La acción no podría haber sido más simbólica

DER STANDARD, Viena: “Los manifestantes no dudaron mucho. Luego de las espectaculares protestas en Grecia y los disturbios en Londres, la llama olímpica, presentada hipócritamente como símbolo de la paz y el entendimiento entre los pueblos, fue apagada sin hesitar en París. Aún cuando haya sido encendida rápidamente de nuevo, la acción no podría haber sido más simbólica: cuando no reina la paz, tampoco puede arder ninguna llama de la paz. Los Juegos Olímpicos, que el gobierno chino planeaba transformar en la mayor exposición de sus propios logros en la senda hacia la modernidad, amenazan transformarse en una catástrofe.”

Los espasmos del espíritu olímpico

FRANKFURTER ALLGEMEINE ZEITUNG, Fráncfort del Meno: “La lucha por la antorcha olímpica en Londres y París es un reflejo de los espasmos que han hecho presa del espíritu olímpico. Incluso el presidente del Comité Olímpico Internacional, Jacques Rogge, cuyo laconismo hasta ahora no se sabía si era una burla al Tíbet o ingenuidad olímpica, ya no puede negar que el deporte y la política van de la mano cuando los Estados quieren poner con él en escena la paz. Los adversarios de esa representación teatral han transformado la acción de apagar la llama en un deporte. Es hasta ahora la única disciplina deportiva en la que existe algo así como el “deportista consciente”.

Los crímenes de los comunistas chinos

HOSPODARSKE NOVINY, Praga: “La carrera de relevos con la llama olímpica es una efectiva ceremonia de protesta contra la violencia china en Tíbet. La airada reacción del gobierno chino demuestra que le fue puesto un dedo en una llaga. Los Juegos Olímpicos de Pekín son una grandiosa oportunidad para llamar la atención sobre los crímenes de los comunistas chinos. Para protestar no existe mejor medio que el deporte, amado por miles de millones de personas en todo el mundo. De ello también son conscientes los deportistas de punta que han rechazado llevar la antorcha olímpica. Si otros deportistas siguen el ejemplo en otras ciudades y tampoco callan en Pekín, al gobierno chino el tiro le habrá salido por la culata.”

“Olimpia en Pekín”: operación fracasada

GAZETA WYBORCZA, Varsovia: "El establishment político, económico y deportivo de este mundo quiso pasar por alto los excesos totalitarios del régimen chino. Ahora ya no puede. En todo el mundo la gente apoya a los tibetanos, miles de organizaciones pequeñas y medianas de defensa de los derechos humanos. Ese movimiento global ha demostrado ser tan fuerte y visible que en esencia China puede dar por fracasada la operación “Olimpia en Pekín”.

Apretando las cuerdas

LE FIGARO, París: “El régimen de Pekín aprovechará el caos para apretar aún más las cuerdas de su dictadura. Las consecuencias las sufrirán los tibetanos, pero también los millones de chinos que viven atemorizados y cuyo nacionalismo es usado como antídoto contra toda influencia externa no bien se perfila una amenaza. Desde el punto de visto chino, quienes se manifestaron no son defensores de los derechos humanos, sino peligrosos salvajes sin educación ni moral. En otras palabras: enemigos del deporte, la paz y la fraternidad. El mensaje de los manifestantes se ha transformado en China en su contrario.”