Los reportes de inteligencia estiman que Abu Omar al Shishani murió en una ofensiva aérea lanzada el viernes pasado en Al Shadadi.
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Una ofensiva aérea lanzada por Estados Unidos contra la localidad de Al Shadadi, en Siria, el pasado viernes 4 de marzo causó la muerte de 12 yihadistas del Estado Islámico, entre los que se encontraría el importante líder de la milicia radical Abu Omar al Shishani, también conocido como “Omar el checheno” (en la foto). Así lo reportó este martes (08.03.2016) el Pentágono mediante un comunicado. Varios funcionarios habían adelantado la información.
Shistani, quien fue descrito como el “ministro de Guerra” de facto del grupo rebelde, era uno de los insurgentes más buscados en un programa estadounidense de recompensas que ofrece hasta 5 millones de dólares por información que ayude a encontrarlo. La ofensiva lanzada por la coalición que combate el EI buscaba consolidar los avances sobre el terreno de las fuerzas que habían recuperado Al Shadadi de manos del Estado Islámico hace unas semanas.
Nacido en 1986 en Georgia, Shishani luchó en las fuerzas armadas de su país durante la corta guerra con Rusia de 2008 y tiene reputación de ser un cercano asesor militar del líder del Estado Islámico, Abu Bakr al-Baghdadi, quien ha dicho a sus seguidores que confía plenamente en su colaborador. Se estima que Shistani comenzó a luchar en brigadas rebeldes de la guerra civil siria en 2012 y que uno o dos años después se unió al EI.
Una buena mezcla
Dos funcionarios estadounidenses expresaron su optimismo en el resultado de la ofensiva, pero admitieron que la suerte de Shishani no estaba clara. Una tercera autoridad se limitó a decir que el comandante islamista era uno de los blancos del operativo aéreo. El Departamento de Defensa de Estados Unidos no ha confirmado por el momento la muerte del terrorista, aunque existe un alto grado de certeza al respecto.
Su muerte, si se confirma, podría afectar severamente la capacidad del grupo islamista para reclutar soldados en el extranjero, así como sus esfuerzos por mantener sus posiciones en Irak y Siria, donde en los últimos meses ha sufrido fuertes reveses. Los reportes de inteligencia reconocían que Al Shishani, cuyo nombre real es Tarkhan Batirashvili, había convertido a las fuerzas del EI en eficientes máquinas de combate gracias a la mezcla de sirios, que conocen el terreno, con chechenos, hábiles en la lucha.
DZC (Reuters, AFP, AP, EFE)
Así se vive bajo el dominio del Estado Islámico
Raqqa y otras ciudades están bajo el control de la milicia islamista. Allí imponen su régimen de terror.
Imagen: picture-alliance/AP Photo
La bandera del terror
Allá, al fondo, se ve la bandera del terror. El Estado Islámico domina un tercio del territorio de Siria. En ese tercio, justo en el límite con Turquía, se encuentra Tel Abyad, que forma una sola ciudad junto a la localidad turca de Akcakale. Activistas aseguran que desde que el EI controla Tel Abyad, la frontera se encuentra cerrada.
Imagen: Reuters
Raqqa, la capital del EI
En Raqqa impera el negro: los edificios públicos tienen la bandera del EI, que es de ese color. Hasta los pasaportes emitidos por la guerrilla son oscuros. Las mujeres no pueden salir solas a la calle y siempre deben ir cubiertas por completo con vestimentas... negras. En los antiguos edificios públicos ahora operan los "ministerios" del EI.
Imagen: Reuters
Rezar o morir
Todos los días se hace un llamado a realizar plegarias. Entonces, los comerciantes deben cerrar sus tiendas y las personas deben salir de sus casas para ir a las mezquitas. De lo contrario, podrían ser detenidos y eso, bajo el dominio del EI, puede significar derechamente la muerte.
Imagen: Reuters
Todo es de Alá, todo es del EI
Pese a la aparente normalidad que podría deducirse al observar estas fotografías, la realidad es bien distinta. Los más jóvenes deben entrenarse en campos militares del EI, los comerciantes deben pagarles un tributo y si los combatientes quieren, pueden llegar a una casa, desalojarla y hacerla propia... Ellos dicen que todo es de Alá, entonces todo es de ellos.
Imagen: Reuters
Jugando con la guerra
Los niños de la foto cargan restos de basura y de un avión de la Fuerza Aérea de Siria abatido en las afueras de Raqqa el pasado 16 de septiembre. Fue la primera vez que los milicianos, usando armas antiaéreas, derribaron a una aeronave de las fuerzas de Bashar al Assad.
Imagen: Reuters
Beneficios para los combatientes
En las localidades controladas por el EI no se puede fumar, escuchar música ni vestir de forma poco recatada. CNN mostraba cómo un hombre increpaba a una mujer en Raqqa, porque podía ver sus facciones a través de su burka. Los combatientes, en cambio, disfrutan de privilegios: cobran un salario, pueden visitar bares y portar armas, imponiendo el terror. "Son una mafia", dice un residente.
Imagen: Reuters
Exhibición de músculo militar
En todas las ciudades conquistadas, los combatientes del EI realizan paradas militares para exhibir su músculo guerrero. Ahí abundan los fusiles de asalto y armas cortas, pero también se les ha visto vanagloriarse de tanques capturados a los Ejércitos de Siria e Irak, así como vehículos blindados e incluso misiles Scud robados de los arsenales iraquíes, país donde incluso han atacado usando cloro.