En lo que va del año, ya son 117 los feminicidios en Argentina. Esas cifras y las de años anteriores obligan a hacer un triste recuento. El último crimen fue el de Araceli Fulles, de 22 años, estrangulada, desmembrada y enterrada bajo una losa de cemento en la localidad bonaerense de Villa Ballester, provincia de Buenos Aires, a principios de abril. En el caso hay ocho sospechosos detenidos. Además, el pasado 12 de abril, miles de personas se manifestaron en Plaza de Mayo para exigir justicia por Micaela García, de 16 años, que murió también asfixiada y abusada sexualmente en ese mismo mes a manos de un condenado por doble violación en libertad condicional en la provincia de Entre Ríos.

Según informa el movimiento Mujeres de la Matria Latinoamericana (MuMaLá) en un comunicado, en lo que va de este año fue asesinada una mujer cada 26 horas en Argentina. La asociación denunció que el Estado sigue sin incorporar en su agenda una problemática "que se cobra la vida de una mujer por día" y exigió la "urgente implementación" de políticas públicas destinadas a "prevenir, sancionar y erradicar" la violencia machista. MuMaLá reveló el 29.04.2017 su "Registro Nacional de Femicidios", realizado a partir del análisis de medios gráficos y digitales de todo el país entre el 1 de enero y el 27 de abril.

Ahora, un caso de hostigamiento y persecución por Whatsapp conmociona a la opinión pública. Se trata de Evelyn Monío, una joven de 19 años del partido de Hurlingam, que es acosada y espiada por un desconocido que parece conocer todos sus pasos y la amenaza permanentemente: "No voy a parar hasta tenerte”, le escribe. Esta joven de 19 años no se quedó callada. Decidió no solo hacer la denuncia sino dar a conocer el caso a los medios e inició una campaña en Facebook.

"Desde el miércoles de la semana pasada me está escribiendo esta persona y la verdad que todo esto es una locura”, dijo Evelyn Monío desde Buenos Aires en entrevista con Deutsche Welle. "Recién hoy (11.05.2017) me siento un poco más tranquila, porque ahora paró de escribirme. La verdad es que estuve muy mal. Es horrible estar viviendo así, sabiendo que alguien me está persiguiendo". Hasta el día de hoy, la persona que le escribe no ha podido ser identificada. "Todavía no tenemos ningún indicio de quién puede ser”, dijo la joven a DW. "Pero ayer tuve una entrevista con el fiscal de Morón y me dijo que ya están ordenadas todas las medidas para hacer lo que se puede hacer, es decir, investigar las llamadas, los videos de cámaras de vigilancia, entre otras cosas”, añadió Evelyn Monío.

Este tipo de hostigamiento sexual y psicológico del que son víctimas cientos e miles de mujeres y adolescentes en las redes sociales y en las calles. De acuerdo con una encuesta realizada por el movimiento MuMaLá en 2016 a 206 mujeres mayores de 16 años en la ciudad de Buenos Aires, estas comienzan a sufrir acoso callejero ya a los 9 año, y son objeto de distintas formas de acoso entre los 9 y los 22 años. El 50 por ciento sufrió comentarios sexuales explícitos, y el 47 por ciento aseguró haber sido seguida por un hombre en alguna ocasión. Un 37 por ciento dijo haber estado expuesta a que un hombre mostrara sus partes íntimas delante de ella.

"Una pedagogía de la crueldad”

En 2014 se aprobó en Argentina una ley contra el ciberacoso que prevé condenas con prisión de 6 meses a 4 años a quien atente contra la integridad sexual de un menor. En 2016 se aprobó en la Ciudad de Buenos Aires la Ley contra el acoso sexual callejero para prevenirlo y sancionarlo en espacios públicos. En ese año el senador por la provincia de Santiago del Estero, Gerardo Zamora, presentó un proyecto de ley para proteger a las mujeres de la violencia en Internet y en las redes sociales que modificaría el Artículo F de la Ley 26.845 de Protección Integral a las Mujeres, de 2009.

Desde la perspectiva de la ley, aumentar la vigilancia y los castigos parece ser la única respuesta, aunque aún endeble, a la violencia machista. A los ojos de la antropóloga Rita Segato, en su ensayo "Las estructuras elementales de la violencia” (Prometeo, 2003 y 2013), el cuerpo femenino es un tapiz donde se manifiesta el mensaje de una "pedagogía de la crueldad” en la que se fomenta la falta de empatía. Según la investigadora, la violencia se produce en el espacio público y responde a las presiones del productivismo, de la competitividad, y ese desolado panorama afecta las relaciones interpersonales, y, por ende, las de pareja. Esa indefensión generalizada provocada por un modelo capitalista que no respeta ni al ser humano ni a la naturaleza hace que tanto hombres como mujeres padezcan, pero el hombre, constitutivamente inseguro en su masculinidad, se hace parte de un modelo de "rapiña” (rape: violación en inglés) que cosifica a las mujeres y las transformaría en mercancía, en víctimas de una violencia que sirve al varón para subrayar su mando y una moral que ya no es vigente, postula Rita Segato.

La Fiscalía de Morón investigará el caso

A veces con un lenguaje soez, por momentos tratando de despertar su compasión y en otros reprendiéndola con un "No seas maleducada”, el acosador hizo un infierno de la vida de Evelyn Monío. La joven realizó la denuncia, pero la Fiscalía de Morón, en la Provincia de Buenos Aires, se negó en un primer momento a interceder porque consideró que "no hay delito”. Según dijo a DW, al enterarse de la denuncia, el acosador le escribió ayer, miércoles:"Te vas a arrepentir. Te dejo libre por ahora”. "Desde ese momento no me volvió a escribir más”, señaló la joven.

"No tengo idea de quién puede ser”, dijo la víctima de acoso persistente y de espionaje. "Con mis exnovios me llevo bien y nunca tuve una relación violenta. Mi grupo de amigos es reducido y confío ciegamente en ellos porque son mis amigos de siempre. No me vinculo con otras personas”.

El hecho de que la Fiscalía de Morón finalmente haya aceptado investigar el caso aun cuando no ha habido agresión física es un hecho que alivia a Evelyn Monío. "Al principio me dijeron que si no había delito no podían intervenir. Pero ahora sí aceptaron investigar la denuncia”. En cuanto a la ayuda psicológica necesaria para que la joven pueda seguir trabajando –es vendedora en una tienda del partido de Morón– y tener una vida normal, dice que "recibió varias ofertas de contención psicológica de centros de asistencia de su barrio”. Pero quiere dejar pasar un poco el tiempo para digerir estos días tan angustiantes y empezar a elaborar mejor lo que le está pasando.

El hostigador parece conocer cada uno de sus pasos, algo que conmociona no solo a la víctima, sino también a la sociedad argentina: "Desde que pasó esto voy siempre acompañada a todos lados. La persona que está conmigo está muy atenta también a ver si se puede localizar a esta persona”. Pero esto no es nada fácil, según Monío. "Esta persona parece que sabe muy bien lo que hace. Sabe esconderse, y me manda mensajes diciendo que está delante de mi casa. No puedo saber si está en un vehículo o está parado en alguna esquina, esperándome. Lo que sí es que nunca se deja ver”, cuenta a DW. pero,aún así, la joven no se dejó amedrentar.

Difusión en los medios y apoyo de #Niunamenos

Varios medios argentinos se hicieron eco del caso. "A la gente le alarma mucho que pase todo esto, que haya un feminicidio por día es algo impactante. Uno no se da cuenta de lo que eso significa hasta que le toca de cerca y vive esa violencia machista en carne propia”, dijo Evelyn Monío. En su opinión, "desde la sociedad se está tratando de parar toda esta locura que es el feminicidio y el acoso a las mujeres. Quiero creer que la Fiscalía realmente va hacerse cargo de este caso. Si no, tendré que poner demandas con abogados”. También organizaciones como #Niunamenos, entre otras, tendieron su mano para ayudar a una chica que puso sobre la mesa, nuevamente, el drama de la violencia machista.