Se rompe el hielo marino más antiguo y espeso del Ártico
Felipe Espinosa Wang
22 de agosto de 2018
Un meteorólogo describió la pérdida de hielo como "aterradora". Otros dijeron que el evento podría obligar a científicos a revisar sus teorías sobre qué parte del Ártico resistirá más tiempo.
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Imágenes satelitales de la primera semana de agosto han revelado algo que muchos científicos temían. El hielo marino a lo largo de las costas del norte de Groenlandia se ha roto y se ha alejado de la costa. Expertos advirtieron que su ruptura aumentaría la tasa de derretimiento en todo el continente.
Se trata del hielo marino más antiguo y espeso del Ártico, descrito como el "último sobreviviente" del hielo marino plurianual del Ártico, el que permanece congelado año tras año, incluso durante los meses de verano. Este fenómeno, que nunca se había registrado antes –desde los registros satelitales que comenzaron en la década de 1970–, se ha producido dos veces este año debido a los vientos cálidos y una ola de calor provocada por el cambio climático en el hemisferio norte.
"Aterrador", escribió Thomas Lavergne, un científico del Instituto Meteorológico de Noruega, en un retuit de un gif satelital del evento meteorológico.
El fenómeno "altamente inusual" es el resultado de temperaturas más cálidas que hacen que el hielo marino en esta región sea más delgado. Como resultado, el hielo es más liviano y está más fracturado, permitiendo que los vientos que soplan desde el Atlántico hasta el lado Pacífico del Ártico puedan alejarlo de la costa de Groenlandia.
Reducción del hielo plurianual
"En el pasado, la mayor parte del hielo en el Ártico ha sido hielo plurianual, pero se ha estado reduciendo y ahora casi todo el hielo en el Ártico no lo es", le dijo Peter Wadhams, director del Grupo de Física Polar del Océano en la Universidad de Cambridge, a The Independent. "La única zona donde ha sobrevivido hielo plurianual es en el norte de Groenlandia, pero ahora se está abriendo y se aleja de la costa", agregó.
"El hielo no tiene otro lugar a donde ir, por lo que se acumula. En promedio, tiene más de cuatro metros de grosor y puede apilarse en crestas de 20 metros o más. Este hielo denso y compactado generalmente no se mueve con facilidad. Sin embargo, ese no fue el caso este invierno (en febrero y marzo). El hielo está siendo empujado lejos de la costa por los vientos", dijo, por su parte, Walt Meier, científico investigador del Centro Nacional de Datos de Nieve y Hielo de Estados Unidos, al diario británico The Guardian.
Expertos también señalan que el fenómeno tendrá consecuencias "graves" para la vida silvestre, incluidos los osos polares, aunque la magnitud del daño solo se conocerá hasta la próxima primavera, cuando los animales salgan de la hibernación.
Autor: Felipe Espinosa Wang (ERS)
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Calor, sequía, escasez de agua: ¿se muere nuestro planeta?
Las altas temperaturas y la sequía están efectando seriamente a distintos lugares de la Tierra. Y parece que no nos estamos tomando en serio el problema que se nos viene encima.
Imagen: picture-alliance/dpa/A. Burgi
Esto antes era verde
Esta escena se repite en distintas ciudades de Europa. Allí donde antes había pasto, hoy solo se ven campos secos. La falta de lluvias y el calor infernal afectan también a los parques, como se ve en el Parque Greenwich, de Londres. Las autoridades del Cuerpo de Bomberos han advertido que los antaño verdes prados se han convertido en peligroso material combustible.
Imagen: Getty Images/AFP/D. Leal-Olivas
Japón arde
Durante julio de 2018, Japón vivió la peor ola de calor de las últimas décadas. Durante varios días, los registros bordearon los 40 grados, y en algunas ciudades hasta superaron esa marca. Las autoridades pidieron a la gente mojar las calles para mitigar las altas temperaturas, y evitar salir a la calle. Pese a todo, al menos 40 personas murieron.
Imagen: Reuters/I. Kato
Nacido (con calor) un 4 de julio
A comienzos de julio, diversas ciudades de Estados Unidos padecieron una ola de calor que llevó los termómetros hasta los 40 grados en ciudades como Los Ángeles. San Diego, Las Vegas, Washington y Phoenix también se vieron azotadas por unas temperaturas que no solo complicaron la vida de los estadounidenses, sino que alimentaron los incendios que golpean a California.
Imagen: Getty Images/A. Wong
Altas temperaturas y muerte en Pakistán
En mayo, las altas temperaturas no perdonaron en Karachi (Pakistán). La gente se vio forzada a dejar sus casas y dormir en las calles para escapar del calor. Además, los cortes de electricidad causados por el alto consumo de aire acondicionado empeoró las cosas. En apenas tres días murieron al menos 65 personas. Los termómetros marcaron hasta 44 grados, 9 grados más que lo normal en esa fecha.
Imagen: Reuters/A. Soomro
Incendios incontrolables
Las altas temperatutras no solo agobian y pueden matar, sino que también favorecen la generación de incendios forestales, sobreexigen las redes eléctricas y aumentan el consumo de agua. En agosto, los incendios que azotan a Algarve, en Portugal, han quemado cientos de hectáreas. El termómetro allí ha llegado hasta los 46 grados, al igual que en el sur de España, donde rozaron los 47 grados.
Imagen: Getty Images/AFP/C. Costa
Se está acabando el agua en Namibia
Este 6 de agosto de 2018, las autoridades de Namibia anunciaron que Windhoek, la capital del país, ha comenzado a usar las reservas de emergencia de agua de la ciudad. Tras una larga sequía, las presas recibieron solo el 25 por ciento del agua estimada para una temporada normal. Medidas urgentes: se han profundizado los pozos y se ha pedido a la gente que restrinja el uso del vital elemento.
Imagen: Imago/F. Stark
Sequía catastrófica en Guatemala
El ministro de Agricultura de Guatemala, Mario Méndez, dijo el 4 de agosto de 2018 que el Gobierno estudia la posibilidad de declarar el estado de catástrofe por la larga y dura sequía que afecta al país, y agregó que la cantidad de personas afectadas por el fenómeno es "escalofriante". A la vez hizo un llamado que a estas alturas parece evidente: "Hay que combatir el cambio climático".
Imagen: Getty Images/AFP/T. Schwarz
Pavimento derretido
Si bien no es inusual que haga mucho calor, sí lo son la frecuencia y la fuerza con que las olas de altas temperaturas se han repetido en los últimos años. En enero de 2018, la prensa hablaba de una ola de calor "sin precedentes" en distintas regiones de Australia. En Melbourne, por ejemplo, el pavimento se derritió. Y en Penrith los termómetros marcaron 47,3 grados.