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El caso de la atleta Semenya: ¿una insoportable injusticia?

21 de agosto de 2009

Racismo, imperialismo, eurocentrismo: el caso de la sudafricana Caster Semenya se complica cada vez más, con críticas por "humillación" y acusaciones de que "racistas sudafricanos" intentaron perjudicarla.

Caster Semenya sonríe tímidamente con la medalla de oro de los 800 metros planos en su poder.Imagen: AP

"Lo que sucedió es la experiencia más humillante por la que haya tenido que pasar cualquier deportista internacional alguna vez... Le hemos pedido a Caster que aceptara la medalla en nombre de todos nosotros en Sudáfrica", dijo Brian Sokutu, portavoz del Congreso Nacional Africano (ANC).

Lo de "aceptar" la medalla no es un detalle menor, porque Semenya, cuyo sexo fue puesto públicamente en duda por la Asociación Internacional de Federaciones de Atletismo (IAAF), quiso rechazar la presea en la noche de su éxito en la final de los 800 metros de los Mundiales de Atletismo de Berlín.

Denigración y protesta

La atleta pretendía así manifestar su molestia por los exámenes de asignación sexual que le impuso la IAAF, y según el diario sudafricano The Times, fue el presidente de la Federación Sudafricana de Atletismo, Leonard Chuene, quien la disuadió.

"Me dijo que no quería subir al podio, pero le contesté que debía hacerlo", contó Chuene. "Me dijo ‘nadie me explicó nunca que no soy una mujer... ¡no soy un varón! ¿Para qué me trajeron? Mejor me hubieran dejado tranquila en mi pueblo’”, añadió el dirigente. Incluso el padre de Semenya intervino: "Somos de la misma opinión que ella, debería haber rechazado la medalla".

Semenya: una verdadera sorpresa

Caster Semenya: orgullo de su familia y África del Sur.Imagen: AP

La joven de 18 años, que ganó la prueba con la mejor marca del 2009, 1:55,45 minutos, surgió de la nada, casi nadie esperaba su aparición. En 2008 mejoró sus marcas en casi nueve segundos.

Los resultados de las pruebas científicas se conocerán en una semana. Tanto la federación sudafricana como el entrenador de Semenya aseguraron no haber sido informados de que se le realizarían esas pruebas.

Semenya no es la única sudafricana en haber pasado por una situación como la actual. Noko Matlou, delantera de la selección femenina de fútbol, ya pasó en 2007 durante un partido ante Ghana por experiencias similares, y aconsejó a Semenya desde las páginas del diario "Sowetan". "Sé por propia experiencia por lo que está pasando. Ella sabe lo que es y, aunque sea difícil, debe simplemente no prestarle atención a los ignorantes y seguir adelante". Pero el asunto no es tan sencillo, porque los ánimos de muchos sudafricanos están encendidos.

La hora de los oportunistas

Chuene aseguró este viernes 21 de agosto que "racistas sudafricanos" pusieron a la IAAF sobre la pista del asunto al enviarle cartas mencionando el caso de Semenya. "Esto se trata de racismo", dijo el presidente de la federación sudafricana. "Estos rumores vienen de Sudáfrica. ¿Por qué le escribieron a la IAAF?".

"Es la misma gente que no quiere el (Mundial de fútbol de Sudáfrica) 2010, la misma gente que sojuzga a la población negra y la misma gente que no cree que los africanos puedan destacarse en el escenario mundial".

De la pista a los laboratorios

El caso Caster Semenya ya ha trascendido lo deportivo para adentrarse en la ciencia, la sociología y la ética. La atleta ha generado sospechas por su aspecto masculino y su explosión deportiva.

Sin embargo, los expertos advierten que no es tan fácil determinar el género de un ser humano. "Los puentes entre hombre y mujer son muy difusos", aseguró a dpa Heidemarie Neitzel, directora de citogenética de la Clínica Universitaria Charité de Berlín.

Al parecer, el análisis de los cromosomas XX y XY ya no es determinante. "Hace 20 o 30 años se habría dicho que si hay una Y, entonces es masculino. Hoy sabemos que no está tan claro", advirtió la científica. "Conocemos genes en los que una mutación individual produce que alguien con un cromosoma Y se desarrolle hacia una vertiente femenina", advirtió Neitzel.

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Existen además los casos de hermafroditismo, intersexualidad o los genitales ambiguos, que son una mezcla entre ovarios y testículos. Las posibilidades ante las que se enfrenta la Asociación Internacional de Federaciones de Atletismo (IAAF), que fue quien pidió a los sudafricanos que iniciaran las pruebas a la corredora, son muy complejas.

El test para determinar el sexo de una persona requiere la participación de ginecólogos, genetistas, endocrinólogos y psicólogos, advierten los expertos, por lo que su resolución puede llevar semanas.

Jurídicamente también un asunto complejo

El secretario general de la IAAF, Pierre Weiss, aseguró que si el examen deja claro que Semenya no es una mujer, la medalla de oro le sería retirada. Pero el portavoz del organismo, Nick Davies, admitió que probablemente no sea tan fácil. "Legalmente es un asunto muy complejo", explicó.

Caster Semenya celebra su triunfo en los 800 metros planos.Imagen: AP

Al fin y al cabo, el caso de Semenya no es el de las hormonadas atletas de la República Democrática Alemana de los años 60 o el de la checa Jarmila Kratochvilova, que aún tiene el récord mundial del 800 con 1:53,28 minutos. Un récord logrado en 1983, cuando los controles antidoping eran totalmente ineficaces.

Atletas transexuales deben cumplir ciertas condiciones

Semenya, que de un año al otro mejoró su marca en casi nueve segundos, no es un caso de doping. El suyo es un asunto con ramificaciones muy diversas.

"Tenemos que tener en cuenta el aspecto de la discriminación", advirtió el alemán Helmut Digel, miembro del consejo de la IAAF. El mismo organismo contempla en su reglamentación, en acuerdo con el Comité Olímpico Internacional (COI), la posibilidad de los cambios de sexo, pero para que los transexuales puedan competir con las mujeres, deben cumplir condiciones.

La familia: “Semenya es mujer... y basta”

De momento, sus rivales no lo tienen nada claro. "Para mí no es una mujer", dijo la italiana Elisa Cusma, que acabó sexta en la final. "Sólo mírenla", abundó la rusa Mariya Savinova, quinta.

La abuela de Semenya, sin embargo, asegura que es una mujer. Y la Liga Juvenil Comunista de Sudáfrica, cuyo partido está coaligado con el gobierno de Jacob Zuma, lo toma como un ataque: "Esto huele a racismo del más alto orden". El debate va más allá del deporte.

Autor: José Ospina / dpa /afp

Editora: Emilia Rojas

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