A diferencia de su predecesor Correa, el presidente Lenín Moreno confía en el diálogo en lugar de la confrontación, pero carece de una receta para la crisis económica.
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"Queridos compatriotas, les deseo unas maravillosas vacaciones para el carnaval. Diviértanse, disfruten de los días libres con sus familias y viajen por el país para conocer nuestras tradiciones". Con este mensaje, el Presidente Moreno se dirigió al pueblo de Ecuador antes del carnaval. Poco después, 10.000 empleados del sector público recibieron su despedida. De festejar carnaval ni hablar.
El gobierno cumple así con la exigencia del Fondo Monetario Internacional de que se reduzca el aparato burocrático inflado por el gobierno anterior. Pero el precio para el presidente es alto: Lenín Moreno está muy lejos de su alta popularidad del 70 por ciento al comienzo de su mandato. Ahora esta se encuentra en la mitad. Y según las encuestas, su credibilidad incluso ha caído por debajo de la marca del 30 por ciento.
¿Rebajar las deudas con la ayuda del FMI y el Banco Mundial?
El préstamo de Washington, con el que Ecuador quiere tapar sus agujeros presupuestarios y reducir su deuda externa, tiene un valor de 4.200 millones de dólares. Además, el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo y el Banco de Desarrollo de América Latina han aportado otros seis mil millones de dólares. El cuarto país más pobre de América del Sur, después de Guyana, Bolivia y Paraguay, se encuentra en crisis económica y ha acumulado más deudas en los últimos dos años que en los diez anteriores.
Hoy en día, Ecuador tiene una deuda de casi 60.000 millones de dólares y Moreno busca desesperadamente una salida. Sin embargo, el hecho de que este camino se busque conjuntamente con la ayuda del Fondo Monetario Internacional, despierta en muchos ecuatorianos recuerdos desagradables sobre el papel nefasto del FMI en la quiebra de Argentina, hace casi 20 años.
Giro hacia la derecha en política exterior
Despidos en el sector público, políticas más favorables para las empresas y leyes que facilitan la fuga de capitales hacia los paraísos fiscales: Lenín Moreno se encuentra en un rumbo económico neoliberal. Y también en política exterior, nada recuerda a la "Revolución Ciudadana" de izquierda propagada por su predecesor Correa: la retirada de la Alianza Bolivariana ALBA, el distanciamiento de la UNASUR, pero a su vez la participación activa en el grupo de Lima, crítico con Maduro. Moreno es celebrado por muchos por haber dejado el eje bolivariano, al que pertenecen Venezuela, Cuba, Nicaragua y Bolivia, pero las voces críticas aumentan.
"Lenín Moreno se ha adaptado completamente a la corriente conservadora de la región", comenta el consultor independiente alemán Ralf Oetzel, que vive y trabaja en Ecuador desde hace 20 años. Colombia, Brasil y Argentina ya tienen gobiernos de derecha, y el giro a la izquierda en América Latina es historia. Sin embargo, el cambio de Moreno a la derecha es aún más notable, ya que fue parte del gobierno de izquierda de 2007 a 2013 como vicepresidente del propio Rafael Correa y también ganó las elecciones presidenciales del 2 de abril de 2017 como candidato del partido de izquierda "Alianza País". "La actitud retrógrada del gobierno es irritante", explica Oetzel, refiriéndose al intento de Moreno de borrar de la memoria de Ecuador los diez años de Rafael Correa y la división del país en ese momento.
"Es como una persecución: todos los seguidores de Correa, aunque sean profesionales destacados, son despedidos". El cooperante está decepcionado: "Ecuador bajo Moreno no tiene ninguna idea de a dónde realmente quiere ir, y mucho menos una visión o estrategia para el futuro".
El miedo por el trabajo es más fuerte que la nueva libertad de prensa
"Cuando se pregunta a la gente en la calle sobre su futuro, se escucha mucho pesimismo, especialmente el miedo de no encontrar trabajo, o de perderlo", informa Gustavo Endara, de la Fundación Friedrich Ebert en Quito. Esto también eclipsa los éxitos de Lenín Moreno: el diálogo activo con los grupos sociales, el fin de la polarización y del estilo de confrontación de Rafael Correa, y el hecho de que la oposición, las organizaciones no gubernamentales y los medios de comunicación pueden simplemente hacer su trabajo sin ser constantemente acosados por el gobierno.
"A los periodistas, Moreno los deja en paz", explica Endara. No hay comparación con las constantes agresiones verbales de Correa contra periodistas incómodos, los pleitos contra las emisoras de la oposición y el cierre de emisoras de radio, cuya cobertura no encajaba con el gobierno. Pero, ¿de qué sirve la recién adquirida libertad de prensa si falta el empleo? Según Endara, el temor de una expansión del conflicto en Venezuela es aún mayor en Ecuador: "Esta cuestión suprarregional es muy preocupante para todos los aquí presentes porque una guerra en Venezuela tendría un enorme impacto en la región. Tanto social como económicamente".
(gg)
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La disputa entre Lenín Moreno y Rafael Correa
Se suponía que Moreno continuaría el proyecto político de Correa, pero fue gradualmente distánciandose e incluso ha sido despojado de la presidencia de Alianza País. Ahora, ¿podría Correa rescatar su revolución?
Imagen: DW/dpa/D. Tapia
Presunta garantía de continuidad
Moreno ganó las elecciones presidenciales de Ecuador en abril con solo dos puntos porcentuales sobre su competidor, Guillermo Lasso, quien era el principal opositor de la llamada "revolución ciudadana" y del "socialismo del siglo XXI", el modelo creado por Hugo Chávez. En ese momento, Moreno era la garantía de continuidad del proyecto político de Correa, quien lo apoyó a lo largo de la campaña.
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Una aparente alianza
En mayo se realiza la toma de posesión. Un Correa sonriente le traspasó la banda presidencial a Moreno. Hasta entonces, la revolución ciudadana tiene un heredero. Los asistentes a la ceremonia, entre ellos diputados de la Asamblea Nacional, de mayoría oficialista, gritaron al inicio "¡Rafael, Rafael, Rafael!
Imagen: DW/dpa/D. Tapia
¿"Engaño" desde el principio?
En su discurso, Moreno celebró la gestión del gobierno de Correa: "Hoy, cuando se une la herencia del pasado con el presente y el futuro que estamos construyendo desde hace 10 años, este proceso tiene un pueblo entero y tiene un nombre: revolución ciudadana. Esta revolución tiene un líder: Rafael Correa Delgado, gracias Rafael, hasta siempre hermano querido".
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La paz duraría poco
Pero las relaciones entre los dos líderes políticos comenzaron a deteriorarse rápidamente, en gran contraste con esa aparentemente armónica toma de posesión de mayo. Moreno se empeñó en impulsar un diálogo con la oposición y luchar contra la corrupción, algo que no le agradó a Correa. En Twitter comenzarían las peleas públicas entre estos dos "aliados"...
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Lucha anticorrupción no se hace esperar
Moreno comenzó su prometida lucha contra la corrupción muy temprano. En junio, cinco personas supuestamente vinculadas con el caso de corrupción de Odebrecht fueron detenidas. Moreno lo celebró al decir que no estaba "hablando en el aire" cuando ofreció "hacer una lucha frontal, abierta y una cirugía mayor a cualquier tipo de corrupción".
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La disputa comienza en Twitter
Pero Correa aparentemente quería compartir los créditos y mostrar que su administración también había trabajado en contra de la corrupción. En su cuenta de Twitter escribió: "Creer que las detenciones y allanamientos de esta madrugada son fruto de una semana de trabajo es ingenuidad extrema", lo que se interpretó como un primer roce entre Moreno y Correa.
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Correa no quiere a la ONU en la lucha anticorrupción de Moreno
Pocos días después, Correa criticó la decisión de Moreno de firmar un convenio de cooperación con la ONU para luchar contra la corrupción. En una columna publicada en el diario estatal El Telégrafo, Correa afirmó que le sorprendía que "se pida 'ayuda' a organismos internacionales, claudicando en lo avanzado todos estos años en cuanto a institucionalidad y soberanía se refiere".
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Twitter, la herramienta predilecta de Correa para la crítica
Correa volvió a Twitter días después para criticar de forma más abierta al gobierno de Moreno: "Qué lástima que desde ciertos funcionarios del Ejecutivo, autoridades de control y hasta jueces, se esté siguiendo el discurso de la oposición. El frente externo no me preocupa, sí el interno, donde, por torpeza o deslealtad, se habla de marcar 'distancia' con mi gobierno".
Imagen: Reuters/M. Bazo
Movida temeraria
En julio, Moreno le entregó dos inmuebles en Quito en comodato por 100 años a la mayor organización de indígenas del país, la Conaie, la cual no disfrutaba de la simpatía de Correa, quien le había despojado del comodato en 2015. En su cuenta de Twitter, Correa lamentó la movida: "Otro innecesario desaire a mi Gobierno. Estrategia de 'diferenciarse' no sólo es desleal, es mediocre".
Imagen: Rodrigo Buendia/AFP/Getty Images
Moreno acepta la batalla en las redes
Al día siguiente, Moreno se unió al desahogo digital de Correa y, aunque sin nombrarlo, atizó la disputa al publicar en su cuenta de Twitter una foto con el mensaje: "Sindrome de abstinencia: reacción provocada por la reducción o suspensión brusca de una sustancia de la que se tiene dependencia como el azúcar, el alcohol, las drogas...o el poder".
Imagen: DW/dpa/D. Tapia
"Cambios de estilo"
El 10 de julio, Correa parte a Bélgica para radicarse y aprovechó el momento para criticar a Moreno, aunque indirectamente: "Yo estoy seguro que el 2 de abril derrotamos a la oposición, no estoy muy seguro si venció la Revolución Ciudadana. Que no me digan que es cambio de estilo las claudicaciones y el entreguismo". Ese mismo día, Moreno había admitido "cambios de estilo" en su gestión.
Imagen: picture alliance/AP Photo/D. Ochoa
"La mesa no está servida"
Correa aseveró en enero que iba a dejar la "mesa servida" a su sucesor. Pero un día después de la partida de Correa a Bélgica, Moreno advirtió que Correa “podía haber sido más mesurado al dejar cuentas en mejores condiciones" y que “no hay tal mesa servida", porque "la condición económica de Ecuador es muy difícil”. Moreno se refería a la deuda del país de más de 40 mil millones de dólares
Imagen: Getty Images/AFP/R. Buendia
Vicepresidente despojado y destituido
En agosto, Moreno emitió un decreto con el que despojó al vicepresidente de la República, Jorge Glas, de todas sus funciones. La decisión de Moreno vino después de que se difundieran audios que supuestamente vinculaban a Glas en la trama de corrupción de Odebrecht. En octubre, la Contraloría General del Estado ordenó la destitución de Glas como vicepresidente por cargos de peculado.
Imagen: picture-alliance/AP Photo/D. Ochoa
La fractura más evidente
El 1 de noviembre, la dirigencia de Alianza País (AP) destituyó a Moreno de la presidencia del partido por beneficiar a "opositores a la política de la Revolución Ciudadana". En Twitter, Correa escribió. "¡Basta que oportunistas hablen en nombre de las bases! (...) nuestra militancia lo que siente es profunda indignación, al ver cómo en 5 meses nos han regresado al pasado".
Imagen: Getty Images/AFP/R. Buendia
La reelección indefinida aprobada y desaprobada a través de la ley
Correa no participó en las elecciones de 2017 porque la Constitución le impedía gobernar por un tercer periodo. Sin embargo, la Asamblea Nacional aprobó enmiendas en diciembre de 2015 que, entre otras cosas, permiten la reelección indefinida del presidente a partir de 2021. El contrataque de Moreno: una consulta popular para revocar la reelección indefinida cuyas preguntas ya fueron presentadas.
Imagen: Reuters/M. Bazo
¿La vuelta de Correa?
Además de despedir a Moreno, la dirigencia de AP también invitó a Correa a "acompañar el proceso de fortalecimiento orgánico y la reestructuración del movimiento". En Twitter, Correa escribió: "Ahí estaremos, y veremos cuántos de los que han permitido tanta infamia, persecuciones, oscuros pactos con lo peor de la partidocracia, en nombre de la 'gobernabilidad', me pueden mirar a los ojos".