El amor no tiene precio
30 de junio de 2003La limpieza es una virtud que se aprecia en los hoteles del mundo entero. Pero todo tiene sus límites. Es lo que piensa una pareja alemana, que pasó sus vacaciones en Cuba. El matrimonio quedó indignado por las reiteradas interrupciones de una camarera, que entró dos veces en su habitación cuando estaban haciendo el amor. Y eso a pesar de que habían tomado las providencias del caso, colgando en la puerta el cartel de "no molestar".
Demanda judicial
El matrimonio en cuestión no se conformó con presentar una queja en la administración del hotel. Ya de vuelta en Alemania, entabló ante una corte de Hannover una demanda contra la operadora de turismo TUI, exigiendo una compensación económica. En concreto, pidió una suma cercana a los 4 mil dólares, por estas molestias que les echaron a perder en parte las vacaciones.
El consorcio turístico TUI, el más grande de Europa, se defendió argumentando que la situación descrita sólo representaba un "inconveniente" y no merecía tan suculenta indemnización. Sea como fuere, la empresa bien podrá superar este pequeño incidente y sigue apostando por Cuba como uno de los países de mayor atractivo para los turistas. De hecho, el año pasado sus ventas de pasajes y alojamientos en la isla caribeña aumentaron en más de un 40%. Por su parte, el matrimonio alemán también se sobrepondrá al mal rato y de seguro tendrá una anécdota más que contarle a sus nietos.