Educación abierta en la red
9 de mayo de 2012 Cuando en Alemania se debate sobre educación, casi siempre se termina hablando de dinero. Del dinero que les falta a las escuelas y a las universidades. Sin embargo, en el congreso re-publica, el mayor foro de la sociedad digital, el tema clave fue el desarrollo de una nueva política educativa y sus limitaciones.
Humboldt: un antiguo concepto de élite universitaria
Lo decisivo, dice Anja Wagner, experta en educación digital o e-learning, no es tanto el dinero que se gasta, sino cómo distribuirlo sensatamente. Pero lo más importante es, según ella, “un concepto totalmente nuevo del sistema educativo”. La educación, dijo Anja Wagner, está en todo el mundo demasiado ligada a instituciones tradicionales, especialmente en Alemania, donde el debate aún está determinado por los ideales de Wilhelm von Humboldt. El conocido reformador de la educación (1767-1835), pensaba que la universidad era un lugar para el libre aprendizaje y la investigación que debía formar a ciudadanos del mundo cuya característica principal era la autonomía. Pero eso, explica Anja C. Wagner, era ya en aquella época un “concepto de élite” confeccionado para los “jóvenes representantes de la clase económica dominante”.
En su análisis, Anja Wagner demostró punto por punto el modo en que la educación está supeditada en todo el mundo a factores económicos. Y lo mismo sucede en la sociedad global de internet. “El obrero de una fábrica” dice, “es estructuralmente irrelevante”, con lo cual sufre de desventajas ya que está aislado del proceso educativo, sea en el país que fuere. Por no hablar de quienes no saben leer ni escribir. La tan mentada “brecha digital” no toma en cuenta fronteras, sino que recorre transversalmente a todas las sociedades.
Agujeros negros en Alemania
La consecuencia de ese fenómeno es, de acuerdo con la experta, que el acceso a internet es condición esencial para superar la brecha educacional. Y añadió que no solo hay “agujeros negros” en la sociedad digitalizada de los países en vías de desarrollo, sino también en países ricos como, por ejemplo, Alemania.
Desde el punto de vista puramente tecnológico, eso es algo que podría dar lugar al optimismo. A fines de 2011, un 32,7 por ciento de la población mundial poseía acceso a la red. Un fenómeno en el que se destacan especialmente las tasas de crecimiento en América Latina, Asia y África. Allí hubo, desde comienzos de siglo, un crecimiento de hasta un 3.000 por ciento. Cifras que alientan y motivan a los participantes del congreso re:publica. Sin embargo, no se dilucidó en su totalidad qué tipo de educación debería ponerse a disposición a través de internet. “El contexto es más importante que el contenido”: ese es el credo de la experta en educación.
Dar voz a los desaventajados
Con todas las esperanzas que se depositan en la web 2.0, la red por sí misma no es suficiente para desarrollar una nueva política educativa, constató Anja Wagner. “El mercado educativo ha crecido hasta transformarse en un mercado internacional de consumo en el que los oferentes –sobre todo los de países occidentales- hacen negocios colocando sus productos editoriales vía e-learning o reciclándolos como subproductos para ese fin”, dice. Y para desarticular esa relación de poder, dice Wagner, habría que dar voz a los más desaventajados. Ese es el ideal que persiguen varias de las iniciativas presentadas en re:publica. “Hive”, por ejemplo, es una plataforma estadounidense de aprendizaje basada en estructuras democráticas de base cuyo objetivo es integrar a jóvenes desaventajados. Fue presentado por Michelle Thorne, de Nueva York, que ahora viven en Berlín y aprovechó la oportunidad para fundar una “Hive” en esa ciudad.
“Do it yourself”
Ese es el lema de los proyectos educativos que se pusieron de relieve en re:publica. Como por ejemplo la plataforma “ununi.tv”. Su nombre –que significa algo así como “anti universidad”- describe de manera irónica “una universidad moderna que es la antítesis de una conferencia, que se desarrolla en un lugar no establecido y sin un horario determinado”, según sus creadores. Y que está abierto “a todos los interesados, periodistas, gente de los medios y aquellos que vienen de otras profesiones”, lo cual representa también un paso más en contra de las antiguas estructuras académicas.
Sin embargo, la inmensa posibilidad participativa de las estructuras de base democrática se topa con algunos obstáculos. Las personas que son consideradas desaventajadas en lo económico y en lo educativo no participan de proyectos como los descritos de manera activa a pesar de toda la apertura que éstos ofrecen. Las herramientas -es decir, los recursos tecnológicos por sí mismos- no son suficientes para impulsar esa participación. Y hubo otro aspecto que puso freno a la euforia digital. Una de las participantes preguntó algo muy simple: ¿de qué sirve poner a todos los alumnos frente a una computadora con acceso a internet si muchos no saben ni siquiera cómo manejarla? Un cuestionamiento que quedó sin respuesta.
Autora: Aya Bach/ Cristina Papaleo
Editora: Emilia Rojas