De Morgen, de Bruselas: “Los mercados financieros atraviesan uno de los períodos más difíciles desde la Segunda Guerra Mundial. Eso dice Jean-Claude Trichet, el jefe del Banco Central Europeo, quien compara el pánico que se vive en los mercados con el punto álgido de la crisis crediticia. Eso es fácil de explicar. En una carrera salvaje tras ganancias cada vez mayores, los bancos de todo el mundo acumularon deudas insostenibles. La solución consistía en colectivizar las deudas mediante la intervención del Estado. Se las desplazó de los bancos a los presupuestos fiscales, y, de allí, hacia nosotros, los contribuyentes. Claro está que, entonces, el objetivo de la ofensiva de los especuladores pasaron a ser los gobiernos en lugar de los bancos. En primer lugar, los que estaban más endeudados, como es el caso de Grecia.”

Europa y los cambios por la crisis

Dziennik Gazeta Prawna, de Varsovia: “La crisis está cambiando a Europa, también en el aspecto político. Una política impositiva unificada y el control de los presupuestos nacionales parecen ser buenos instrumentos contra la crisis. En un sistema como ese, sin embargo, aquellos países que más dinero aportan a la caja de la Unión Europea, los que anunciaron las mayores ayudas financieras para Estados amenazados y los que más exportan a los mercados de la UE serían los que llevan la voz cantante. En todas esas categorías, Alemania es considerada líder. Para lograr una mayor estabilidad, el precio será que la influencia de algunos países aumentará a costa de los otros. (…) La Unión Europea tal vez se vuelva, en consecuencia, más eficiente, pero menos democrática.”

Falta de claridad de Benedicto XVI

Der Standard, de Viena: “Hasta ahora, el Papa sólo ha llamado la atención a sacerdotes de poca monta, así como a un par de obispos regionales (Carta de Irlanda), además de hablar vagamente sobre el pecado en la Iglesia (viaje a Portugal). Pero, ¿por qué calla el Papa acerca de la responsabilidad de la curia y de los papas? (…) Por ser una institución cuyo mensaje central exhorta a los fieles al arrepentimiento y a la penitencia, resulta incomprensible que su supremo representante no mencione también la responsabilidad de la cúpula eclesiástica. (…) A los católicos se los define siempre por “estar con el Papa”. Pero, en este caso, ¿no se trata más bien de que el Papa “no está con los creyentes”? Con falta de medidas, falta de claridad y con un silencio pertinaz deja abandonados a los fieles. ¿Durante cuánto tiempo más se puede tolerar algo así?

Sólo las negociaciones podrán salvar a Tailandia

Die Presse, de Viena: “La segunda economía mundial del sudeste asiático, hasta hace poco próspera, se ve acechada por un futuro violento e inestable y por una acelerada debacle económica. Cada tiro a los manifestantes, cada imagen de los incendios en las barricadas de Bangkok asusta a los turistas y ahuyenta a los inversores. Culpable de esta escalada es la incapacidad colosal de todos los actores políticos, comenzando por el primer ministro, que, cada vez más presionado, es en gran medida responsable del baño de sangre de días pasados por su dura reacción a los acontecimientos, y que ahora rechaza también un diálogo con mediadores de las Naciones Unidas. (…) Pero Tailandia no debe hundirse en el caos. Todavía hay una salida: volver a la mesa de negociaciones reconociendo la legitimidad del oponente. En vista del actual clima envenado, no será posible alcanzar dicha salida sin una mediación neutral y, probablemente, internacional.”

Autora: CP/dpa
Editor: Pablo Kummetz