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El cambio climático en los deportes

Martin Reeh8 de mayo de 2012

Contra el cambio climático, federaciones y clubes deportivos apuestan por plantas solares y bombillas de bajo consumo. Pero el verdadero problema estriba en el creciente número de vuelos por los torneos internacionales.

Imagen: Global United

La situación es algo irónica. Logramos localizar a Lutz Pfannenstiel en São Paulo para hablar sobre la protección del medio ambiente. Pfannenstiel es el busca talentos y representante de relaciones internacionales del club de fútbol de primera división TSG Hoffenheim. Su trabajo consiste en viajar a Latinoamérica y África en busca de nuevos talentos. El objetivo de esta visita a São Paulo es "cultivar contactos".

Considerando la visión de Pfannenstiel, esto parece algo contradictorio, ya que él, al culminar su carrera como guardameta profesional, fundó el club Global United. La meta del equipo es llamar la atención hacia el cambio climático a través de partidos de fútbol y eventos espectaculares. El portero retirado está convencido de que es necesario organizar por lo menos un evento mediático al año para captar realmente la atención de las personas. Con tal motivo, se ha propuesto organizar un partido con las estrellas del balón, el cual deberá llevarse a cabo en la Antártida. "Algo así es inaudito y no se va a repetir", afirma el exarquero. "Es lógico que allí no va a haber un estadio equipado con todo, más bien se llevará a cabo un partido muy sencillo sobre una pista de aterrizaje".

Han aumentado los partidos de la Champions League, con el consiguiente daño ecológico.Imagen: picture alliance/M.i.S.-Sportpressefoto

No faltan los buenos y bien intencionados eventos deportivos, como los que están a favor de la lucha contra el cambio climático o de proteger el medio ambiente. Cada vez más estadios son equipados con techos solares. Además, las promociones ecológicas ya son parte segura del programa en acontecimientos de gran envergadura como los Juegos Olímpicos. El 9% de la electricidad necesaria para los Juegos Olímpicos de Londres provendrá de energías renovables. Sin embargo, inicialmente estaba previsto llegar al 20%.

Además, existe una participación simbólica de la Unión de Asociaciones de Fútbol Europeas (UEFA) en actividades como la llamada Hora del Planeta de la organización ecologista WWF. La sede de la UEFA en el Lago Lemán en Suiza apagó sus luces durante una hora un sábado, como señal de lucha contra el cambio climático.

Peter Gilliérion, presidente del Comité de Fair Play y Responsabilidad Social de la UEFA, apeló a "convencer a colegas y amigos a participar y con un sólo gesto a contribuir a la protección de nuestro planeta. Como por ejemplo, ir al trabajo a pie en vez de utilizar el coche". Sin embargo, se abstuvo de mencionar la posibilidad de organizar menos partidos.

Clima: estadios solares para la Copa Mundial de Fútbol

06:24

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En realidad, la maquinaria de los grandes eventos deportivos se ha desarrollado en dirección opuesta. Los campeonatos han sido inflados continuamente dividiendo los partidos en grupos y adhiriendo cada vez más equipos. Durante la Copa de Europa de 1991 se llevaron a cabo 58 partidos incluyendo la final. La temporada actual la Champions League abarca 212 partidos.

A eso se suman cada vez más torneos juveniles y obviamente, los campeonatos de fútbol femenino que son cada vez grandes. Cada semana hay cientos de vuelos que transportan a diestra y siniestra por toda Europa tanto a los equipos como a los fieles aficionados para que asistan a los certámenes.

El factor económico en toda esta dinámica no puede ser subestimado. El lema de los últimos 20 años ha sido, mientras más partidos se llevan a cabo, mayores serán los ingresos por la venta de los derechos de transmisión por televisión.

Quién sabe si esa sea la razón por la cual las federaciones y clubes deportivos no se muestran dispuestos a afrontar el problema real. Ya que reducir el número de campeonatos sí sería una forma efectiva de actuar en la lucha contra el cambio climático.

La UEFA expresó su opinión al respecto en un comunicado oficial. La máxima institución del fútbol europeo sólo fue capaz de echarle la culpa a los aficionados del deporte. La UEFA sostiene que “es responsabilidad de los fanáticos compensar las emisiones individuales de CO2 generadas cuando viajan para ver un partido fuera de casa y alentamos a los aficionados a utilizar el transporte público siempre que sea posible”.

Los Juegos Olímpicos de Londres no cumplieron su meta climática.Imagen: Reuters

Pfannenstiel, el representante de Hoffenheim, mantiene su reserva al respecto y afirma „eso significaría lógicamente una intervención en los campeonatos“, y se atiene a señalar los pequeños éxitos ecológicos de los clubes de la Bundesliga, como el ahorro en el consumo de agua y que los equipos juveniles comparten un coche para sus viajes.

James Atkins, fundador de Vertis - una empresa que vende derechos de emisiones - sabe muy bien que el sector deportivo en realidad aún no ha reconsiderado su posición. Según Atkins, "hay una serie de planteamientos huecos que no son buenos para el medio ambiente".

Nos habla además del proyecto inicial de la Premier League inglesa de trasladar una jornada de partidos a otro continente por motivos de patrocinio. Sin embargo, la máxima autoridad internacional del fútbol (FIFA) vetó la idea y el proyecto fue descartado. El 2010, Atkins publicó el libro „Climate Change for Football Fans“. Aquí el fútbol sirve de metáfora para representar la lucha contra el cambio climático: cómo con gran pasión se puede vencer a un oponente aparentemente abrumador.

Pero, ¿será posible que los mismos futbolistas sirvan de ejemplo? A Atkins no le convence mucho la idea. "Cuando son jóvenes ellos se dejan llevar por tonterías o tienen un arsenal de autos Ferrari en su garaje". El comportamiento de los funcionarios también deja mucho que desear y recuerda más a una venta de indulgencias por mala conciencia.

Pedir de los aficionados vayan a pié o que cambien sus hábitos, sin tener la intención de renunciar a seguir incrementando sus lucrativas ganancias aún a costa del medio ambiente no parece una actitud coherente. El prepotente adversario al que tienen que doblegar es a ellos mismos.

Autor: Martin Reeh / CS

Editor: Enrique López

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