El arte de no tener fuerzas armadas en un mundo peligroso
10 de enero de 2025La amenaza de Donald Trump, quien en una conferencia en Mar-a-Lago (Florida) dijo que no descartaba el uso de la fuerza militar para retomar el control del Canal de Panamá, puede tener numerosas lecturas. En todas ellas, sin embargo, debe considerarse el hecho de que el país centroamericano es aliado de Estados Unidos y que, al mismo tiempo, carece de fuerzas armadas tradicionales. Desde 1990 Panamá, en lugar de Ejército, tiene una serie de instituciones para el control de la seguridad interna, las fronteras y el mar.
Así visto, Panamá y Costa Rica son los únicos países de Centroamérica que no disponen de Ejército, Fuerza Aérea ni Marina/Armada. ¿Es eso un problema en un mundo convulsionado? ¿Marca alguna diferencia tener o no un Ejército en caso de un ataque de Estados Unidos?
"Cualquier país pequeño de la región no dispone de la capacidad para disuadir una invasión de uno más grande, en especial de un súper poder como Estados Unidos. Para ello se apoyan más bien en la seguridad mutua. Países con 4 o 5 millones de personas como Panamá o Costa Rica nunca podrían montar un Ejército capaz de defenderse de una amenaza externa”, dice a DW Adam Isacson, director para la Veeduría de Defensa de Washington Office on Latin America (WOLA).
Distinto es el caso de una amenaza equivalente. El experto pone un ejemplo concreto: si Nicaragua decidiera invadir Costa Rica, este país podría defenderse "con sus propias policías y también con el apoyo de otros estados. El Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR) sigue vigente y es una figura para organizar respuestas a ataques”. Se refiere a un acuerdo alcanzado en 1947 en el marco de la Organización de Estados Americanos (OEA) para la defensa mutua en caso de agresión.
No tienen fuerzas armadas, pero…
Hay otro detalle que vale la pena considerar, dice Paulina Astroza, doctora en ciencias políticas y experta en relaciones internacionales de la Universidad de Concepción, en Chile. "Si bien son países que señalan que no tienen ejército, sí tienen unas fuerzas nacionales fuertemente armadas. Las armas que poseen las fuerzas internas costarricenses no las tienen las fuerzas internas de otros países, así que en realidad habría que relativizar este tema de que no tienen Ejército”.
Coincide con ella Isacson, quien recalca que tanto Costa Rica como Panamá "tienen policías con grandes capacidades, policías que en sus regiones fronterizas se parecen mucho a los militares, eso es suficiente y así no pierden tantos recursos en gastos de defensa”. A la vez, recuerda que otros países pequeños de la región sí tienen fuerzas armadas tradicionales, pero que han sido utilizadas "casi en un 100 por ciento para el orden interno, para operar como superpolicías y a veces para reprimir a la población”.
En el Caribe, países como Granada, Dominica, Santa Lucía y San Vicente y las Granadinas disponen de pequeños cuerpos armados paramilitares, pero no de una defensa militar propiamente dicha. Estos Estados han dejado su defensa en manos del Sistema Regional de Seguridad, alianza conformada por siete países del Caribe y Guyana cuyo objetivo es ofrecerse asistencia mutua en caso de necesidad, sea esto una catástrofe meteorológica o un conflicto armado.
El caso de Haití
En 1995, Haití disolvió sus fuerzas armadas -que estaban equipadas principalmente con donaciones de Estados Unidos y Francia- y en su lugar creó una Policía Nacional fuertemente armada y una Guardia Costera. Sin embargo, las autoridades decidieron en 2017 dar pie atrás a esta medida, tras el término de la misión de mantenimiento de paz de Naciones Unidas. De momento, las nuevas fuerzas armadas haitianas cuentan con unos 2.000 soldados, y el ministro de Defensa, Jean Marc Berthier Antoine, señaló en octubre de 2024 que el plan es formar unos 20.000 efectivos en los próximos 5 años.
El objetivo de estas fuerzas, que en su primera etapa fueron adiestradas por expertos de Argentina, México y Ecuador, será la seguridad de las fronteras haitianas y la actuación en caso de catástrofes. Nuevamente Estados Unidos y Francia, además de Taiwán, serán los encargados de entregar equipamiento para estas fuerzas militares.
Trump cambia la agenda
Dicho todo lo anterior, vale la pena preguntarse qué tan viable es un ataque estadounidense contra Panamá. Astroza estima que la amenaza de Trump hay que verla en un contexto más global, donde entran también los comentarios sobre comprar o tomar Groenlandia y convertir a Canadá en el estado 51 de Estados Unidos. "En esta visión de Trump o de quienes lo están asesorando, las cosas giran en torno al control de áreas geopolíticamente muy importantes para Estados Unidos, para las bases militares y para el enfrentamiento del poder con China”.
Pero más allá de las numerosas violaciones al derecho internacional que supondría una acción de este tipo, la académica chilena cree relevante tener en cuenta algo antes de seguir analizando la visión geopolítica del mandatario electo estadounidense: "Todos estamos hablando de esto cuando el 10 de enero se va a dictar sentencia por el caso Stormy Daniels. Estas declaraciones de Trump nos sacan del foco, cambian la agenda y todos hablamos de Panamá y Groenlandia cuando va a salir una sentencia y el presidente que va a asumir va a ser el primer presidente de Estados Unidos condenado por un delito grave”.
(ers)