El 9 de noviembre es una fecha destacada en la historia reciente alemana. El país la recuerda con consternación, por los ataques contra personas judías, en 1938, pero también con alegría, por la caída del Muro, en 1989.
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Desde 1989, cada 9 de noviembre se conmemora un hecho que cambió el mundo: la caída del Muro de Berlín. El 3 de octubre de 1990, Alemania se reunificó después de 41 años. Con la desaparición de la segunda dictadura en suelo alemán y el fin de la República Democrática Alemana (RDA), todo el frente comunista en Europa desapareció del mapa politico, y también finalizó el conflicto entre el este y el oeste. El 9 de noviembre de 1989 fue un día clave en la historia de Alemania y Europa.
El fin de la monarquía
En el calendario histórico de los alemanes, el 9 de noviembre es también una fecha señalada por otras razones. En 1918, el socialdemócrata Philipp Scheidemann proclamó el nacimiento de la república desde un balcón del Reichstag en Berlín. "Obreros y soldados, sean conscientes del significado histórico de este día. Ha ocurrido lo inédito. Nos espera una labor grande e inabarcable. ¡Todo por el pueblo, todo desde el pueblo! No debe hacerse nada que deshonre al movimiento obrero. ¡Permanezcan unidos, leales y concientes del deber! Lo viejo y podrido, la monarquía, se ha derrumbado. ¡Viva lo nuevo. Viva la República alemana!", anunció Scheidemann. Así se puso fin a la monarquía bajo el emperador Guillermo II.
La joven democracia alemana tuvo dificultades desde un principio. La izquierda y y la derecha querían eliminarse mutuamente lo más rápido posible. El 9 de noviembre de 1923, los nacionalsocialistas marcharon hacia el Templo de los Generales de Múnich. El líder era Adolf Hitler, quien tomaría el poder en Alemania diez años después y hundiría al mundo en su mayor catástrofe: la Segunda Guerra Mundial.
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Sinagogas en llamas: el pogromo del 9 de noviembre de 1938
En el período que condujo a la Segunda Guerra Mundial, los judíos en Alemania fueron gradualmente privados de sus derechos por los nazis antes de ser asesinados en masa de manera sistemática en el Holocausto por el régimen de Hitler, a partir de 1942.
El 9 de noviembre de 1938, antes del inicio de la Segunda Guerra Mundial, se incendiaron sinagogas en todo el Reich. Las tiendas judías fueron saqueadas. Alrededor de 100 judíos fueron asesinados, y 26.000 fueron deportados a campos de concentración. Al pogromo se lo llamó cínicamente la "Noche de los cristales rotos". Robert Ley, jefe del Frente Laboral Alemán Nacionalsocialista, afirmó si pelos en la lengua: "¡Judá caerá y debe caer, Judá será y debe ser destruido! Esa es nuestra sagrada creencia". El 9 de noviembre de 1938 es la fecha más terrible en la serie de días decisivos para Alemania.
La caída del Muro de Berlín, 9 de noviembre de 1989
Es difícil imaginar un mayor contraste entre esa fecha y el 9 de noviembre de 1989, el día en que cayó el muro.
"Locura" fue la palabra más escuchada esa noche, cuando la frontera se abrió inesperadamente para la gente de la RDA. Durante meses hubo protestas contra los que estaban en el poder en el Politburó de Berlín Oriental, el Partido Socialista Unificado de Alemania. Miles huyeron a través de las embajadas de Hungría y Alemania Occidental a los países de Europa del Este. La presión para facilitar el viaje a todos los ciudadanos de la RDA aumentó día a día. Pero nadie contaba con que, en una conferencia de prensa internacional, se anunciaran las nuevas regulaciones de viaje para todos los ciudadanos de Berlín Oriental, que entraron en vigor "de inmediato”.
La gente irrumpió en los cruces fronterizos del centro de la ciudad de Berlín, entonces dividida. El júbilo fue desbordante en el sentido más estricto de la palabra: "Antes nos dejaban pasar uno a uno, luego abrieron la puerta. Y ahora podíamos salir todos sin mostrar identificación, podíamos salir sin nada. Sin ser revisados. Ni siquiera tengo un carné de identidad", dijo ese día un ciudadano de la RDA con alegría.
Después de esa noche, ya no hubo marcha atrás. El primer agujero en el Muro de Berlín originó con rapidez el colapso de un sistema ya en crisis. Por tercera vez se hizo historia en un 9 de noviembre en Alemania, esta vez con un evento positivo. Luego llegaron muchas dificultades, tras la caída del Muro de Berlín y la reunificación en Alemania, porque crear una unidad interna requiere más tiempo que llevar a cabo la unidad nacional.
(rmr/cp)
Buscando las huellas de la Berlín dividida
Con la caída del Muro de Berlín, el 9 de noviembre de 1989, de repente se abrió también la frontera que fragmentaba a la capital alemana. DW recorre los restos de esta estructura que separaba a los alemanes.
Imagen: Britta Pedersen/ZB/dpa/picture alliance
La Puerta de Brandeburgo
El Muro de Berlín dividió a esa ciudad por 28 años, desde 1961 hasta 1989. La Puerta de Brandeburgo fue durante mucho tiempo un símbolo de la separación de Alemania. Recién en diciembre de 1989 los berlineses pudieron volver a cruzar sin problemas este emblema de la ciudad.
Imagen: picture-alliance/dpa
East Side Gallery
La East Side Gallery, a un costado del río Spree, en Friedrichshain, es un tramo de 1,3 kilómetros que artistas provenientes de todo el mundo pintaron en 1990. Sin embargo, ya han sido removidos varios elementos, debido a proyectos de construcción. Cerca de de la East Side Gallery se encuentra el famoso puente de Oberbaum.
Imagen: DW/V. Esipov
Memorial del Muro de Berlín
En ninguna parte la antigua "Franja de la muerte" está tan viva como en este lugar. Ochenta metros de longitud del Muro fueron reconstruidos, incluida una torre de vigilancia. El auténtico complejo de fortificación fronteriza sirve como un recordatorio de la división de Alemania, y rinde homenaje a las víctimas asesinadas en el Muro de Berlín.
Imagen: DW/F. Wiechel-Kramüller
Huellas de la ruta del Muro
El Muro de Berlín ha desaparecido en casi toda la ciudad y, actualmente, el este y el oeste de Alemania crecen juntos. Solo una franja de adoquines, en el centro de la ciudad, señaliza el lugar por donde cruzaba el muro.
Imagen: DW/F. Wiechel-Kramüller
El punto de control Charlie
Este paso fronterizo es uno de los lugares más conocidos de Berlín. En tiempos del Muro, solo los extranjeros y los diplomáticos tenían permitido pasar por el Chekpoint Charlie. También hubo problemas, como el de octubre de 1961, cuando tanques armados soviéticos y estadounidenses se enfrentaron cara a cara. La situación estuvo a punto de escalar.
Imagen: picture-alliance/dpa/W. Kastl
El Palacio de las Lágrimas
Este era un lugar de tristes despedidas. Cientos de personas cruzaban este puesto fronterizo en la estación Friedrichstrasse, cuando salían de la Alemania Oriental hacia Berlín Occidental. La antigua terminal es ahora un recordatorio de la separación forzada en el país, y sus visitantes pueden pasar por un mostrador original, que revive el procedimiento.
Imagen: ullstein - Mrotzkowski
Memorial Berlín Hohenschönhausen
Esta antigua prisión de la Stasi es, desde 1994, un monumento a las víctimas de la dictadura comunista. Sus visitantes reciben información sobre las condiciones de detención y los métodos de interrogatorio en la Alemania Oriental. De igual modo, muchos de los exreclusos son los que dirigen las visitas guiadas.
Imagen: picture alliance/dpa/P. Zinken
La antigua estación de escucha de Teufelsberg
Tras la Segunda Guerra Mundial, esta zona se utilizó para depositar escombros, que luego sirvieron para crear el Teufelsberg. Durante la Guerra Fría, la Agencia de Seguridad Nacional de Estados Unidos utilizó esta colina como una estación de escucha, para interceptar, vigilar e interferir las señales de radios militares de los países que conformaban el Pacto de Varsovia.
Imagen: Ullstein/Getty Images
El puente Glienicke
Podría imaginarse que el intercambio de espías capturados solo tuvo lugar en la gran pantalla, pero este puente entre Berlín y Potsdam fue el escenario de tres operaciones reales de este tipo. Steven Spielberg utilizó este histórico lugar como escenario para su largometraje "El puente de los espías".
Imagen: imago/Camera4
El museo alemán del espionaje
Este museo interactivo, situado cerca de Potsdamer Platz, lleva a los visitantes al mundo del espionaje. Se hace especial énfasis en las actividades realizadas en Berlín durante la Guerra Fría. Entre los más de 300 objetos expuestos se encuentra un coche Trabant, de la Alemania Oriental, que contenía cámaras infrarrojas escondidas en sus puertas.
Imagen: picture-alliance/dpa/B. von Jutrczenka
El camino del Muro de Berlín
El camino del Muro de Berlín sigue la ruta que dividía a la ciudad y recorre unos 160 kilómetros. Los japoneses donaron unos 10.000 cerezos, "para llevar la paz a los corazones del pueblo" y se plantaron en distintos tramos de la antigua estructura. Esta avenida está justo al lado del puente Bösebrücke, el primer cruce abierto tras la caída del muro.