Según el Instituto de Geofísica y Vulcanología italiano (INGV), entre las 19.00 horas del miércoles y las 10:00 horas del jueves se registraron más de 200 temblores.
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Un nuevo terremoto de magnitud 4,4 en la escala de Richter se sintió en el centro de Italia en la mañana del jueves (27.10.2016). El epicentro fue localizado en Castel Sant'Angelo su Nera, la misma zona de los tres grandes temblores del miércoles, informó el Instituto de Geofísica y Vulcanología italiano (INGV). Según las autoridades, se han producido importantes daños en edificios, algunos heridos leves y ha fallecido un anciano a causa de un infarto.
Se trata del seísmo más fuerte registrado después de los que tuvieron lugar el miércoles, el mayor de ellos de 5,9 grados. En el centro de la Cruz Roja de Visso, una de las localidades más afectadas por los últimos seísmos, y donde han pasado la noche decenas de habitantes, se volvieron a producir escenas de pánico. Muchas personas gritaban y salían corriendo, informan los medios locales. En Ussita, una localidad cercana también al epicentro de los últimos temblores, se han producido nuevos derrumbes de los edificios ya afectados, según informó el canal de noticias 24 horas Sktg24.
Según el Instituto de Geofísica y Vulcanología italiano (INGV), entre las 19.00 horas del miércoles y las 10:00 horas del jueves se registraron más de 200 temblores, algunos de ellos cercanos a los 4 grados en la escala Richter.
Miles de personas desalojadas
Según las primeras estimaciones de los alcaldes de las localidades italianas de Camerino, Muccia, Visso, Ussita e Castelsantangelo sul Nera, en las región de Las Marcas, son miles las personas que abandonaron sus casas tanto por los daños ocasionados por los dos terremotos del ayer como por el miedo a los temblores que se han sucedido durante toda la madrugada y a pesar de la lluvia y el frío en la zona.
Hace poco más de dos meses, el 24 de agosto, un temblor devastó localidades enteras como Amatrice o Arquata del Tronto y causó 297 muertos en la misma zona del centro de Italia. Algunas de estos pueblos, como Camerino, habían sufrido ya el terremoto de Asís de 1997 y se habían reconstruido con criterios antisísmicos y parece que por ello han resistido a los fuertes temblores.
A las zonas afectadas hoy llegará el jefe de la Protección Civil, Fabrizio Curcio y el delegado especial para la reconstrucción del anterior terremoto de Amatrice, Vasco Errani, para evaluar los daños y buscar soluciones. Durante la noche tuvieron que ser evacuados tres hospitales, en las localidades de Tolentino, Matelica y Cingoli y también el centro penitencial de Camerino, debido a que se advirtieron daños en la estructura. Los alcaldes de las localidades afectadas ya han advertido que las tiendas de campaña no pueden ser la solución debido al mal tiempo, ha llovido durante toda la noche, y sobre todo al frío y han pedido que se estudien otras soluciones.
JC (AFP, AP, EFE)
Ecuador, cinco meses después del terremoto
Un desastre como el de Ecuador puede representar una oportunidad de hacer las cosas mejor, opinan especialistas. ¿Cómo enfrentan esto las autoridades, los pobladores de las zonas afectadas, la asistencia internacional?
Imagen: DW/M. Banchon
La vida sigue en los albergues
La noche del 16 de abril un terremoto de 7,8 de magnitud en la escala de Richter sacudió Ecuador y devastó las provincias de Esmeraldas y Manabí. Cinco meses después, sobre todo en zonas rurales y apartadas, la población sigue viviendo en los albergues provisionales provistos por el gobierno y organizaciones internacionales de asistencia.
Imagen: DW/M. Banchon
Ecuador se reconstruye
Cuando ocurrió el terremoto del 16 de abril, las Normas Ecuatorianas de Construcción justo habían acabado de elaborarse. En un país con alto riesgo sísmico, cambiar el tipo de construcción es imperativo. Aquí una casa modelo, hecha con la caña guadúa, propia de la región. Aunque el plan de reconstrucción aún no está listo, se dice que en dos años podrían estar acabadas las 7000 viviendas perdidas.
Imagen: DW/M. Banchon
Inseguro
Las guías del nuevo código de construcción, elaboradas junto con el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo y el programa de Preparación para Desastres de ECHO, se entregaron rápidamente. Si bien no es algo tan visible como la entregad de frazadas o agua, requiere un intenso trabajo a nivel local y nacional y programas de formación de personal.
Imagen: DW/M. Banchon
Nuevas formas de construir
“El nuevo marco normativo sirve de aquí en adelante. Es importante no sólo que exista sino que se aplique y que se explique en las universidades para que los profesionales salgan con una conciencia diferente. El cumplimiento de esas normas puede que sí encarezca la construcción, pero salva vidas”, explica a DW Óscar Robles, de la organización Catholic Relief Services (CRS).
Imagen: DW/M. Banchon
¿Quién compra?
En las zonas más afectadas de Manabí y Esmeraldas el comercio, la agricultura , la pesca y el turismo eran las actividades económicas más importantes. Sin la infraestructura hotelera y los restaurantes, los productores no pueden colocar sus productos. Aquí Pedernales, el centro comercial de la región, cuyas microempresas vuelven tímidamente.
Imagen: DW/M. Banchon
Velar por derechos
Otra de las tareas de las organizaciones de la sociedad civil es verlar por los derechos de los más vulnerables. El problema de los embarazos adolescentes, los feminicidios y el acoso sexual, que ya tenía niveles preocupantes en Esmeraldas antes del desastre, se ha disparado con la precariedad.
Imagen: DW/M. Banchon
Ayuda humanitaria internacional
Desde un día después del terremoto, la oficina de Ayuda Humanitaria y Protección Civil (ECHO) ha estado presente en el país. Proveer de agua limpia, alimentos, albergues, medicinas y asistencia psicosocial a los damnficados ha sido el objetivo en los primeros meses después del desastre que dejó sin techo a 7000 familias. Aquí se ve una instalación sanitaria para los pescadores de La Chorrera.
Imagen: DW/M. Banchon
Trabajar en la precariedad
Aunque la situación de la mayoría de los habitantes se ha estabilizado, en albergues o en campamentos, la actividad económica está aún lejos de volver a la normalidad , sobre todo en las zonas más apartadas. La microempresa más que nunca antes es el motor de estas regiones afectadas. Comedores, tiendas, servicios de Internet funcionan en las construcciones provisorias.
Imagen: DW/M. Banchon
Miedo
"Perdimos nuestra casita que estaba recién hecha. Lloramos mucho, pero no es un dolor como perder un familiar. Mi marido es pescador, trabaja en la noche. Yo me voy a dormir donde la vecina, porque me da miedo dormir solita", cuenta una pobladora de La Chorrera.
Imagen: DW/M. Banchon
Nuevas normas, ¿nueva infraestructura?
Las poblaciones dedicadas a la pequeña pesca se han visto especialmente afectadas. Por un lado, la destrucción de la vivienda. Por otro, las nuevas normas prevén un nuevo emplazamiento de sus pobladores. Si están más alejados de la playa, a donde solían llegar los compradores directamente, ¿dónde obtendrán la infraestructura de refrigeración para conservar el producto?
Imagen: DW/M. Banchon
¿Cuándo se acaba la emergencia?
La expectativa es que en dos o tres años la fase de reconstrucción haya acabado. Ejemplos de países como Chile o Perú hablan de que el problema de la vivienda es el que más lento va. En muchos casos, el albergue transicional, diez años después, se ha convertido en permanente, explica especialistas en emergencias.
Imagen: DW/M. Banchon
Aún quedan escombros
"Las familias están seguras, los niños vuelven a las escuelas. La Policía especializada asegura la zona, el Ministerio de Inclusión Económica y Social tiene estructuras que funcionan bastante bien. Pero no es la normalidad. La familia quiere su casita. Va a llevar tiempo. El terremoto de Haití fue hace 6 años y todavía hay miles de personas viviendo en carpas", explica Óscar Robles, de CRS.