EE.UU. ha anunciado que devolverá a algunos solicitantes de asilo a México mientras la Justicia resuelve sus casos, en una nueva estrategia que, según The Washington Post, podría poner a la práctica hoy mismo.
Publicidad
El Departamento de Seguridad Nacional (DHS) de EE.UU. explicó en un comunicado que a ciertos solicitantes de asilo ya no se les dejará en libertad en el país como hasta ahora, sino que serán devueltos a México mientras se resuelven sus casos.
A estos inmigrantes se les permitirá regresar a EE.UU. para comparecer ante un juez cuando se les cite en audiencia.
The Washington Post, que cita funcionarios estadounidenses, informó de que los primeros retornos se producirán este viernes en el puerto fronterizo de San Ysidro, en el límite entre San Diego (California) y Tijuana (Baja California).
"Asilo fraudulento”
Estados Unidos pretende reducir así los casos de "asilo fraudulento", en los que los inmigrantes, aunque dicen que van a pedir el asilo, "a menudo no presentan una solicitud de asilo y/o desaparecen antes de que un juez de inmigración pueda determinar los méritos de cualquier petición" una vez que son puestos en libertad.
Según datos del Gobierno de EEUU, un 90 % de las solicitudes de asilo son rechazadas en última instancia.
La secretaria del DHS, Kirstjen Nielsen, dijo que la nueva medida "no tiene precedentes" y aseguró que ayudará a poner fin al "abuso" de las "generosas" leyes migratorias estadounidenses, así como a abordar la "urgente crisis humanitaria" en la frontera sur.
Cerca de 10.000 inmigrantes esperan en estos momentos su ingreso a México en la frontera con Guatemala y unos 2.000 ingresaron la semana pasada a ese país sin cumplir con los protocolos requeridos por el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador.
Según el DHS, México se hará cargo de proveer ayuda humanitaria a los inmigrantes retornados mientras esperan en ese país la resolución de sus casos.
ER (efe, afp)
Deutsche Welle es la emisora internacional de Alemania y produce periodismo independiente en 30 idiomas. Síganos enFacebook | Twitter | YouTube |
La larga marcha de los migrantes latinos hacia EE. UU.
Luego de caminar miles de kilómetros para llegar a la frontera con EE. UU., los migrantes se topan allí con un cerco de ocho metros de altura, de acero u hojalata. Para ellos, simboliza rechazo y discriminación.
Imagen: Getty Images/AFP/G. Arias
Ocho metros hasta EE. UU.
Se estima que el cerco que conforma la frontera entre México y EE. UU. tiene ocho metros de altura. Los migrantes quieren cruzarla cueste lo que cueste, ya que sueñan con poder llevar una vida digna en ese país. Pero detrás de la frontera los espera la política represiva de Donald Trump, que, como casi ningún otro gobierno estadounidense, continúa azuzando a la gente con su discurso antimigración.
Imagen: Getty Images/AFP/G. Arias
El ingreso ilegal a la "Tierra prometida"
Uno de los migrantes ha logrado cruzar la frontera y llegar a EE. UU. Pero si podrá permanecer allí, está por verse. Si las autoridades de EE. UU. lo atrapasen, sería deportado de inmediato a México.
Imagen: Getty Images/AFP/G. Arias
Poco antes del salto hacia una nueva vida
Luego de miles de kilómetros de caminata, solo una pared de hierro separa a los migrantes de su meta. Cruzar el cerco requiere de mucha energía y valor, que ellos ya tuvieron al tomar la decisión de irse de su país en pésimas condiciones. Viajan en grandes grupos, para poder defenderse de la violencia de bandas criminales que aprovechan su indefensión.
Imagen: Getty Images/AFP/G. Arias
"Somos mexicanos, somos imparables"
Así reza este cartel, en la playa de Tijuana, insuflando coraje a los que se van de México y de países centroamericanos hacia EE. UU., en busca de un futuro mejor. Desde hace generaciones, personas de Centro- y Sudamérica intentan ingresar a EE. UU. desde México para quedarse a vivir y a trabajar allí.
Imagen: Getty Images/AFP/G. Arias
Cerco de hojalata
Esta parte de la frontera México-EE. UU. aún deja mucho que desear, como lo demuestra la hojalata de la que está hecha. Pasar al otro lado no parece ser tarea difícil para muchos de los que lo intentan.
Imagen: Getty Images/AFP/G. Arias
Miedo a la invasión
No es un sitio en guerra, sino solo el punto geográfico donde termina EE. UU. y comienza México, en San Diego, California. Esa gran ciudad en la frontera es a menudo un foco de atención debido al temor que tiene EE. UU. de que entren migrantes a través de ella. Por eso reforzaron la zona limítrofe con cientos de soldados y con cercos de alambre de púas.
Imagen: Getty Images/AFP/G. Arias
Agotamiento después del viaje
Estos migrantes no pueden más: luego de la caminata de miles de kilómetros, tratan de dormir donde y como pueden. Aquí, en Juchitán de Zaragoza, la gente descansa en el suelo, a falta de alojamiento. Luego de una corta pausa, seguirán su largo camino hacia EE. UU., con la esperanza a prueba de todo, y luchando por llegar a cumplir su sueño.
Imagen: Getty Images/S. Platt
La caravana de la pobreza
Al igual que llegaron los migrantes en 2015 desde Siria o Irak, a través de las autopistas austriacas, hasta Alemania, esta caravana marcha por las rutas de México en dirección a la frontera con EE. UU. La mayoría de los migrantes provienen de países donde reinan la corrupción, la pobreza y la violencia, como Honduras, Nicaragua, Guatemala y El Salvador.