El documento habla elocuentemente con algunos ejemplos contrastantes en el uso del agua. Señala que "algunas áreas de México tienen un buen historial en cuanto al mantenimiento del agua. Pero la demanda acuífera en la zona norte y centro del país para la industria y el riego están superando a los recursos existentes. La explotación de los mantos acuíferos ha cubierto este desequilibrio". Este tipo de uso, agrega el documento, representa cerca de 40% del consumo total de agua con fines agrícolas.

Más de cien de los 653 mantos acuíferos subterráneos en México están sobreexplotados, y esto "causa un extenso daño ecológico además de que perjudica a los granjeros minoristas", dice el informe. Ante esto, la ONU sugiere una alternativa que resulta controvertida: retirar los subsidios a la energía eléctrica pues, con éstos, "se mantiene artificialmente una alta demanda de agua". Con tal medida, "tres cuartas partes de la irrigación en el campo mexicano se harían a través de métodos más eficaces".

El caso colombiano

El Informe Anual sobre Desarrollo Humano cita también algunos casos que la ONU considera exitosos en el manejo de los recursos acuíferos. "Tanto Colombia como Marruecos han extendido el acceso al agua a los sectores más empobrecidos de la sociedad. La cobertura en Colombia -cerca de 86%- es mucho más amplia de lo que pudiera predecirse a través de los ingresos nacionales". Según el reporte, sin embargo, estos avances se han dado de manera desequilibrada, exacerbando la inequidad entre las áreas rurales y las urbanas.

A futuro, de acuerdo con la ONU, el suministro de agua será un reto para todos los países del mundo. Los ricos "resentirán el impacto del cambio climático y de patrones pluviales, así como de eventos meteorológicos extremos y la subida en el nivel de los mares". Los países pobres -y sobre todo, sus pobladores más desprotegidos- "carecen de los recursos disponibles en naciones desarrolladas para reducir el riesgo de la falta de agua en la medida requerida".

11 mil litros para una hamburguesa

La necesidad de hacer un uso razonable del agua, tanto a nivel individual como industrial, es resumida en cifras. Dice la ONU que producir un kilogramo de arroz toma de 2,000 a 2,500 litros de agua; producir azúcar ocupa ocho veces más que producir trigo. "Para producir una sola hamburguesa son necesarios cerca de 11,000 litros, "la cantidad diaria disponible para 500 personas que viven en un barrio suburbano pobre sin conexión a la red de agua potable".

Finalmente, el informe reconoce que puede haber diferencias entre el índice de desarrollo urbano incluso dentro de los mismos países. Así, un boliviano acaudalado tiene un nivel superior al del promedio argentino, casi equiparable al promedio de Corea del Sur, y un poco inferior al promedio de Estados Unidos. En cambio, los estadounidenses más pobres tienen un índice de desarrollo similar al de la gente más rica en Sudáfrica e Indonesia.

No es posible, por todo ello, esperar a que los países en desarrollo resuelvan solos el problema. El financiamiento "requiere inversiones que rebasan con mucho la capacidad de las naciones más pobres". La crisis del agua ya está cobrando víctimas, entre ellas niños, y retrasando el desarrollo de las naciones. Por ello, el documento hace un llamado a "actuar de inmediato" para solucionar la desigual distribución de agua en el mundo.