Todo parece indicar que el régimen de Damasco intenta acabar de una vez por todas con la resistencia en la ciudad de Homs y en particular en el barrio de Baba Amro, que se ha convertido en todo un símbolo del levantamiento contra el régimen de Bashar al Assad. Miles de personas se encuentran allí sitiadas por las tropas del gobierno, entre ellas probablemente también periodistas occidentales.

Ofensiva de infantería

Tras casi un mes de cerco militar y bombardeos, las tropas sirias han emprendido una ofensiva terrestre, según fuentes opositoras que reportaron el avance de soldados de infantería y manifestaron el temor de que pudiera tratarse del asalto final al bastión rebelde. También círculos militares sirios informaron del avance de soldados hacia ese sector.

Las noticias que llegan de Homs son difícilmente verificables. Pero lo que nadie niega es que continúa aumentando el número de muertos en Siria, que la ONU cifró el martes en por lo menos 7.500. Y el mundo mira impotente cómo la violencia sigue su curso, sin conseguir siquiera llevar ayuda a la población civil atrapada en medio de este conflicto que no tiene visos de solución política. Damasco opta por la fuerza militar para aplastar la rebelión y no da señales de amilanarse ante la creciente indignación internacional por la represión desatada contra los opositores.

Oídos sordos

Las autoridades sirias hacen caso omiso de las demandas de brindar acceso a organizaciones humanitarias. Ni siquiera la coordinadora de ayuda de emergencia de la ONU, Valerie Amos, ha logrado que le den cita en Damasco para hablar con representantes gubernamentales de alto nivel sobre la situación humanitaria, que empeora día a día. En la capital libanesa, Beirut, Amos se mostró “profundamente decepcionada” por no poder aún visitar el país.

Siria ha ignorado igualmente los esfuerzos de la Cruz Roja por negociar un cese del fuego con fines humanitarios. “Ni siquiera hemos recibido una respuesta de las autoridades sirias a nuestro pedido”, indicó el portavoz del Comité internacional de la Cruz Roja, Hicham Hassan, en Ginebra.

Periodistas sitiados

Tampoco han surtido hasta ahora efecto los llamados a permitir la salida de dos periodistas franceses que al parecer permanecen aún en Homs, tras fracasar en la víspera un intento de huida que terminó con varios muertos, según activistas opositores. Sólo el fotógrafo británico Paul Conroy logró llegar el martes al Líbano, con la ayuda de rebeldes. No lo consiguieron en cambio la periodista francesa Edit Bouvier, su compatriota William Daniels y el reportero español Javier Espinosa. Este último, corresponsal del diario El Mundo, salió de Siria este miércoles y se encuentra a salvo, según informa su periódico. También el diario El País reporta que Espinosa logró escapar, remitiéndose a una información entregada por su esposa en Twitter. Se desconoce en cambio la situación en que se encuentran Bouvier y Daniels. París instó a Damasco a velar porque ambos franceses puedan ser sacados en forma “rápida y segura” del país.

Entretanto cunden los llamados a no permitir que los crímenes cometidos en Siria queden impunes. “No escatimaremos esfuerzos para que los responsables de graves violaciones de los derechos humanos, que podrían constituir crímenes contra la humanidad, respondan por sus actos”, indicaron en una declaración conjunta los ministros de Relaciones Exteriores de Francia, Alemania y Polonia, que se reunieron en Berlín.

Autora: Emilia Rojas

Editor: Enrique López