El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, autorizó nuevas sanciones contra Corea del Norte, lo que fue calificado por la Casa Blanca como “el primer aspecto de nuestra respuesta” al ciberataque lanzado contra Sony Pictures Entertainment la semana pasada, que Washington atribuye a Pyongyang, pese a que el régimen de Kim Jong-un ha negado reiteradamente estar tras del atentado cibernético.

Las sanciones alcanzan a tres entidades y 10 funcionarios del gobierno de Corea del Norte, incluyendo a individuos que trabajan en Irán, Siria, China, Rusia y Namibia, de acuerdo al Departamento del Tesoro. Las diez personas afectadas no forman parte de la cúpula de poder en el país de ideología juche, pero están relacionados con las entidades sancionadas: la Oficina General de Reconocimiento, la Corporación de Comercio para el Desarrollo de Minas (KOMID) y la Corporación de Comercio Tangun de Corea.

La medida “es en respuesta a las actuales acciones y políticas provocadoras, desestabilizadoras y represivas del gobierno de Corea del Norte, en particular su destructivo y coercitivo ciberataque contra Sony Pictures Entertainment”, indicó el portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest. “Nos tomamos en serio el ataque de Corea del Norte, destinado a crear efectos destructivos en una compañía estadounidense y a amenazar a artistas y otros individuos con el objetivo de restringir su derecho a la libre expresión”, añadió.

No es contra el pueblo

Las sanciones implican que los afectados no tendrán acceso al sistema financiero estadounidense, verán congelado su eventual patrimonio bajo jurisdicción estadounidense ni podrán hacer negocios con ciudadanos o empresas de ese país, como tampoco ingresar al territorio de EE.UU. “Esta orden no va dirigida al pueblo de Corea del Norte, sino que está destinada al gobierno y a sus actividades que amenazan a Estados Unidos y a otros”, escribió Obama en una carta enviada a distintos parlamentarios.

El ataque contra Sony está relacionado con el estreno de la película “The Interview”, una comedia cuya trama gira en torno a una conspiración para asesinar a Kim Jong-un. Las personas que estuvieron detrás del ciberataque amenazaron con cometer atentados contra los cines que estrenaran el filme. Esto produjo que Sony Entertainment decidiera cancelar la exhibición de la película, medida que posteriormente fue revocada.

DZC (EFE, Reuters, dpa)