La medida forma parte de un plan del Gobierno de Andrés López Obrador para limitar el robo de combustible, que draga 3.000 millones de dólares anuales al fisco.
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Tras varios días de escasez de gasolina, el Gobierno de México intenta reinstaurar el orden en la distribución del combustible. Para ello, se tomó la decisión de reforzar la vigilancia en las instalaciones de Petróleos Mexicanos (Pemex), como una forma de evitar el robo de hidrocarburos, que en 2018 generó pérdidas por unos 3.382 millones de dólares.
Este lunes (07.01.2019), el presidente Andrés López Obrador dijo que ya hay 4.000 soldados trabajando en la vigilancia de las instalaciones, y que otros 900 se sumarán en las próximas horas. La escasez de combustibles, que afecta al menos a ocho estados del país, es atribuida por el Gobierno al cambio del modelo de suministro, que busca luchar contra un problema enquistado en Pemex: el robo de petróleo.
"Le podemos decir a la gente, a todos los mexicanos, que tenemos gasolina suficiente. Y no hay problema de desabasto, lo que estamos cuidando es la distribución. No abrimos los ductos para que no haya fugas", apuntó el mandatario. En un informe entregado el domingo, Pemex aseguró que "aunque se han generado retrasos en la distribución, hay suficiente producto para cubrir la demanda”.
Tuberías vulnerables
Parte de la explicación radica en que las autoridades están distribuyendo ahora el combustible con camiones y no a través de tuberías, que son más vulnerables y a través de las cuales se producía parte importante del robo, que afecta directamente a las arcas del Estado. La escasez ha generado malestar en la ciudadanía, aunque el Gobierno parece haber tomado la decisión de seguir adelante en esta lucha contra las bandas criminales, que usan esos recursos para abastecerse de armas.
"Les pido a todos comprensión y apoyo, porque necesitamos resolver este problema juntos. Estamos tratando de resolverlo rápido”, dijo el presidente. Ya el pasado 27 de diciembre de 2018, AMLO había denunciado que parte del robo de combustible se explica por la existencia de "esquemas de robo que incluye la complicidad de las autoridades y una red de distribución”.
DZC (EFE, Reuters, AP)
Grandes derrames petroleros
Al cumplirse 25 años del hundimiento del Exxon Valdez y de la ulterior catástrofe ecológica, DW recuerda en imágenes algunos de los casos en los que la explotación petrolera se torna calamidad para el ecosistema.
Imagen: CHRIS WILKINS/AFP/Getty Images
Guerra del Golfo, 1991
Durante la Guerra del Golfo se produjo el mayor derrame de petróleo de la historia. Más de 1.360.000 toneladas fueron derramadas como resultado de las medidas adoptadas por el Ejército iraquí durante el conflicto. Según los expertos, la marea negra alcanzó un tamaño de 4.242 kilómetros cuadrados y 12 centímetros de espesor, afectando de forma irreversible a la fauna del Golfo Pérsico.
Imagen: AP
Torrey Canyon, 1967
El Torrey Canyon fue uno de los primeros superpetroleros capaces de transportar 120.000 toneladas de fuel. Durante un viaje entre Kuwait e Inglaterra, el buque de bandera liberiana encalló y se hundió en las Islas Sorlingas, al sur de Gran Bretaña, provocando el primer gran vertido de crudo de la historia. Se calcula que unas 15.000 aves marinas murieron como consecuencia del accidente.
Imagen: AP
Amoco Cadiz, 1978
Propiedad de la estadounidense Amoco Oil Corporation, el Amoco Cadiz era un petrolero español con bandera liberiana que encalló en las costas de la Bretaña francesa el 16 de marzo de 1978. Después de partirse en tres, arrojó al mar un vertido de 223.000 toneladas de petróleo, entre crudo y fuel oil, el combustible más pesado usado en calderas, hornos y otras plantas energéticas.
Imagen: picture alliance / dpa
Ixtoc I, 1979
Ixtoc I fue una plataforma mexicana que sufrió un accidente mientras perforaba un pozo petrolífero a 965 kilómetros al sur de Texas. Tras una explosión de alta presión, la plataforma se incendió y colapsó. Cerca de 530.300 toneladas fueron vertidas al mar. Según informes de Pemex, el 50 por ciento del vertido se quemó, un 16% se evaporó, un 28% quedó disperso y sólo un 5,4% fue recolectado.
Imagen: AP
Atlantic Empress-Aegean Captain, 1979
19 de julio de 1979. El superpetrolero Atlantic Empress y el buque Aegean Captain se ven atrapados por una severa tormenta tropical en la isla caribeña de Tobago, frente a las costas venezolanas. Tras colisonar entre ellos, se produce una gran explosión de consecuencias medioambientales terribles: 287.000 toneladas (cerca de 2,2 millones de barriles de crudo) son derramadas al mar Caribe.
Imagen: picture-alliance/dpa
Braer, 1993
Enero de 1993. Un petrolero con bandera liberiana encalla y se hunde en las costas de las escocesas Islas Shetland, vertiendo al mar 85.000 toneladas de crudo noruego. A pesar de la magnitud del desastre, las características del fuel Gullfaks -más ligero y biodegradable que otros petróleos del Mar del Norte- hicieron que las consecuencias ecológicas no fuesen tan devastadoras como se preveía.
Imagen: dpa - Bildarchiv
Prestige, 2002
El Prestige era un petrolero monocasco liberiano que, operando bajo bandera de Bahamas, se hundió frente a las costas de Galicia (España) el 18 de noviembre de 2002. Tras sufrir una vía de agua provocada por un fuerte temporal, el buque se partió en dos, derramando 77.000 toneladas de crudo al Océano Atlántico y provocando una marea negra de irreparables consecuencias para el litoral español.
Imagen: picture-alliance/dpa
Deepwater Horizon, 2010
El 22 de abril de 2010 se hundía la plataforma petrolífera semisumergible Deepwater Horizon, propiedad de Transocean y explotada por BP. Esto, después de haber sufrido una explosión dos días antes en el Golfo de México. Como resultado, un desastre natural de consecuencias incalculables: 779.000 toneladas de crudo vertidas al mar siguen afectando al delta del Mississipi, Luisiana, Florida y Cuba.
Imagen: Reuters
Exxon Valdez, 1989
"Ni todo el dinero del mundo puede arreglar el daño de un derrame", asegura el experto en desastres ecológicos Rick Steiner, cuando se cumplen 25 años del desastre. Ocurrió el 24 de marzo de 1989 en la Bahía del Príncipe Guillermo, Alaska. Tras encallar frente a la costa, el petrolero estadounidense Exxon Valdez vertió 37.000 toneladas de hidrocarburo, provocando un desastre natural irreversible.
Imagen: CHRIS WILKINS/AFP/Getty Images
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