El cambio climático podría beneficiar a los vinos alemanes
Kristie Pladson
7 de junio de 2023
Los viticultores alemanes están divididos sobre lo que el calentamiento global significa para el sector.
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Con traje y corbata, Dieter Greiner habla en una elegante sala tallada en madera, sonriendo a una docena de bodegueros sentados en las mesas dispuestas a lo largo del perímetro de la estancia. En la pared que tiene detrás, una hilera de monjes alemanes observan la escena desde sus retratos. En la mesa situada frente al orador -y delante de todas las demás personas de la sala- hay nueve copas de vino, cada una llena de un chorrito de Riesling de color ámbar, conocido como Eiswein (vino helado). El vino procede de botellas antiguas, la más vieja data de 1981.
Debido al aumento de las temperaturas, Alemania no ha podido producir ese tipo de Riesling desde 2012, ya que su elaboración depende del frío, dice Greiner.
El experto alemán en vinos es el director gerente del monasterio de Eberbach, una antigua abadía cisterciense conocida aún hoy por su producción vinícola. Hace unos días, la abadía, situada a orillas del Rin, echó mano de su archivo vinícola para ofrecer una cata especial a selectos vinicultores de toda Europa: durante dos días, más de una docena de expertos del sector procedentes de Francia, España, Italia y otros países se reunieron en la abadía para catar 101 cosechas del vino alemán Riesling, la más antigua de las cuales se remonta a 1893.
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El clima más cálido divide a los vinicultores
El año pasado, los viñedos alemanes a orillas del Rin no tuvieron lluvia durante dos meses y medio. "Nunca habíamos visto algo así", dice Greiner al grupo. Sus palabras provocan reacciones encontradas:
"Creo -y mucha gente en Francia lo cree hoy- que el calentamiento global es algo bueno [para el vino]", dice un viticultor francés. "¡El vino nunca ha estado mejor!".
"Por el momento", dice una voz.
Greiner escucha con diplomacia y luego responde.
"Nos enfrentamos a nuevos retos, pero la calidad general es mayor", coincide.
En 2022, Alemania era el noveno productor mundial de vino, después de Sudáfrica y antes de Portugal. Y fue el único país de la UE que aumentó su nivel de producción de vino en 2022, un éxito atribuido a una temporada de cultivo más seca y calurosa. Según la asociación meteorológica del país, 2022 fue el año más caluroso en Alemania desde que comenzaron los registros en 1881.
DW preguntó al vinicultor Marc Hochar si considera el cambio climático como una oportunidad para la industria. No quiere dar una respuesta tajante: "Hay un cambio, no hay duda, y está impactando más en unos que en otros, algunos se están beneficiando", contesta. Pero también apunta que los vinos de los países del sur están sufriendo por el cambio climático.
La política alemana mantiene las distancias
Desde el balcón, el enólogo y sumiller alemán Ralf Frenzel observa cómo llegan sus invitados y recogen su primera copa de vino. Frenzel dice que la oportunidad para producir grandes vinos alemanes está ahí, ya que el viento climático sopla a su favor, al menos de momento.
Los políticos alemanes que había invitado brillan por su ausencia, señala, por otro lado, con frustración. A diferencia de países como Francia, donde el vino ocupa un lugar central en la cultura nacional, Alemania no se enorgullece lo suficiente de la calidad de sus vinos.
"Ahí es donde realmente se ve aflorar esa mentalidad alemana de bajo coste, y creo que es una pena", afirma. "Los políticos podrían hacer mucho más, sobre todo en el extranjero, para comunicar lo que significa la calidad alemana, ¡porque en realidad es buenísima!". (aa/ms)
Regiones vinícolas de Alemania
Las 13 regiones vitivinícolas de Alemania se encuentran actualmente en fase de cosecha, prensado y afinado. Una excursión al mundo del Riesling, Silvaner, Müller Thurgau y otros.
Imagen: picture-alliance/dpa/F.v. Erichsen
Paisajes vinícolas en Alemania
Debido al gran número de variedades de uva, desde la fruta de maduración temprana hasta la tardía, la cosecha dura varios meses. Las variedades tempranas se cosechan a partir de agosto, la cosecha principal suele comenzar a mediados de septiembre y las variedades de maduración tardía, como el Riesling, se cosechan a veces hasta principios de noviembre.
Imagen: picture-alliance/dpa/F.v. Erichsen
Hesse Renano
26.000 hectáreas de viñedos cubren la zona entre Worms, Maguncia y Bingen. Es la mayor región vinícola de Alemania. Ya en el siglo IX, se cultivaba vino en 88 comunidades. No es de extrañar que en el Hesse Renano se encuentre el viñedo más antiguo de Alemania: el Niersteiner Glöck, que data del año 742. La tradición obliga: de los 136 municipios del Hesse Renano, solo cinco no cultivan vino.
Imagen: picture-alliance/dpa/F.v. Fredrik von Erichsen
La comarca del Rin
El Rin es un río emblemático para el vino. Seis regiones vitivinícolas anidan en sus orillas. La comarca del Rin, entre Hochheim y Lorch, es una de ellas. Aquí se inventó el "Spätlese" (de vendimía tardía). El monasterio de Eberbach es un hito en la cultura del vino. Sus fundadores fueron monjes cistercienses de Borgoña. Trajeron el vino con ellos, y lo convirtieron en un éxito de exportación.
Imagen: picture-alliance/dpa/B. Roessler
Valle Medio del Rin
A partir de Bingen, comienza el Valle Medio del Rin. El lecho del río se estrecha y se abre paso de forma espectacular a través de las montañas de pizarra renanas. Los viñedos dominan el paisaje. Las empinadas laderas en terrazas se extienden hasta las puertas de Bonn. Con sus castillos y ciudades medievales, el Valle Medio del Rin es Patrimonio Mundial de la UNESCO desde 2002.
Imagen: picture-alliance/dpa/F. Kleefeldt
Palatinado Renano
Es una región vinícola superlativa: la mayor fiesta del vino y el mayor barril de vino del mundo se encuentran en Bad Dürkheim. Y la ruta del vino alemán pasa por el Palatinado: a lo largo de 85 kilómetros, une 130 pueblos vinícolas entre Bockenheim y Schweigen, en la frontera con Francia. Todos los años se corona en Neustadt a la reina alemana del vino.
Imagen: picture-alliance/dpa/U. Anspach
Franconia
La botella bulbosa, la Bocksbeutel, es característica del vino de Franconia. Muchos jóvenes viticultores de esta región vitivinícola también son sorprendentemente diferentes. Prescinden de los adornos románticos y presentan sus vinos en vinotecas modernas. Su credo: calidad en lugar de cantidad. El vino se cultiva en Franconia desde hace más de 1.200 años, especialmente a lo largo del Meno.
Imagen: picture-alliance/dpa/D. Karmann
Región vinícola del Mosela
El Calmont, cerca de Bremm, en el Mosela, es el viñedo más escarpado de Europa, con una altura de 380 metros y una pendiente de hasta 68 grados. El ferrocarril de cremallera es la única cosechadora mecánica. El resto es trabajo manual. La región vinícola del Mosela, el Sarre y el Ruwer se considera la más antigua de Alemania. Los romanos importaron la viticultura hace 2.000 años.
Imagen: picture-alliance/dpa/F. Rumpenhorst
Región vinícola de Baden
Mimada por el sol, la tercera mayor región vinícola de Alemania se extiende desde el lago de Constanza, en el sur, a lo largo del Rin, hasta Mannheim. Baden se considera la región más cálida de Alemania. Las uvas alcanzan un grado de Oechsle (° Oe) —o sea, un contenido de alcohol natural— más alto que en cualquier otra región vinícola alemana. Baden es el principal proveedor alemán de Pinot Noir.
Imagen: picture-alliance/dpa/R. Haid
Wurtemberg
En esta región vinícola con centros en Stuttgart y Heilbronn, el vino es algo así como la bebida nacional. Se dice que el consumo per cápita aquí es el doble que en el resto de la república. Y ninguna otra ciudad produce tanto vino como Stuttgart. Cada año, la "Villa del Vino de Stuttgart" invita a los visitantes a degustar. Típico de la región es el Trollinger, un vino tinto.
Imagen: picture-alliance/dpa/F. Kraufmann
Valle del Río Ahr
Rodeado de viñedos, el pueblo de Mayschoss se encuentra en el Ahr. Con sus 560 hectáreas de viñedos, el valle del Ahr es una de las zonas vinícolas más pequeñas de Alemania. Son principalmente vinos tintos los que prosperan en las empinadas laderas sobre el río. La ruta del vino tinto recorre 35 kilómetros, desde Bad Bodendorf hasta Altenahr. Por el camino, se ofrecen aperitivos y catas de vino.
La región vinícola más septentrional de Alemania se extiende a lo largo de los ríos Saale y Unstrut. Aquí, el paralelo 51 juega el destino: el límite climático natural para la viticultura. ¿Grados de Oechsle como en Baden? Un sueño lejano. Los vinos son austeros, los rendimientos bajos. Pero los viticultores han aprendido a exprimir los mejores vinos de la naturaleza. La demanda es grande.
Imagen: picture-alliance/dpa/H. Schmidt
Sajonia
Al igual que Saale-Unstrut, la región vinícola de Sajonia se encuentra en los "nuevos" estados federados del Este y experimentó un renacimiento con la reunificación, en 1990. Los vinos espumosos son una especialidad, por ejemplo, del castillo de Wackerbarth, el segundo productor de vino espumoso más antiguo de Alemania.
Imagen: picture-alliance/dpa/D. Gammert
Región del Nahe
La región del Nahe se encuentra entre el Mosela y el Rin. Aquí, variedades de uva como la Riesling, la Rivaner y la Silvaner crecen en unas 4.000 hectáreas. Es una de las regiones vinícolas más pequeñas. La mejor manera de conocer la región es a través de la idílica ruta del vino del Nahe, o en una excursión por el sendero ciclístico del Nahe.
Imagen: picture-alliance/dpa/F.v. Erichsen
Ruta de montaña de Hesse
Esta zona de viñedos se extiende al norte de Heidelberg. Solo tiene 452 hectáreas, pero cuenta con 233 tipos de suelo diferentes. Eso la hace especial. Los vinos difieren de un sitio a otro. Son rarezas que apenas se encuentran en las tiendas. Se comercializan casi exclusivamente en el sitio.