EE. UU. y Rusia acuerdan tregua en suroeste de Siria
7 de julio de 2017
Donald Trump y Vladimir Putin anunciaron una tregua en el suroeste de Siria a partir del domingo, durante su primera reunión oficial celebrada al margen de la cumbre del G20 en Hamburgo.
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Los presidentes de EE. UU. y Rusia, Donald Trump y Vladímir Putin, acordaron hoy (07.07.2017) en una reunión en el marco del G20 una tregua en el suroeste de Siria que entrará en vigor a mediodía, hora local, del domingo 9 de julio.
Según informó el ministro de Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, en una comparecencia en Hamburgo, donde se celebra la cumbre del G20, los dos líderes se han comprometido además a asegurar que "todas las partes" implicadas en el conflicto respetan el alto el fuego.
Trump y Putin se entrevistaron hoy por primera vez cara a cara y su reunión duró unas dos horas y cuarto, según fuentes de ambas delegaciones.
"Es nuestro primer éxito"
La tregua comenzará a las 12:00 horas (09:00 GMT) del domingo en Damasco y también participará Jordania, según confirmó el secretario de Estado norteamericano, Rex Tillerson. "Es nuestro primer éxito", dijo el funcionario en referencia a la cooperación entre la Casa Blanca y el Kremlin.
El anuncio marca la participación de Estados Unidos por primera vez en mucho tiempo en un acuerdo oficial para poner fin a la violencia en Siria, azotada por una guerra civil desde 2011.
Primero "intereses nacionales"
A juicio de Lavrov, Putin y Trump "se mueven en primer lugar por los intereses nacionales de sus países", aunque entienden, no obstante "como interés la búsqueda de acuerdos en lugar de la confrontación, sin intentar crear problemas donde no los hay".
En Siria existe oficialmente un cese del fuego acordado en diciembre de 2016 bajo el patrocinio de Rusia y Turquía. Rusia es uno de los principales aliados de Al Assad y la supervivencia de su Gobierno es vital para el mantenimiento de sus intereses en Oriente Medio. Estados Unidos argumenta que el presidente sirio debe ser destituido y apoya a rebeldes moderados que combaten a las fuerzas del Gobierno.
FEW (dpa, EFE)
G20: las protestas son parte de la cumbre
Cada vez que se reúnen jefes de Estado y de Gobierno, así como ministros, las protestas no se hacen esperar. Los críticos de la globalización aprovechan las cumbres para desahogarse.
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El comienzo: la batalla de Seattle
Ya pasaron casi 20 años desde la llamada “batalla de Seattle” (1999). Es considerada como el comienzo no oficial de la nueva ola del movimiento antiglobalización en Estados Unidos. En aquel entonces no se pudo llevar a cabo la conferencia de los ministros de Economía y Comercio de la Organización Mundial del Comercio (OMC): miles de opositores a la globalización se enfrentaron a la policía.
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Finalmente unidos
En el marco de las manifestaciones de Seattle, se unieron por primera vez los movimientos de trabajadores y de defensores del medio ambiente. Juntos, ambos grupos protestaron contra la Organización Mundial del Comercio y los efectos negativos de la globalización. Hubo numerosos detenidos.
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Londres: carnaval contra el capitalismo
Una de las primeras manifestaciones antiglobalización a nivel internacional fue el llamado “carnaval contra el capitalismo” del 18 de junio de 1999. Se realizó paralelamente a la cumbre del G8 en Colonia. Sobre todo en Londres y Eugene, en el estado de Oregón (EE.UU.), las fiestas de protesta llamaron la atención.
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Génova: escalada y parteaguas
Durante la cumbre del G8 en 2001, miles de personas protestaron bajo el lema de “Otro mundo es posible” en la ciudad italiana de Génova contra el desperdicio de recursos, la desnutrición y la desigualdad entre pobres y ricos. Lamentablemente las manifestaciones no fueron pacíficas. Fueron el comienzo de una nueva era de protesta con gases lacrimógenos, coches incendiados y cócteles molotov.
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La cosa se pone seria
20.000 policías intentaron controlar a los manifestantes. En vano. El triste balance: un sinfín de heridos, un muerto. El italiano Carlo Giuliani recibió un disparo en una pelea callejera. Desde entonces, las cumbres G8 y G20 se realizan casi siempre en lugares alejados y fáciles de asegurar.
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Garmisch-Partenkirchen: tranquilo e inaccesible
En 2015, la cumbre del G7 se celebró en el Castillo de Elmau, en Baviera. Masivas medidas de seguridad acompañaron el encuentro: las tapas de los sumideros en las calles fueron selladas con soldadura y se desmontaron los buzones. Geográficamente, la sede de la cumbre, a mil metros sobre el nivel del mar, era prácticamente inaccesible. ¿Y las temidas protestas violentas? No hubo.
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¿Una cumbre climática?
En la cumbre del G7 en Elmau se discutieron muchos temas ecológicos, como la protección de los mares. Los participantes se comprometieron a intensificar y mejorar la lucha contra la polución de los mares y acordaron un plan de acción.
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Hamburgo: ¿una sede peligrosa?
El hecho de que el G20 de 2017 se realice nuevamente en el centro de una ciudad, en el barrio Schanzenviertel de Hamburgo, es un paso valiente por parte de los organizadores. 20.000 agentes de seguridad velarán por la seguridad. En esta edición, se decidió que la ciudad portuaria de Hamburgo acogerá el evento para resaltar su papel como “puerta al mundo”. Estos activistas acampan en los parques.
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La cumbre alternativa
“El G20 defiende un sistema, que profundiza la desigualdad social”, dicen los organizadores de la “cumbre de solidaridad global”. Ésta se celebra poco antes del G20 en Hamburgo. En este foro, críticos del capitalismo y activistas del medio ambiente buscan alternativas a la política del G20, que, en su opinión, no puede solucionar problemas como el cambio climático, las guerras y el hambre.
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Arrancan las protestas
En Hamburgo, ya comenzó la ola de protestas. En el puerto, activistas de Greenpeace cazaron el buque de carguero de carbón chino “Golden Opportunity”. Portaban pancartas y escribieron “End Coal” (pongan fin al carbón) sobre el costado del buque, antes de que la policía marítima confiscara sus barcos neumáticos.