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Ejército colombiano libera a Ingrid Betancourt

Emilia Rojas Sasse / Claudia Herrera Pahl2 de julio de 2008

La noticia la entregó el ministro de Defensa colombiano: Ingrid Betancourt está en libertad, junto a otros rehenes. Un éxito del gobierno de Uribe, según el encargado de la Fundación Konrad Adenauer en Bogotá.

Ingrid Betancourt: el largo cautiverio llega a su fin.Imagen: AP

La alegría se fue extendiendo a la velocidad con que se difundía la liberación de Ingrid Betancourt y otros 14 rehenes de las FARC, entre ellos 3 estadounidenses. Durante sus más de seis años de cautiverio, la ex candidata presidencial colombiana se había convertido en todo un símbolo que despojaba de legitimidad a la lucha de las FARC. Y se había convertido también en la principal figura del drama colombiano en el exterior, cuya suerte movilizó a la diplomacia internacional, comenzando por la de París, en vista de su ascendencia francesa.

La vía militar

La liberación de Ingrid Betancourt, que el presidente Nicolas Sarkozy había declarado como una prioridad de su gobierno, se produjo de una forma diferente a la que habían imaginado los emisarios europeos, uno de Francia y uno de Suiza, que buscaban una posibilidad de diálogo con Alfonso Cano, nuevo dirigente máximo del grupo guerrillero colombiano tras la muerte de su líder histórico, Manuel Marulanda. De hecho, hace apenas dos días, la agencia Reuters daba cuenta de presuntos avances en esos intentos.

Carsten Wieland, director de la filial colombiana de la Fundación Konrad Adenauer, allegada al partido cristianodemócrata alemán, dijo a DW-WORLD que en realidad la liberación de Ingrid Betancourt se esperaba, puesto que las FARC son una guerrilla debilitada y en disolución.

Apuesta equivocada

Pero el hecho de que haya sido una operación del ejército colombiano y no las gestiones diplomáticas lo que devolvió la libertad a Ingrid Betancourt y sus compañeros de cautiverio poco importa ahora a sus familiares y amigos, que ven hacerse realidad una alegría que parecía volverse imposible.

La operación dio resultado y el gobierno colombiano espera ahora cosechar los aplausos correspondientes, pese a que sobre todo desde París se había advertido del peligro que podría suponer para los rehenes una liberación por la vía militar, como la que finalmente tuvo lugar. “El presidente francés, Sarkozy, apostó al caballo equivocado, como se ve a más tardar ahora. Había apostado sobre todo por Chávez... Finalmente resultó que los esfuerzos tuvieron un efecto más bien destructivo entre las relaciones entre el gobierno colombiano, las Farc y Venezuela”, indicó el especialista alemán.

¿El fin de las FARC?

¿Es este el golpe de gracia para las FARC, a quienes algunos analistas han declarado moribundas ya desde antes de la muerte de Marulanda? Wieland no aventura un pronóstico preciso. “Estamos en un umbral en que todavía hay que poner un signo de interrogación, en cuanto a si éste es el término de las FARC”, señala, haciendo notar que, a su juicio, el conflicto colombiano ha adquirido una nueva calidad. “Ya no tenemos esos tres actores típicos, paramilitares, guerrilla y un estado bastante débil. Y esboza así sus características: “Tenemos un estado que no sólo es militarmente fuerte, sino que también goza de gran confianza en la población, y por otra parte, tropas ilegales o terroristas. Sabemos también que hay numerosos lazos entre la guerrilla y sus antiguos enemigos, los paramilitares, cuando se trata de asegurar el cultivo de elementos para la droga y los canales de exportación de cocaína. Ya no hay una componente política en el conflicto”.

Por lo pronto, el grupo ha perdido a su rehén de mayor fama internacional y, por ende, un as importante para cualquier eventual negociación. Por otro, el gobierno de Álvaro Uribe puede exhibir otro éxito militar contra la guerrilla, que podría alentar a creer en una solución por la vía de las armas. Y eso sigue conllevando peligros difíciles de calibrar, al igual que probablemente esta operación para liberar a los rehenes. Pero ya vendrá la hora del análisis más profundo. Por ahora, lo principal es que Ingrid Betancourt y sus compañeros están libres.

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