La Hungría a la que se enfrentarán los dirigidos por Rudi Völler no tendrán nada que ver con el poderoso equipo que sucumbió en Berna en 1954. Además de que los húngaros hace tiempos que dejaron de tener un papel importante en el fútbol internacional.

Para este amistoso sus seleccionador, Lothar Mathäus, se ha visto en aprietos en formar siquiera un equipo después de que 22 jugadores rechazaran la invitación a la selección. Salvo el meta Gabor Kiraly, todos los legionarios declinaron jugar el duelo ante Alemania. La única aspiración de los que decidieron participar en el amistoso contra Alemania es, según palabras de Mathäus, ganar experiencia.

Ganando confianza

Para Alemania, en cambio, el partido es clave para ganar optimismo de cara a la Eurocopa, tras la goleada lograda ante Malta, por 7-0, y el triunfo ante Suiza, por 2-0, que han hecho que se olvide un poco la debacle sufrida ante Rumanía por 5-1.

Rudi Völler ya parece tener claro el equipo titular y para mañana la única duda es el delantero Fredi Bobic, que tiene problemas musculares y podría ser sustituido por Miroslav Klose.

Por otra parte, Völler contempla la posibilidad de darle oportunidad de debutar a los dos jugadores más jóvenes de la selección, el delantero Lucas Podolski y el centrocampista Bastian Schweinsteiger, que entrarían como sustitutos en algún momento del juego. Antes del partido, la Federación Alemana de Fútbol rendirá un homenaje al equipo campeón del mundo en 1954.