El campamento de los hinchas alemanes
9 de junio de 2010Con el nombre de “Villa del aficionado” el club, que cuenta con más de 50.000 miembros y es coordinado por la Federación Alemana de Fútbol (DFB) con el patrocinio de Coca Cola, reservó un amplio espacio en la Universidad Técnica de Pretoria, la residencia “Orion”, en el que se hospedan 450 seguidores de la selección alemana que pagan 55 euros por noche, incluido el desayuno.
Facilidades a granel
Durante el mes que pasarán en Sudáfrica los aficionados podrán disfrutar del amplio programa de actividades planeado por los organizadores de la iniciativa: torneos de fútbol, fiestas, asados, excursiones guiadas a los parques naturales y lugares de interés del país anfitrión, piscina, canchas de tenis y de voleibol de playa; en resumen, todo lo necesario para disfrutar de unas buenas vacaciones con el fútbol como excusa.
Pero como de todas formas el Mundial es lo más importante, los residentes en la “Villa del aficionado” verán todos los partidos en pantallas gigantes, y aquellos afortunados que tienen entradas para verlos en vivo, en el estadio, pueden contar con el servicio de transporte, bien sea en buses o en vuelos privados, a todas las sedes del evento, aprovechando la favorable localización del campus universitario, distante del centro de Pretoria apenas 2 kilómetros, 7 del estadio; 50 kilómetros a Johannesburgo; 106 a Rustenburgo. En total 26 de los 64 partidos de Sudáfrica 2010 se jugarán en la cercanía. Para el resto, los aviones estarán listos a despegar.
Desafortunado sorteo
Por razones logísticas el cuartel de los hinchas alemanes en Sudáfrica tuvo que concretarse antes de realizarse el sorteo que determinó la conformación de los grupos del Mundial y el orden de los partidos. La suerte decidió que Alemania sólo jugará en la fase inicial un compromiso en inmediaciones de la “Villa del aficionado”, el partido contra Ghana en Johannesburgo. Esto no desanimó a los huéspedes, que se acomodan en habitaciones individuales (no hay camas dobles) cuyo baño es compartido y se encuentra en el corredor, ya que el transporte está garantizado; además, el Velmore Grande, hotel de la selección, no está lejos, y los entrenamientos se realizan en el Super Stadium de Atteridgeville, y cuando son abiertos al público son una atracción más.
No sólo alemanes
En la Universidad Técnica de Pretoria los alemanes no son los únicos huéspedes, y esta fue una de las razones por las cuales se eligió esta opción para albergar a los aficionados germanos; otros países también establecieron sus cuarteles en el campus bajo el nombre “Campamento de las Naciones Unidas”, lo cual, a juicio de Helmut Spahn, responsable de la seguridad en la DFB, “estimula el entendimiento entre los pueblos y reafirma una de las más importantes características de un Mundial: la pacífica y alegre convivencia entre rivales deportivos”. De otra parte, el alojamiento, al cual está prohibido ingresar de noche o abandonarlo cuando oscurece, garantiza un estándar de seguridad importante para los turistas europeos que se desplazaron a Sudáfrica.
La oferta más éxitosa
La “Villa del aficionado”, que ya está completamente llena, será la más grande colonia germana durante el Mundial, entre otras cosas porque aún no hay datos fiables sobre el verdadero número de turistas de Alemania que viajarán al evento de Sudáfrica. Según la FIFA, en el país se adquirieron aproximadamente 41.000 tiquetes para diferentes partidos, pero ideas como la de una empresa naviera que ofreció anclar dos cruceros en aguas del país anfitrión que funcionarían como hoteles de lujo, tuvieron que ser canceladas debido al bajo número de reservas.
Para los alemanes hay ofertas similares –en costo y condiciones- a la del “Club de Aficionados de la Selección” hechas por propietarios de haciendas en Sudáfrica que aún tienen cupos disponibles pero al parecer muchas camas se quedarán vacías ya que en promedio la aventura del Mundial le cuesta a cada aficionado –sin lujos- entre 4.000 y 5.000 euro, una cifra que pone a pensar y a la cual se adicionan las preocupaciones por la seguridad.
Autor: Daniel Martínez
Editora: Emilia Rojas