A pesar de las sombras que se ciernen sobre las perspectivas económicas de la eurozona, el Banco Central Europeo (BCE) decidió hoy, tal como se esperaba, mantener invariables los tipos básicos de interés en el 4,0 por ciento.

La decisión, anunciada tras la reunión del Consejo de Gobierno del BCE en Atenas, se apoya en los temores ante la amenaza de la inflación, impulsada por el encarecimiento de la energía y los alimentos.

Por el contrario, las consecuencias de la crisis financiera y la fortaleza del euro lastran la economía de la eurozona y hablan a favor de una reducción de tasas.

La tasa interanual de inflación en la eurozona se redujo en abril del 3,6 al 3,3 por ciento, pero sigue muy por encima del máximo del 2,0 por ciento que el BCE considera tolerable para mantener los precios estables.

Los analistas prevén que los tipos de la eurozona se reduzcan hacia finales de año, cuando, según las previsiones, los efectos de la crisis financiera golpeen el desempeño de la economía y la inflación retroceda.

Los tipos básicos de interés para la eurozona se mantienen en el 4,0 por ciento desde junio de 2007. (dpa)