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Educadores de primera infancia exigen mejoras laborales

18 de mayo de 2009

Una huelga por tiempo indeterminado en guarderías alemanas provoca dificultades a padres que trabajan. Pero sin mejoras laborales no es posible brindar una atención adecuada a los más pequeños.

Salas vacías en las guarderías de Alemania.Imagen: picture-alliance / dpa

Desde el viernes 15 de mayo las guarderías infantiles (Kindertagesstätte o "Kitas") de varias regiones de Alemania están vacías. No se escuchan risas ni el ruido de niños jugando. Tampoco hay maestras leyendo cuentos ni ayudando a los niños a recortar y pegar. El motivo es que 11.000 de los 220.000 educadores de la primera infancia se adhirieron a la huelga organizada por el sindicato Educación y Ciencia (GEW) y ver.di, que es, con unos tres millones de miembros, uno de los sindicatos más grandes del mundo. Los jardines y guarderías infantiles están cerrados, y los padres tienen que usar su creatividad para encontrar soluciones alternativas al cuidado de sus hijos.

Según la Oficina Federal de Estadística, en Alemania más de 2 millones de niños pasan el día en guarderías infantiles. Existen 50.000 Kitas, de las cuales 17.000 son subvencionadas por las comunas. En las guarderías estatales se atiende día a día a 320 mil niños menores de tres años, y su personal se encuentra en huelga por tiempo indeterminado.

El panorama educativo en Alemania, que presenta serios problemas, como lo han demostrado los resultados del estudio PISA, está nuevamente en el centro de la opinión pública debido las protestas de los educadores de los primeros años de vida.

Las condiciones de trabajo por las que se manifiestan no eran de conocimiento público, y recién ahora salen a la luz a raíz de la huelga, que se prolonga esta semana y se extiende a los estados de Renania del Norte-Westfalia, Renania-Palatinado, Hessen, Schleswig-Holstein, Bremen, Saarland y Baden-Würtemberg.

Condiciones laborales cada vez peores

El objetivo de la medida sindical es obtener mejoras en las condiciones laborales y de salud de los educadores. Entre otras cosas, alegan problemas motivados por tener que sentarse en las sillas pequeñas que usan los niños, además del estrés que provoca el alto nivel de ruido en las salas. Dolores de espalda por alzar a los más pequeños y la falta de lugares de descanso en las pausas, todo hace que la vida cotidiana de las maestras (en su mayoría son mujeres las que desempeñan esta profesión) carezca de posibilidades de recuperación, aumentando así la cuota de enfermedades.

Niños en un jardín de infantes.Imagen: picture-alliance/ dpa

“Debe producirse una revalorización de las profesiones sociales, y las condiciones para desempeñarlas son más importantes que el dinero”, dijo Haradl Giesecke, experto de ver.di en el área social, refiriéndose a que el conflicto laboral se plantea en primera línea para lograr mejoras que protejan la salud de las maestras y no para conseguir un aumento salarial. Giesecke mencionó las mejoras arquitectónicas en edificios escolares dinamarqueses, en los que se utilizan materiales especiales para aislar el sonido en paredes y techos. Según Norbert Hocke en declaraciones al semanario Focus, las sillas demasiado pequeñas provocan hernias de disco, el ruido extremo en grupos con demasiados niños es estrés puro, y las exigencias debido a nuevos planes educativos para preparar mejor a los niños para su ingreso en la escuela provocan en las maestras una gran presión.

Debido a la falta de personal, las dificultades se agudizan. Hocke cree que “luego de que sindicato y empleadores se reúnan, deberían acordarse mejoras contractuales de protección sanitaria, como reducir la cantidad de niños en los grupos, crear lugares de descanso aislados, proporcionar sillas adecuadas y cambiadores con sistemas automáticos de elevación. Además, se deberían ofrecer medidas de prevención como aprendizaje postural y gimnasia.”

La atención y el cuidado de los más pequeños están en juego.Imagen: picture-alliance/ ZB



Maestros en lucha y padres en problemas

Los padres que no tienen la posibilidad de dejar a sus hijos al cuidado de una abuela o tíos que remplacen a la guardería se ven en dificultades. Organizar a último momento la atención de los más pequeños no es cosa fácil, por no decir imposible, en muchos casos.

La ministra de Familia Ursula von der Leyen en una visita a una Kita.Imagen: AP

Debido a la huelga de educadores, en varias ciudades, como Berlín o Colonia, el gobierno y las Oficinas del Menor y la Familia proveen información sobre lugares alternativos para que los más pequeños pasen el día. Según la ley alemana, los padres tienen derecho a faltar al trabajo durante un máximo de tres días sin perder su remuneración en casos de huelga y ante la imposibilidad de hallar una solución alternativa. En algunas empresas se permite a los padres tener a sus hijos ese día consigo. En otras existen lugares adecuados para dejar a los chicos al cuidado de personal especializado, pero esta clase de solución no abunda.

La ministro de Familia Ursula von der Leyen, del Partido Demócrata-Cristiano (CDU) apoya la medida, ya que cree que debe valorarse más el trabajo de las maestras. Algunas madres y padres están molestos por la huelga, pero la mayoría piensa que también se realiza por los niños, ya que si los maestros no están motivados y sanos no pueden brindarles la atención y la educación que se merecen.

Autora: Cristina Papaleo

Editora: Claudia Herrera Pahl

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