El médico estadounidense Kent Brantly, infectado con ébola, salió del hospital tras haber sido tratado exitosamente con suero ZMapp, que aún se encuentra en etapa de prueba. La efectividad de dicho medicamento, empero, no ha sido confirmada aún en el caso de Brantly. Solo un 10% de los afectados logra sobrevivir a la infección por sí mismos.

Una turba enfurecida atacó un hospital en West Point, un barrio pobre de la capital de Liberia, Monrovia, y ayudó a escapar del recinto a una veintena de pacientes con ébola y otros sospechosos de portar la enfermedad. Los hechos ocurrieron el sábado 16 de agosto, y podría tener consecuencias sanitarias desastrosas para el país.

El sacerdote español Miguel Pajares se convirtió, el 12 de agosto, en el primer europeo en morir de ébola en la peor epidemia en la historia del virus. El religioso, que había sido repatriado la semana anterior desde Liberia, donde se contagió, estaba siendo tratado con ZMapp en el Hospital Carlos III de Madrid. Llevaba cinco días de hospitalización.

Dos estadounidenses contagiados con ébola en Liberia fueron los primeros tratados con el suero ZMapp. Oficialmente, hasta ese momento, el suero solo había sido probado en monos, pero con resultados satisfactorios. Ya en el año 2012, un grupo de investigadores había publicado un estudio en el que se describe la forma en que ZMapp actúa.

La Organización Mundial de la Salud declaró, el 8 de agosto, la epidemia del virus del Ébola en varios países de África Occidental como “una emergencia de salud pública internacional”. La decisión permite a la OMS aplicar una serie de protocolos –cuarentenas, cierre de fronteras o limitación del tráfico aéreo, por ejemplo– para tratar de contener su expansión.

El brote de infección que comenzó en Guinea en febrero, se había propagado en abril a los países vecinos: Liberia, Sierra Leona y Mali. Senegal cerró la frontera con Guinea y las empresas de minería extranjeras suspendieron sus trabajos y trasladaron a su personal a un lugar seguro.

La ONG Médicos sin Fronteras (MsF) dice que Guinea necesita ayuda para luchar contra la epidemia. Según dicha organización humanitaria el virus se extiende por la falta de un buen sistema de salud. Por ello, varios especialistas con larga experiencia con el virus se dirigen a Guinea. El objetivo: contrarrestar la extensión del virus, cuyo foco actual es el sur de Guinea.

La epidemia actual causó 83 muertos y aún hay 127 casos sospechosos de ser ébola. Todavía, la mayoría de los casos se han registrado en el sur del país. Sin embargo, el virus se extendió hacia la capital, Conakry, que tiene alrededor de dos millones de habitantes. Se confirmó que ya hubo once muertos por ébola en Conakry.

Existen varios agentes patógenos del ébola que difieren en su grado de peligrosidad. En el caso actual de Guinea, se trata del agente más peligroso. Hasta el 90 por ciento de las personas infectadas por este tipo mueren. En enero, el virus surgió por primera vez en el sur de Guinea. Entretanto, se ha extendido hasta Liberia y Sierra Leona.

El virus se transmite por líquidos y a través del contacto humano. El período de incubación varía de 2 a 21 días. Ébola es una de las enfermedades con mayor letalidad del mundo y no hay ni vacuna ni terapia. Los síntomas se parecen a los de la gripe, pero empeoran: el virus causa fiebre alta y hemorragias internas.

El virus ébola surgió la primera vez en 1976 en el Zaire, un país que, mientras tanto, se renombró por la República Democrática del Congo. En aquel entonces, el virus causó 280 muertos, es decir, el 88 por ciento de los infectados falleció. Desde entonces, hubo varios brotes en diferentes países, ante todo en África. Hasta hoy, se eleva a más de mil los muertos por ébola.