Hasta hace unos años, Sudán del Sur no tenía ni una sola cancha de baloncesto profesional. Este verano, la selección nacional está haciendo historia en el Mundial. Es el único país africano que se ha clasificado. Pero para el país más joven del mundo y uno de los más pobres, el éxito del baloncesto va mucho más allá del deporte: Ayuda a unir a la nación e inspira a los niños de todo el mundo.