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EL BCE pone a prueba a los grandes bancos europeos

Zhang Danhong (CP/ ELM)21 de octubre de 2014

El Banco Central Europeo asume a partir de noviembre la supervisión de los grandes bancos de la unión monetaria, pero antes pondrá a prueba a los grandes bancos. El resultado se dará a conocer el 26 de octubre.

Imagen: Getty Images/H. Foerster

Como si la eurozona ya no tuviera suficiente estrés debido a los datos económicos negativos, al aumento de las deudas, a la alta tasa de desempleo y a que los bancos centrales están en la mira de las críticas, ahora el Banco Central Europeo (BCE) someterá también a cerca de 130 grandes bancos de la eurozona a una prueba de estrés. La hora de la verdad sonará el domingo próximo, y ya se especula con los nombres de los candidatos en problemas, así como con las turbulencias en los mercados luego de darse a conocer el resultado del estudio.

El hecho de que el BCE ponga a prueba a los bancos de la eurozona tiene que ver con la muy debatida Unión Bancaria. La creación de una unión bancaria de ese tipo se resolvió a fines de junio de 2012 en una de las muchas cumbres para solucionar la crisis de la eurozona. La unión está pensada como salida al círculo vicioso de las crisis bancarias y estatales, y como estrategia para poner fin a uno de los peores males que afectan a la comunidad monetaria europea. Está basada tres pilares fundamentales: la inspección y supervisión, las transacciones y la seguridad de los depósitos.

Muy pronto, los responsables estuvieron de acuerdo en que el BCE sería el organismo que iba a asumir la vigilancia de la banca europea. Luego de mucho discutir, el año pasado se logró acordar una regulación de los institutos bancarios en quiebra, y tarde o temprano también se configurará una garantía conjunta para los depósitos. Entonces, la Unión Bancaria Europea se transformará en una especie de aseguradora.

EL BCE prueba el riesgo de los bancos

Para que ningún banco ingrese a esa “compañía” de seguros bancaria con un antecedente de perjuicio, sobre todo los economistas alemanes abogan por que el BCE coloque los balances bancarios bajo la lupa antes de iniciar su rol de vigilancia. Hans Peter Burghof, de la Universidad Hohenheim, es uno de ellos: “Si se quiere formar parte de una unión bancaria hay que calificarse para ello. Los bancos deben probar que no representan un riesgo para la unión”, también en interés del BCE. Después de todo, el BCE no quiere asumir la responsabilidad por antiguos riesgos, dijo el experto a Deutsche Welle.

La prueba de estrés consiste en primer lugar en estudiar el capital propio de los bancos, que debe conformar al menos el ocho por ciento de las inversiones calificadas como menos riesgosas. Pero eso presenta un problema: “En parte, las evaluaciones fueron realizadas por los mismos bancos”, explica Clemens Fuest, presidente del Centro Europeo de Investigación Económica (ZEW, por sus siglas en alemán). Las experiencias hechas durante la última crisis económica demostraron que la tasa de capital propio fuera de riesgo no es un buen indicador acerca de la solidez de un banco. “Sobre todo, se trata de que los modelos de riesgo fueron elaborados con datos del pasado, y no está claro si con ellos se pueden prever crisis en el futuro”, subrayó Fuest en entrevista con Deutsche Welle. Mejor sería, en su opinión, exigir a los bancos que estén en condiciones de financiar como mínimo un tres por ciento de todos sus depósitos por medio de capital propio.

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El dilema del BCE

El BCE está, por tanto, en un dilema: por un lado, casi regala el dinero a los bancos para que puedan dar más crédito a las empresas a fin de impulsar el crecimiento económico. Por el otro, en su carácter de regulador, estipula exigencias más altas de capital propio a los bancos para reforzarlos en la crisis.

Por último cabe preguntarse si los bancos están bien preparados para enfrentar la próxima crisis, una de las preguntas que intentará responder la prueba de estrés. Pero, según el ZEW, eso no es suficiente, dado que ya con una pérdida de valor de las acciones en un diez por ciento, ya se abre una brecha de capital por más de 150.000 millones de euros. Los bancos en Alemania y Francia no sacaron buenas notas en este escenario, no demasiado pesimista. La calificación que reciban los bancos en la prueba de estrés del BCE depende de los escenarios de crisis que ha diseñado el banco central de cada país. “Los bancos alemanes deben ser sometidos a tests más duros que los griegos”, dice Burghof.

Zhang Danhong (CP/ ELM)

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