BID: Venezuela, el reto más urgente de América Latina
17 de julio de 2019
Lenín Moreno dice en la reunión del Banco Interarmericano en Guayaquil que ya son 500.000 los inmigrantes venezolanos llegados a Ecuador. Suponen un gasto de 500 millones al año en Ecuador o un punto del PIB en Colombia.
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"Acabo de recibir un informe que en Ecuador ya viven más de 500.000 venezolanos, eso tiene para nosotros un costo cercano a los 500 millones de dólares al año. Cada día entran a Ecuador 3.000 nuevos hermanos venezolanos, y la cifra llegó a ser de entre 5.000 y 6.000", afirmó este martes (16.07.2019) el presidente ecuatoriano Lenín Moreno durante su discurso en la sesión inaugural de la 60ª Asamblea de Gobernadores del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), que tuvo lugar en la ciudad portuaria de Guayaquil.
Moreno reconoció que la situación de crisis que está viviendo el "hermano país" está por encima de "la capacidad de acogida" de Ecuador. "No pierdo la esperanza de que sean los mismos hermanos venezolanos los que encuentren una solución democrática y justa para esta crisis humanitaria", alegó para luego manifestar que, en caso contrario, cualquier intervención que venga del exterior resultará "inútil".
Según los últimos datos del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), 4 millones de venezolanos abandonaron su país desde 2015 y, de ellos, al menos 3,1 millones se quedaron en Latinoamérica. En lo que a Ecuador respecta, registró 1,5 millones de llegadas en el mismo periodo, un millón de ellas desde enero del año pasado, y las últimas estimaciones apuntaban a que unos 300.000 venezolanos se habían quedado en su territorio, cifra que Moreno elevó este martes a medio millón.
En su discurso, el primer mandatario ecuatoriano calificó como "realmente apocalíptica" la migración venezolana hacia diversos países de la región "por el sufrimiento que vemos todos los días en las calles". La sesión estuvo marcada por la reivindicación a la necesidad de asistencia para paliar el peso humanitario y económico de la migración venezolana en los países receptores.
Así lo destacaron los ponentes de una sesión en la que participaron, además del presidente de Ecuador, la vicepresidenta de Colombia, Martha Lucía Ramírez; el presidente del BID, Luis Alberto Moreno, y el recién elegido presidente de su junta de Gobernadores, Richard Martínez, ministro ecuatoriano de Finanzas. "Es necesario que hagamos más y mejor, que entre todos recibamos esta migración venezolana para permitirles que se reincorporen realmente a nuestras sociedades y que sus hijos y mujeres, que llegan buscando un sistema de salud, encuentren en nuestros países esa solidaridad", afirmó Ramírez en un discurso en el que aseguró que esta migración ha costado a Colombia "medio punto del PIB".
El reto más urgente de América Latina es "revertir el deterioro de Venezuela", dijo por ejemplo el presidente del BID, Luis Alberto Moreno. "La región tiene urgencias pero ninguna es mayor que poder revertir el deterioro de Venezuela. Ese país ha retrocedido de manera abismal", resumió.
lgc (efe/afp)
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Los venezolanos encuentran refugio y solidaridad en Colombia
Maicao es famosa por su tráfico de drogas y personas, violencia y explotación sexual. Los refugiados venezolanos que viven allí son un blanco fácil. Pero un centro de recepción dirigido por ACNUR ofrece una salida.
Imagen: DW/Eline van Nes
Esperar en fila por comida
Los migrantes venezolanos hacen fila para verificar su número de registro y otros detalles antes de recibir su almuerzo. El Programa Mundial de Alimentos de la ONU sirve comida tres veces al día.
Imagen: DW/Eline van Nes
Un techo en circunstancias difíciles
Filas de carpas provistas por la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) se extienden para los venezolanos migrantes en el centro de recepción en Maicao y brindan la mayor comodidad posible en estas circunstancias.
Imagen: DW/Eline van Nes
Buscar una salida
El centro de recepción recientemente inaugurado en Maicao, en la región de La Guajira, una colaboración entre ACNUR y las autoridades colombianas, es el primero de su tipo en Colombia. Las agencias gubernamentales locales y nacionales solicitaron ayuda a ACNUR debido al constante flujo de migrantes y refugiados venezolanos que cruzan la frontera hacia Maicao.
Imagen: DW/Eline van Nes
Sin un propósito y con la salud amenazada
Domingo Fernández, un experiodista y profesor de 72 años, solía escuchar sobre los refugiados y verlos en las noticias, pero nunca pensó que terminaría en un refugio también. Habiendo trabajado la mayor parte de su vida, ahora se siente inútil. Cada mañana se levanta, espera su desayuno y riega el área cerca de la entrada de su tienda de campaña porque el polvo está afectando sus pulmones y ojos.
Imagen: DW/Eline van Nes
Esperando una vida mejor
Rusmari Luna trajo un brazalete de Venezuela que su madre le hizo para el viaje. Tuvo que irse con sus hijos porque ya no podía mantenerlos. Ella cuenta que algunas personas en Venezuela entregan sus hijos a otras familias, otras los abandonan en las calles. También dice que encontraba esas historias difíciles de creer, pero ahora entiende lo desesperadas que están algunas de esas personas.
Imagen: DW/Eline van Nes
Soñar con casa
Rosmery Castillo dejó Venezuela hace un mes con dos de sus hijos y dejó un tercero con su hermano. Era enfermera en Valencia, pero la alta inflación desaparecía su salario mínimo y la dejaba sin casi nada para comprar comida. Ella planea regresar a Venezuela tan pronto como la situación mejore para estar con su madre y su abuela, a quienes tuvo que dejar atrás.
Imagen: DW/Eline van Nes
Compartir el techo y la voluntad de sobrevivir
Rosmery Castillo (34, izquierda) y Vanesa Añez (19) no se conocían cuando ambas llegaron al centro de recepción de ACNUR al mismo tiempo. Ahora comparten una carpa.
Imagen: DW/Eline van Nes
Una mano amiga
Una clínica de la Cruz Roja Colombiana en el centro de recepción atiende los problemas de salud que pueden sufrir los migrantes y refugiados, como los problemas pulmonares causados por el polvo del desierto de La Guajira.
Imagen: DW/Eline van Nes
Solidaridad y entendimiento
La xenofobia siempre está acechando en el fondo, pero La Guajira tiene una conexión histórica con la ciudad venezolana de Maracaibo. Muchas personas de La Guajira se mudaron a Venezuela durante el conflicto colombiano de las FARC. Hay solidaridad entre personas de ambos lados. También hay muchos desplazados internos en Colombia, que entienden cómo es para los venezolanos estar en esta situación.
Imagen: DW/Eline van Nes
Tomar la ruta legal
El cruce oficial entre Colombia y Venezuela está marcado por algunas vallas y soldados haciendo guardia. Hay una forma oficial de cruzar entre Colombia y Venezuela, pero también unos 150 atajos ilegales, muchos de los cuales terminan justo en frente del cruce oficial.