Una vez más han tenido lugar enfrentamientos en la frontera entre Irán y Afganistán. El 27 de mayo,fuerzas talibanes dieron muerte a dos soldados y un comandante iraníes. Según los talibanes, también habría muerto una persona en Afganistán.

Afganistán e Irán comparten una frontera de 950 kilómetros, en la que se han producido reiterados incidentes. La tensión ha aumentado en las últimas dos semanas debido a la vieja pugna por el agua del Helmand, el río más largo de Afganistán. Este desemboca en el lago Hamún, en el límite entre ambos países, cuya mayor parte se encuentra en Irán.

Irán acusa desde hace años a Afganistán de retener agua del río Helmand, violando un tratado de 1973. Los afganos lo niegan. Dicen que llueve menos y por eso el río lleva menos agua. Sin embargo, Afganistán construyó, justo antes de la frontera, la represa de Kamal Khan, que se inauguró en 2021.Teherán sostiene que esa es la causa de que no fluya el volumen acostumbrado.

Irán sostenía buenas relaciones con las fuerzas talibanes desde mucho antes de que llegaran al poder. Tienen en común, sobre todo, su rechazo a Estados Unidos y su presencia en la región. Irán, que no ha reconocido oficialmente al Gobierno talibán, busca con ellos una relación pragmática. Y también en lo tocante a la conservación del lago Hamún haría falta una estrecha cooperación. Pero eso no parece funcionar. El año pasado, Irán habría recibido "solo un cuatro por ciento de la cantidad de agua acordada", afirmó recientemente Hassan Kazemi Qomi, el enviado especial iraní que viajó a Kabul a arreglar el asunto.

"Ni Teherán ni los talibanes muestran ningún interés en acometer los problemas medioambientales de la región o de poner coto al crónico mal manejo de los recursos hídricos", opina el ambientalista iraní Nik Kowsar. En conversación con DW, afirma que "ambas partes buscan soluciones de corto plazo y quieren resolver sus propios problemas internos. Los talibanes quieren fomentar la agricultura. Y el Gobierno de Teherán hace como si, de pronto, tras las protestas en todo el país, se interesara por la postergada provincia de Sistán y Baluchistán".

Bastión de las protestas

Esta provincia, fronteriza con Afganistán, es una de las más pobres de Irán. En el marco de las manifestaciones tras la muerte de Jina Mahsa Amini, la capital provincial, Zahedán, se convirtió en bastión de las protestas. Pese a la brutal represión policial, la gente sigue saliendo a la calle a protestar contra el sistema político. El Gobierno reacciona usando la fuerza.

La presencia militar ha sido ahora reforzada. El comandante de las tropas de infantería iraníes y el subdirector de la Policía viajaron a la región y declararon que Kabul y Teherán acordaron crear una comisión para investigar lo ocurrido en el tiroteo en la frontera.

En Irán, mucha gente está indignada por la muerte de los tres uniformados. "Hay quienes desean una guerra contra los talibanes", dijo el general de brigada Amir Ali Hajizadeh, comandante de la Fuerza Aérea de la Guardia Revolucionaria, en un acto celebrado el lunes (29.05.2023) en la Universidad de Ciencia y Tecnología, en Teherán. "Pero tras estas provocaciones están nuestros enemigos", subrayó el general. Y aseguró que "quieren provocar una guerra a partir de estos incidentes en la frontera. Pero eso no ocurrirá de ninguna manera".

(ers/rml)