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Protesta en Bielorrusia "no es carrera de corta distancia"

2 de septiembre de 2020

​​​​​​​El director de orquesta Vitali Alekseenok, radicado en Alemania, se ha unido a las protestas en su país de origen, Bielorrusia, y participa en un flashmob diario de músicos en Minsk.

Hoy sin batuta: Vitali Alekseenok en Minsk.
Hoy sin batuta: Vitali Alekseenok en Minsk.Imagen: Vitali Alekseenok

DW: Sr. Alekseenok, usted vive y trabaja en Alemania. Pero actualmente se encuentra en Minsk, y ya desde hace casi dos meses. ¿Qué ha observado durante este tiempo?

Vitali Alekseenok: Volé a mi tierra natal especialmente para ser parte de las protestas pacíficas. Pensé que vendría por unos días y me he quedado varias semanas. En los últimos dos meses, la sociedad bielorrusa ha dado un giro de 180 grados desde la pasividad y el letargo al despertar y el compromiso con la libertad. Nadie esperaba algo así, ni siquiera yo.

Pero, ¿cuál es la dinámica de las protestas? ¿No han decaído?

No. El fin de semana pasado no había menos gente en la calle que hace dos o cuatro semanas. Simplemente se informa menos internacionalmente al respecto. Otra cosa es que entendemos que no habrá una "revolución de verano" como algunos quizás hubieran deseado.

Sinfonía de la libertad: protesta de músicos de Minsk frente al Teatro Nacional de la Ópera.Imagen: Vitali Alekseenok

El cambio en Bielorrusia no es una carrera de corta distancia, sino un maratón. Sobre todo, carecemos de estructuras. Necesitamos instituciones como el recién creado Consejo de Coordinación de la Oposición. Las estructuras estatales deben renovarse y crecer como parte de la sociedad. Y eso sucederá tarde o temprano.

¿Qué lo hace estar tan seguro?

El deseo de cambio es muy profundo y realmente abarca a todos los estratos de la sociedad. Los bielorrusos no son gente temeraria. Suelen ser considerados y pacientes, pero también persistentes. Además, el expresidente Lukashenko es cada día menos creíble. Digo "ex" porque ya no es un presidente legítimo para mí.

¿Cómo se posicionó la escena cultural bielorrusa en el movimiento de protesta?

La escena cultural está muy unida a la protesta y le da, si se me permite decirlo, una dimensión estética. Casi no hay artistas que sigan apoyando al Gobierno, ya sean músicos, pintores o actores. Numerosas acciones artísticas se dirigen contra la violencia policial.

"Música contra la violencia" está escrito en los carteles de los músicos.Imagen: Vitali Alekseenok

Yo personalmente participo en los flashmobs diarios de los músicos de Minsk: se reúnen espontáneamente a través de las redes sociales y tocan y cantan en un lugar diferente todos los días, como un signo de solidaridad, para apoyar un cambio pacífico, como una protesta contra el fraude electoral y la violencia policial.

A veces estamos frente a la Casa de Conciertos o la Ópera Estatal, a veces en otro lugar del centro de la ciudad. El repertorio abarca desde canciones populares bielorrusas hasta "Va, Pensiero", el coro de prisioneros del "Nabucco" de Verdi, un "Risorgimento" al estilo bielorruso.

Filmados con teléfonos móviles, los videos de estas apariciones se difunden luego a través de todos los canales posibles y tienen un gran impacto. Entre los cantantes hay empleados de la Filarmónica, de la Ópera de Minsk y de la Orquesta de la Ciudad. Ellos, a diferencia de mí, que trabajo en Alemania, tienen mucho que perder.

Vitali Alekseenok después del concierto espontáneo frente a la Filarmónica en Minsk, el 17 de agosto de 2020.Imagen: Vitali Alekseenok

¿Cómo ve usted su papel, como artista y como ciudadano?

Actualmente estoy allí como ciudadano, pero también como músico. El 17 de agosto, dirigí un estreno mundial de la compositora de Minsk Olga Podgajskaja, en uno de los conciertos espontáneos frente a la Filarmónica, de cero, porque no había tiempo ni oportunidad para ensayos.

Es una musicalización del nuevo poema "En la orilla de la libertad", del poeta de Minsk Andrej Khadanovitch, una respuesta de ambos artistas a los acontecimientos de las últimas semanas.

Sobre todo, entiendo que es mi papel también estar ahí como observador y cronista. Estoy recopilando material sobre la "protesta cultural" bielorrusa para un libro que, si todo va bien, será publicado por S. Fischer-Verlag a finales de este año.

"Estamos contigo": Acción de solidaridad frente al Teatro Kupala de Minsk.Imagen: Pavel Krichko

En ese libro seguramente se mencionará la historia del Teatro Nacional Janka Kupala en Minsk ...

Claro, este es un ejemplo de la solidaridad del ámbito cultural, pero también de la incapacidad del régimen de Lukashenko para entablar un diálogo con la sociedad. El director de este teatro, el más antiguo y prestigioso de Minsk, Pavel Latushko, un ex funcionario estatal, fue despedido por criticar la violencia policial y participar en manifestaciones de protesta.

Como resultado, numerosos actores y empleados del teatro renunciaron voluntariamente. El ministro de Educación bielorruso, Pavel Bondar, intentó mediar en este conflicto, pero tuvo que retirarse con las manos vacías. Ahora, el Teatro Kupala es solo un edificio vacío. El conjunto definitivamente tocará en un lugar diferente en el futuro.

Sin marcha atrás, pero con mucho por delante: protestas en Bielorrusia, 30 de agosto de 2020Imagen: Pavel Krichko

Su compatriota, el escritor Viktor Martinovitsh, ha advertido sobre un "carnaval fúnebre prematuro" en Bielorrusia.

Tiene razón. Aún queda un largo camino por recorrer. Todavía no tenemos nada que celebrar.

Vitali Alekseenok, de 29 años, vive entre Weimar y Múnich, donde trabaja como director principal y director musical de la Orquesta Abaco de la universidad. Como ganador del concurso de dirección de la televisora pública regional MDR en 2018, ya ha dirigido la Orquesta Sinfónica MDR, la Staatskapelle de Weimar y otros conjuntos importantes.

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