravesando su peor momento de la pandemia con un fuerte incremento en el número de contagios. ¿Cómo se vive esta crisis en la capital? Un paseo por Bogotá, en imágenes.
Imagen: Alexandra Correa Solarte/DW
Bogotá diversa
Cuidadores de carros esperan clientes, recostados en este letrero, ubicado en el parque de los Hippies, en Chapinero. Este barrio es insignia del orgullo gay. Aquí, justo en esta plazoleta, vive modestamente la alcaldesa de Bogotá, Claudia López, junto a su pareja Angélica Lozano, actual senadora por el partido Alianza Verde.
Imagen: Alexandra Correa Solarte/DW
Amigas
Mujeres caminan frente a una de las sedes del banco más importante del país, Bancolombia, ubicado en la calle 26, en pleno centro de Bogotá. Se dirigen hacia el Museo Nacional, el más antiguo del país.
Imagen: Alexandra Correa Solarte/DW
Pedaleando
En plena Carrera Séptima, una de las vías más importantes de Bogotá, que atraviesa de norte a sur prácticamente toda la urbe, la Alcaldía abrió durante la pandemia un carril exclusivo para las bicicletas. El objetivo es evitar aglomeraciones en el transporte público y formar parte del llamado Corredor Verde que buscará devolverle espacios a los peatones e impulsar la movilidad sostenible.
Imagen: Alexandra Correa Solarte/DW
Aferrados a la esperanza
Rosángela Amondaraín, de 38 años, su esposo y sus hijos, huyeron hace un año de la crisis humanitaria en Venezuela. Cruzaron de manera ilegal por una de las trochas fronterizas entre Colombia y el país vecino. Llegaron caminando a Bogotá. Hoy piden cualquier empleo, en los semáforos.
Imagen: Alexandra Correa Solarte/DW
Fantasmal
Los cerros orientales de Bogotá y las palomas son los protagonistas en una de las calles del barrio residencial Rosales, en un día de cuarentena. Aquí vive la clase alta bogotana. La capital entró en alerta roja a principios de enero, a causa del aumento vertiginoso de contagios y muertos por el Covid.
Imagen: Alexandra Correa Solarte/DW
Luchando por la subsistencia
Una joven madre indígena desplazada hace más de 5 años de su territorio ancestral por la violencia, hila collares de chaquiras mientras sus hijos juegan descalzos. Ellos pertenecen a la comunidad del Pacífico Emberá Katío, del departamento del Chocó, uno de los más conflictivos por el narcotráfico y la minería ilegal del oro. Con las ventas, paga arriendo y alimentación.
Imagen: Alexandra Correa Solarte/DW
Estación de Policía
Un mando de esta unidad policial imparte instrucciones a tres auxiliares de policía. Los jóvenes no están todavía en servicio, ya que no portan chaleco, armamento y cinturón. Atrás los observa un compañero en servicio, dotado con un chaleco balístico y un fusil de fabricación israelí. A su lado, se encuentra otro auxiliar vestido de civil, prestando atención.
Imagen: Alexandra Correa Solarte/DW
Domingo tranquilo
Una pareja pasea en plan dominguero frente a un grafiti urbano en un barrio rico. Al lado hay un deportista interesado en la colorida pintura, mientras un ciclista reparador ambulante de bicicletas, recoge sus herramientas del andén.
Imagen: Alexandra Correa Solarte/DW
Don Laureano, el zapatero
Hace más de 50 años los lustradores de zapatos ambulantes prestan su servicio en el emblemático parque de Lourdes. “Don Laureano Rodríguez” trabaja aquí desde los 18 años. Hoy, con 70 años de edad, se queja porque no solo la pandemia le ha quitado clientes, sino porque el calzado deportivo ha desplazado al zapato de cuero.
Imagen: Alexandra Correa Solarte/DW
Tensa relación
Estos policías formando frente a un CAI (Centro de Atención Inmediata), pertenecen a los grupos de fuerza disponible de la Policía de Bogotá. Se forman diagonal a la casa de la alcaldesa, Claudia López, en donde pequeños comerciantes se dan cita para protestar por las repercusiones económicas de las cuarentenas.
Imagen: Alexandra Correa Solarte/DW
Plegarias en casa
La iglesia de San Diego, del siglo XVII, se ha quedado sola desde que comenzó la pandemia. Solía ser visitada por más feligreses y turistas, ya que se encuentra ubicada en pleno centro histórico de la ciudad y justo abajo de la falda del cerro de Monserrate, una de las principales atracciones turísticas de la capital.
Imagen: Alexandra Correa Solarte/DW
Desespero
Dos madres migrantes venezolanas suplican que les compren bolsas para la basura en los semáforos. Wideisy Alexandra Cordero de 29 años, carga en sus brazos a la hija de su amiga. Juntas se acompañan desde hace más de un año en esta trágica crisis humanitaria. Al inicio de la pandemia muchos venezolanos regresaron a su país, pero ya están de vuelta.
Imagen: Alexandra Correa Solarte/DW
Un respiro
Un ciclista aficionado hace una pausa en uno de los miradores bogotanos vía Bogotá-La Calera; este último es un Municipio aledaño a la capital, ubicado en la Cordillera Oriental de los Andes. Su altitud alcanza hasta los 3.000 metros, por eso sus empinadas carreteras son apetecidas por ciclistas profesionales y principiantes. Actualmente varios de los mejores ciclistas mundiales son colombianos.
Imagen: Alexandra Correa Solarte/DW
Desempleo
Joven desempleado acude a los malabares circenses para ganarse la vida. Millones de empleos se perdieron por la pandemia y muchas empresas quebraron.
Imagen: Alexandra Correa Solarte/DW
¡No están solos!
Los médicos en Colombia no sólo están agotados física, moral y mentalmente. Sufren sobrecarga de trabajo, malos pagos, maltrato y hasta amenazas de vecinos que tienen miedo de infectarse. Por eso un sector empresarial colombiano decidió hacerles este monumental homenaje. La pancarta gigante fue hecha con cientos de fotos.
Imagen: Alexandra Correa Solarte/DW
Con suerte
Ser repartidor domiciliario se ha convertido en una opción de empleo para migrantes venezolanos con permiso de trabajo y colombianos desempleados. La aplicación nacional Rappi los conecta con una red de clientes que piden comida, víveres y productos a domicilio.
Imagen: Alexandra Correa Solarte/DW
Golpeados
Estos taxistas esperan su turno para recoger a los clientes que salen con bolsas de un supermercado. Mientras tanto charlan sobre sus preocupaciones financieras. El sector de los amarillos, como se les conoce en Colombia, no se ha salvado del golpe económico. Tan pronto estalló la pandemia, el gremio tuvo una reducción del 70 por ciento en la demanda del servicio.
Imagen: Alexandra Correa Solarte/DW
Me toca salir a trabajar
El transporte masivo de buses articulados en Bogotá se llama Transmilenio. Varios usuarios esperan su número de bus, en una de las estaciones. Pese a que es fin de semana de cuarentena total, se ven obligados a salir para cumplir con las actividades que están dentro de las excepciones, como lo son servicios de salud, alimentos, veterinarias, droguerías, supermercados o vigilancia privada.
Imagen: Alexandra Correa Solarte/DW
¡Bogotá a cielo abierto!
Así ha denominado estas zonas la alcaldía de la capital. La idea es que los restaurantes puedan atender a sus clientes al aire libre, evitando usar los espacios interiores para prevenir el contagio. Hay 8 zonas acondicionadas, como ésta, por toda la ciudad.