Los alemanes suelen entenderse mejor con sus perros que con sus propios congéneres. Eso es al menos lo que se dice. ¿Qué hay de cierto en ello?
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En los muros de las tabernas alemanas cuelgan con frecuencia dichos, grabados en plaquitas de madera, como “A quien madruga, Dios le ayuda”. O versos que revelan algo sobre el alma popular, como este: “Consideras un pecado que mi perro sea por quien más amor siento. Mi perro me es fiel en la tormenta, el hombre ni siquiera cuando sopla el viento”. El pequeño poema es atribuido a San Francisco de Asís. Pero probablemente sea obra de un alemán. Un alemán dueño de un perro. O, más específicamente, un alemán, dueño de un pastor alemán. Ambos de alguna manera van juntos.
Pero también puede ser un poodle. En el Fausto de Goethe, Mefistófeles, el diablo, aparece en forma de poodle. Pero eso no debe ser malinterpretado como una forma de desprestigiar a dicha raza canina. El filósofo Arthur Schopenhauer tenía un poodle como acompañante permanente. Cada tantos años, era reemplazado por otro ejemplar. Pero siempre se llamaba Butz. Cuando Schopenhauer se enfadaba con Butz, lo llamaba “hombre”.
¿Más honesto que los humanos?
“¿Cómo podría uno recuperarse de la infinita falsedad y alevosía de los seres humanos, si no existieran los perros, cuya honesta cara se puede mirar sin desconfianza?”, escribió Schopenhauer, que desde luego no era el único admirador de estos animales. “Toda la sabiduría, la totalidad de las preguntas y respuestas está contenida en los perros”, opinaba el escritor Franz Kafka. “Cuanto más conozco al hombre, más quiero a mi perro”, dice una frase que algunos atribuyen al rey Federico el Grande de Prusia. El escritor alemán Carl Zuckmayer es el autor de la frase “una vida sin un perro es un error”. El actor Heinz Rühmann ofreció la siguiente variación: “Naturalmente se puede vivir sin un perro; pero no vale la pena”.
Todo alemán que se precie de tal ama a los perros. O al menos así lo afirma. Más del 80 por ciento de los alemanes se considera “muy amante de los animales”. Dado que no todos poseen un perro, también a los gatos, hamsters, canarios y demás animales les queda algo de los cerca de 4.000 millones de euros que se destinan anualmente a las mascotas en Alemania. Y, sorprendentemente, los perros ni siquiera ocupante el primer lugar en la lista de favoritos. Este corresponde a los gatos. Le siguen los cuyes y los conejos. Solo el cuarto lugar lo ocupa el “mejor amigo del hombre”.
La nueva vida de perro
Los amigos de los cuadrúpedos celebraron este fin de semana en Alemania el Día del Perro. DW se une a la celebración con perros del cine, el arte y las caricaturas.
Imagen: picture-alliance/dpa
Perros, ¿los mejores humanos?
Este 7 de junio los alemanes celebraron el “Día del mejor amigo del hombre y de la mujer". En Alemania viven aproximadamente 7 millones de perros en casas de familia. Pero los perros famosos también cuentan, como este “Perro azul” en traje de noche en el cuadro "Wendy y yo", del pintor George Rodrique, de Louisiana. La obra es tan popular que fue robada en enero de este año de una galería.
Imagen: REUTERS/George Rodrigue Foundation of the Arts
Desde el infierno
Los antiguos griegos tenían una estrecha relación con los perros, aunque no particularmente buena. Esto, debido a que el perro "Cerberus", con sus tres cabezas, provenía del infierno y no era exactamente un compañero amable. Fue por eso que Hércules tuvo que matarlo.
Imagen: dpa
La voz de su amo
Nipper se hizo famoso a finales del siglo XIX tras convertirse en el emblema de la compañía discográfica EMI Elektrola. Nipper amaba el gramófono del pintor Francis Barraud, quien plasmó sobre lienzo el momento en el que Nipper escuchaba atentamente su voz reproducida por el aparato.
Imagen: public domain
El perro de Franz Marc
El pintor Franz Marc amaba a su pastor siberiano “Russi”. Lo pintó en 1911, sobre la nieve, en completa armonía con la naturaleza que lo rodeaba. Así, Marc creó una de sus pinturas más famosas, hoy en el Museo Städel de Frankfurt del Meno.
Imagen: picture-alliance/dpa
Los más famosos
Lassie nació en 1938. Cinco años más tarde se convertiría en una estrella mundial, gracias a la serie de televisión "Lassie Come Home". Fue el comienzo de una increíble carrera para esta perra de raza Collie. Su éxito fue “eternizado” en el Hall de las estrellas de Hollywood, junto al pastor alemán de Strong Heart y el de los dibujos animados de Rantanplan.
Imagen: Imago/EntertainmentPictures
"Bella Noche"
Violines que sollozan, espagueti y una escena de amor. Susi y el Vagabundo son, sin duda, la pareja de perros más famosa de la historia del cine. Sin embargo, los dos no son los únicos perros que Walt Disney lanzó a la fama. En la película "101 dálmatas", una dama amante de las pieles rescata cachorros. En la cinta "Cap und Capper" se cuenta la amistad entre un zorro y un perro.
Imagen: picture-alliance/dpa
Lista y minúscula
Idefix es el perro de Obelix en los cómics franceses "Astérix". Él acompaña a su amo a cada paso. La perrita no necesita la poción mágica que le da enormes fuerzas a su dueño. Solo con ayuda de sus instinto libra a su amo y a los guerreros galos de las más difíciles situaciones.
Imagen: picture-alliance/dpa
¿El color como indicador de inteligencia?
Los perros inteligentes de los dibujos animados son blancos, como el astuto terrier Milú en "Las aventuras de Tintín", que acompaña al reportero Tim. El pequeño beagle en Snoopy es también blanco, y un verdadero filósofo. Plutón, de Walt Disney, es, en cambio amarillo, amable y temeroso. Rantamplán es color café y un tanto bobo. Es el perro del vaquero de las tiras cómicas Lucky Luke.
Imagen: picture-alliance/dpa
Los "Aristoperros"
Los modelos del pintor francés Thierry Poncelet son, en realidad, personas del siglo XIX con cabeza de perro. La idea la tuvo durante una sesión de fotografía con una señora rica, cuyo rostro era al parecer tan feo, que Poncelet prefirió retratarla con la cabeza de su perro.
Imagen: Thierry Poncelet/Licensed by : Marlex International (www.marlexint.com)
¿Un perro asesino?
Un misterioso perro mata, uno tras otro, a los miembros de la familia Baskerville. ¿Una maldición? Sherlock Holmes y el Dr. Watson desvelan pronto al malo: un vecino que resulta ser un familiar, busca acabar con toda la familia para quedarse con el patrimonio entrenando a su perro para matar.