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El agua, un bien cada vez más escaso

Irene Quaile/ Cristina Papaleo15 de junio de 2012

El cambio climático producirá un gran impacto en la distribución del agua para consumo y para producción en el planeta, un desafío para el que ya algunos expertos plantean respuestas alternativas.

El agua, nuestro más preciado recurso natural.
El agua, nuestro más preciado recurso natural.Imagen: picture-alliance/ZB


Existe un amplio consenso científico y político acerca de que el cambio climático afectará la distribución de agua en todo el planeta. Pero cuando se trata de predecir exactamente el impacto que esto tendrá en un lugar determinado en un momento determinado, las predicciones se vuelven menos exactas.

Algunos modelo del Panel Internacional sobre Cambio Climático (IPCC) pronostican que el Cuerno de África, por ejemplo, se tornará más seco, y otros dicen que se volverá más húnmedo dentro de los próximos cien años. Algunas partes de Europa ya están enfrentando sequías y otras experimentan inundaciones repentinas. Esas contradicciones abren un gran interrogante acerca de cómo podemos prepararnos para un futuro tan incierto. Expertos en abastecimiento de agua, en reunión en Bruselas, intentaron encontrar respuestas.

Impactos del cambio climático

Más de un 70 por ciento de la superficie de la Tierra está cubierta de agua, pero solo un tres por ciento del planeta es agua limpia. La necesitamos para beber, para producir alimentos y otros bienes de consumo, y para generar energía. Alan Jenkins, director de Abastecimiento de Agua del Centro de Ecología e Hidrología del Reino Unido, explica por qué debemos preocuparnos por ese recurso tan preciado: “La incertidumbre acerca de los impactos futuros del cambio climático es muy grande. Sabemos que eso influirá en el abastecimiento de agua, pero no sabemos aún con exactitud cuán grande será ese impacto”, dice Jenkins. Y explica que las consecuencias serán muy distintas si, por ejemplo, el nivel del mar aumentara un metro o dos, ya que si el incremento fuera de dos metros, eso requeriría mayores inversiones. Y lo mismo se aplica a la incertidumbre acerca del acceso al agua y cómo influirá en él el cambio en el ciclo hidrológico.

El uso industrial del agua debería estar claramente delimitado.Imagen: dapd


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Pero Jenkins subraya que esa falta de certeza no debe ser una excusa para la inacción. Y su opinión es compartida por Rosario Bento Pais, presidenta de la Unidad de Adaptación al Cambio Climático en el Directorio Europeo General para la Acción Climátcia. “El informe del IPCC sobre adaptación y resiliencia muestra lo que ya sabemos con certeza. Y luego hay que manejar lo que aún no sabemos para los próximos 50 años, y tomar en cuenta ese margen de incertidumbre. Es posible que haya fenómenos meteorológicos extremos, por lo cual nuestras medidas tal vez deban ir más allá de aquello que sabemos con un cien por ciento de seguridad”, dice la experta.

¿Cuánto se pagará por el acceso al agua?

Monica Scatasa, asesora económica de la División de Aguas y Gestión de Residuos, una institución de la Unión Europea, dice que “hay dos o tres mensajes que la gente necesita escuchar: no podemos garantizar una protección completa ante el cambio climático. No podemos evitar daños, pero podemos prepararnos para enfrentarlos, y la cuestión es tener en cuenta qué costos estaremos dispuestos a encarar ahora y cuáles serán los que tendremos en el futuro.” “Si con todo lo que sabemos no actuamos, si no probamos ser flexibles, los costos serán mucho más altos”, agrega Rosario Bento Pais.

Es necesario un sistema eficiente de control de gastos y distribución del agua.Imagen: Fotolia/rupbilder

Muchos de los costos de algunos países hacia los cuales los expertos desean llamar la atención tienen que ver con la producción de bienes para otros países. Jacqueline McGlade, directora ejecutiva de la Agencia Europea de Medio Ambiente, es una de las autoras de un informe reciente sobre el uso de agua en la “Economía Verde”. “En pocas palabras: la distribución de agua probablemente cambie en el futuro. Y para eso debemos tener en claro quién podrá acceder a ella y quién tomará las decisiones al respecto de quiénes podrán tener acceso al agua”, plantea la experta. ¿Cuál será el precio a pagar por el uso industrial del agua y cuál será el valor de conservarla en los ecosistemas? El agua es un bien público. Pero ¿cuidamos todos de ella? Cuando contaminamos el agua, ¿quién paga las consecuencias? “En definitiva”, subraya Jacqueline McGlade, “no importa si vivimos en los países industrializados o en desarrollo, estemos donde estemos, en el futuro deberemos implementar cuentas para el uso de agua, para asegurarnos de que comprendemos la riqueza que poseemos y la manera en que la utilizamos.”

El agua como factor de bienes de exportación

El 41 por ciento del insumo de Europa incluye agua que es utilizada fuera del continente para producir bienes que importa EE. UU. Si eso se contabilizara debidamente, se debería compensar a los países en desarrollo por el uso de su agua. Los sistemas estandarizados de medición, de precios y de pago por el agua podrían ser un incentivo para que los países industrializados incrementaran la eficiencia en el uso de nuestro más importante recurso y mejorar así las vidas de los casi 900 millones de personas que actualmente no tienen acceso al agua potable, señalan los expertos.

Todos los habitantes del planeta tienen derecho al agua limpia y potable, un desafío para el futuro que comienza hoy.Imagen: AP

Los cambios en la distribución del agua en el mundo serán uno de los mayores impactos del cambio climático. Y un uso más eficiente de uno de nuestros más preciados recursos será la clave para asegurar que contamos con suficiente cantidad del preciado líquido para enfrentar el crecimiento poblacional y el calentamiento global. Además, es importante remarcar que el problema del abastecimiento de agua no puede ser abordado únicamente por un sector de la economía. Los expertos son de la opinión unánime de que se debe apelar a un concepto integrador que incluya a la clase política, a la industria, a la agricultura, y, no en último término, a los consumidores.

Autora: Irene Quaile/ Cristina Papaleo
Editora: Emilia Rojas- Sasse

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