Invertir en arte
5 de octubre de 2011
Con salas de subastas llenas, el mercado mundial del arte ha evolucionado muy positivamente y está pasando por una de sus mejores épocas. Grandes casas de subastas, como Sotheby's o Christie's, donde se llega a pagar seis millones de dólares por un cuadro de Andy Warhol, son las que más se benefician con este auge. En la primera mitad de 2011, Sotheby's registró las mayores ganancias de su historia con 3.400 millones de dólares. “Es una señal muy fuerte para el mercado del arte”, dice Gallus Pesendorfer, director de la filial de Sotheby's en la ciudad de Colonia.
De este desarrollo también sacan provecho los poseedores de obras de arte, que ahora intentan vender sus colecciones. Sólo en Sotheby's, unos 440 objetos de arte cambiaron de dueño este año por más de un millón de dólares. Hace pocos años, la situación era muy diferente, ya que durante la crisis económico-financiera de 2008 también se percibió una retracción en el negocio del arte.
Desaparece la confianza en los bancos
Según Gallus Pesendorfer, el mercado de las obras de arte no pasó realmente por una crisis, sino que se trató de la incertidumbre por la que pasaban los clientes, que ya no tenían confianza alguna en los bancos. “Algunos clientes me decían que querían vender, pero no sabían qué hacer con el dinero, dónde colocarlo”, explica.
La idea de invertir en obras de arte no es nueva. En especial los bancos privados y los administradores de capital de los grandes bancos comenzaron hace unos años a recomendar a sus clientes que compraran obras de arte. E incluso quienes no contaban con tanto capital, podían comprar acciones en fondos de arte o participaciones en obras de arte. Entretanto, diversas instituciones bancarias se bajaron del negocio del arte porque no les resultaba lo suficientemente lucrativo. La razón es que sólo unos pocos clientes se pueden permitir inversiones por sumas millonarias. El comercio con el arte es, además, tan riesgoso como el de las acciones y necesita, ante todo, mucho tiempo para dar réditos.
No comprar cualquier objeto de arte
Las obras de arte cuyo valor es más estable son las de los antiguos maestros de la pintura, entre ellos, los impresionistas. Es decir, creaciones de artistas reconocidos. Cuanto más contemporánea es una obra, más arriesgado es invertir en ella. “Claro que la estabilidad del valor de algunas obras actuales no siempre resulta como se pronostica”, señala Pesendorfer. Sin embargo, los clásicos del arte moderno, como Warhol o Bacon, ocupan un lugar indiscutible en la historia del arte y su valor se puede considerar estable.
Obras de los citados maestros pueden llegar a redituar sumas de varias decenas de millones de dólares en una subasta. El cuadro “200 One Dollar Bills”, de Andy Warhol, valía, a mitades de los '80, unos 385.000 dólares. Hace pocos años, se lo subastó por más de 40 millones de dólares, es decir, que aumentó cien veces su valor en 25 años. A pesar de eso, los interesados en la compra de obras de arte deben ser selectivos, aconseja Gallus Pesendorfer. Deben tener una cierta pasión por el arte y “deben pensar qué es lo que a ellos les gusta, e informarse antes de comprar”, recomienda el experto.
En tiempos en que hasta los bonos estatales dejaron ya de ser una inversión segura, los inversionistas potenciales buscan formas alternativas de colocar su dinero de manera redituable. Y, en caso de que la pintura o escultura adquirida no cumpla con las aspiraciones financieras de su dueño, al menos pasará a decorar las paredes de su casa. Por eso, es importante que sea del gusto del comprador.
Autor: Chi Viet Giang/ Cristina Papaleo
Editora: Emilia Rojas