Ejército sirio expulsa al Estado Islámico de Palmira
25 de marzo de 2016
Las tropas de Damasco, apoyadas por milicianos de varias nacionalidades y con cobertura aérea rusa, propinaron un duro golpe al grupo terrorista.
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Tras dos días de lucha en los alrededores de la ciudad, y tras dos semanas de avances incesantes en dirección a Palmira, finalmente las tropas del régimen de Bashar al Assad lograron recuperar la antigua ciudadela de Palmira, en la región central de Siria, en lo que supone un resonante triunfo sobre las fuerzas de los radicales sunitas. La noticia fue confirmada este viernes (25.03.2016) por fuentes oficiales y por instituciones independientes.
El gobernador de la provincia de Homs, Tala al Barazi, dijo a la agencia de noticias EFE que el Ejército continúa sus avances para limpiar definitivamente la zona de fuerzas del EI, que se apoderaron de la localidad en mayo de 2015. Asimismo, los soldados retomaron en la periferia el llamado monte de Syriatel, donde hay una torre de telecomunicaciones, y han progresado hasta situarse a solo 500 metros del aeropuerto de la población.
“Los enfrentamientos se han concentrado hoy en áreas de los alrededores, al norte, oeste y suroeste de Palmira. Estamos trabajando para destruir los artefactos explosivos que los terroristas del EI han colocado para impedir el paso del Ejército”, explicó el gobernador. Pese a ello, las tropas leales a Damasco ingresaron por el sur de la ciudad de Palmira el jueves y este viernes irrumpieron en el barrio de Al Mutaqaidin, en el noroeste.
Apoyo ruso
La ONG Observatorio Sirio de Derechos Humanos destacó que las fuerzas armadas sirias son apoyadas en esta ofensiva por asesores rusos y la Brigada de los Fatimíes, un grupo integrado por milicianos chiitas procedentes de Afganistán y de otros Estados asiáticos. Estos efectivos terrestres cuentan con la cobertura aérea de la aviación siria y de la rusa, que están bombardeando posiciones del EI en Palmira y sus cercanías.
La recuperación de Palmira marcaría el mayor avance para el presidente Al Assad desde que Rusia intervino en septiembre y cambió a su favor la balanza del conflicto, que ya lleva cinco años. En la ciudadela de Palmira, que es distinta pero cercana a la ciudad de Palmira, se hallan algunas de las ruinas más grandes que datan del antiguo imperio romano. Estado Islámico dinamitó templos y tumbas desde que capturó la ciudad, hechos que la agencia patrimonial de Naciones Unidas, la UNESCO, calificó como crímenes de guerra.
EL ministerio de Defensa ruso informó que entre el martes y el jueves sus aviones lanzaron 41 ataques y destruyeron 146 objetivos del Estado Islámico. El cese de las hostilidades que impera en casi toda Siria se ha respetado, pero el EI está excluido del acuerdo, por lo que los combates contra sus fuerzas pueden continuar.
DZC (EFE, Reuters)
Cuando la locura destruye la cultura
Bamiyan, Palmira y Timbuctú: lugares con monumentos milenarios, pero demasiada cultura e historia para los radicales islamistas. Las huellas de su destrucción van desde el Asia Central hasta el África Occidental.
Imagen: picture-alliance/dpa/N. Ahmed
Las ruinas de Timbuctú
Esta ciudad oasis que limita en el sur con el Sáhara se la conocía como la perla del desierto. En 2012, las milicias islamistas ocuparon la ciudad y destruyeron mausoleos de sabios islámicos por tratarse de "idolatría". Unos de los autores tendrá que comparecer en juicio en La Haya. Catorce de los mausoleos medievales ya fueron reconstruidos.
Imagen: Getty Images/AFP
Miedo a las letras
No solo se ensañaron con el Patrimonio de la Humanidad de piedra sino que también destrozaron, robaron y dañaron valiosos manuscritos. Se pudo recuperar una parte del tesoro escrito y ahora se está restaurando meticulosamente.
Imagen: DW/P. Breu
Antes y después
En Palmira, Siria, la milicia de la organización terrorista Estado Islámico parece que no soportaba el recuerdo de la diversidad cultural y la abundante historia del país. En 2015 dinamitaron el histórico templo de Baal.
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Monumentos sacros
También las ruinas del templo de Baalshamin volaron por los aires, uno de los más relevantes monumentos antiguos sacros de todo el Oriente Próximo.
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Columnas convertidas en humo
Los terroristas de Estados Islámico usaron recipientes llenos de dinamita para destruir, captando en imágenes los hechos como parte de su propaganda. Así demuestran poder y fuerza. La diversidad cultural y religiosa es destruida ante los ojos de todo el mundo.
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Visita de bárbáros a los museos
Los terroristas de Dáesh también filmaron el museo de Mosul en Irak mienras destruían su patrimonio cultural. Hay otro motivo por el que los museos están en peligro: con el robo y el tráfico ilegal de piezas antiguas, la organización terrorista Estado Islámico gana mucho dinero.
Imagen: picture-alliance/dpa/IS/Internet
A la sombra del Estado Islámico
Nínive, Hatra o la imagen Nimrud: donde rige el terrorismo asesino y destructor de Estado Islámico desaparece la memoria histórica y, por lo tanto, se pierde un patrimonio cultural incalculable e irreemplazable. Pero lo peor no son las pérdidas culturales, sino la pérdida de incontables vidas y los sufrimientos de personas torturadas y violadas.
Imagen: Militant video via AP
Los Budas de Bamiyan
Las estatuas de los Budas de Bamiyan medían más de 50 metros de altura, estaban ubicadas en un valle en el corazón de Afganistán y eran testimonio de la creencia budista de la época medieval. Las figuras pertenecían al Patrimonio Mundial de la Humanidad de la UNESCO. En marzo de 2001, un grupo de talibanes las dinamitaron y hasta ahora solo se han encontrado una parte de las ruinas.